El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha traído consigo un endurecimiento de las políticas migratorias, incluyendo deportaciones masivas que ya están impactando la economía del país. Curiosamente, este panorama tiene una conexión directa con la película de 2004, ‘Un día sin mexicanos’, que imaginó un escenario hipotético en el que la desaparición de la comunidad mexicana provocaba un colapso en California. Hoy, la ficción parece haber cobrado vida.
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¿De qué trata ‘Un Día sin Mexicanos’?
‘Un Día sin Mexicanos’ es una comedia satírica dirigida por Sergio Arau. La película explora cómo el estado de California se paraliza cuando, de un día para otro, desaparecen todos los mexicanos. A través del humor y la crítica social, el filme pone de manifiesto la dependencia económica, social y cultural que Estados Unidos tiene hacia esta comunidad. La cinta cuenta con un guion coescrito por Yareli Arizmendi y Sergio Guerrero. Su reparto principal incluye a Yareli Arizmendi, John Getz y Maureen Flannigan. Fue estrenada el 14 de mayo de 2004.
La trama no solo cuestiona los estereotipos hacia los migrantes, sino también resalta su papel indispensable en sectores clave como la agricultura, la construcción y los servicios, planteando un interrogante: ¿Qué pasaría si estas personas desaparecieran? En su momento, la película fue vista como una exageración humorística, pero hoy resuena de manera preocupantemente realista.
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¿Cómo se relaciona la película de 2004 con el panorama actual de EU?
La realidad parece haber alcanzado a la ficción. Las deportaciones masivas implementadas por Donald Trump en 2025 están causando estragos en la economía estadounidense, según reportes de EFE. Rebeca Shi, directora de la American Business Immigration Coalition, reveló que sectores esenciales como la agricultura, la construcción y la salud están experimentando una desaceleración del 50% debido al temor entre los inmigrantes, quienes están dejando de acudir a sus trabajos.
Empresarios como Tony DiMare, productor de tomates en California y Florida, explicaron que la mayoría de las cosechas dependen de trabajadores migrantes, ya que los estadounidenses “no quieren hacer esa tarea”. Además, Shi subrayó que los inmigrantes representan entre el 25% y el 50% de la fuerza laboral en industrias esenciales y contribuyen con más de 80.000 millones de dólares en impuestos al año. Sin embargo, su ausencia podría reducir el Producto Interno Bruto en un 4.2%.
Otro sector gravemente afectado es el cuidado de ancianos y enfermos, donde los inmigrantes representan el 80% de la fuerza laboral. Adam Lampert, director ejecutivo de una empresa de cuidado domiciliario en Texas, advirtió que estas deportaciones podrían provocar inflación en el sector y una crisis de personal, ya que no hay suficientes trabajadores estadounidenses dispuestos a ocupar estos puestos.
El panorama actual refleja las consecuencias predichas en ‘Un Día sin Mexicanos’: sin la presencia de los migrantes, la economía estadounidense tambalea.
Donald Trump, las deportaciones y la respuesta de Latinoamérica
El endurecimiento de las políticas migratorias por parte de Donald Trump ha generado también tensiones diplomáticas con varios países de Latinoamérica. Colombia, por ejemplo, inicialmente se negó a aceptar vuelos con deportados en aviones militares, argumentando que estas operaciones trataban a los migrantes como delincuentes. El gobierno de Gustavo Petro, sin embargo, sí accedió a recibir a los repatriados, aunque pidió que se establecieran protocolos más dignos.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum reportó que en una semana el país recibió más de 4,000 deportados. Aunque aseguró que el gobierno está preparado, destacó la importancia de respetar los derechos humanos de los migrantes. Además, se reforzaron las redes consulares en Estados Unidos y se lanzó la aplicación ConsulApp, que ayuda a los migrantes a conocer sus derechos y notificarse en caso de una deportación inminente.
De acuerdo con BBC, países como El Salvador optaron por colaborar con Estados Unidos. Nayib Bukele negoció un acuerdo para implementar la figura de “tercer país seguro”, permitiendo que migrantes de otras nacionalidades sean deportados a El Salvador, donde podrían solicitar asilo. Sin embargo, en Brasil, el gobierno denunció las condiciones indignas de un vuelo con 88 deportados, algunos de los cuales estaban esposados.
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