Stanley Kubrick es uno de los directores de cine más influyentes, no sólo de la segunda parte del siglo XX, sino, me atrevería a decir de todos los tiempos; su nombre está cuasi marcado en letras de oro en el Olimpo (si tal cosa existiese) de los directores cinematográficos.

Kubrick exploró todos los géneros que existen en la pantalla grande, desde la ciencia ficción, hasta el romance y el relato histórico, pasando por el terror. Pero no solamente experimentó con ellos, al contrario, logró establecer un referente y marcar una pauta en cada una de sus cintas. Por ejemplo la ciencia ficción con 2001: Odisea en el Espacio o la crítica política y social con Dr. Strange Love.



Además de ser un tipo extremadamente meticuloso con su obra, Stanley Kubrick llegó a experimentar con los avances tecnológicos de la época, logrando cintas visualmente espectaculares como el manejo de la luz en Barry Lyndon.

Por éstas razones y faltaron muchas más es que ahora se encuentra una exposición organizada por el Deutsches Filmmuseum Frankfurt am Main, Christiane Kubrick y Jan Harlan, la cual llegó al Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.



La exposición que ha viajado por Berlín, Los Ángeles, Melbourne o Zúrich, entre otras ciudades, está compuesta por varios de los objetos de culto que protagonizaron sus películas como la alfombra que fue utilizada en El Resplandor, los lentes en forma de corazón de Lolita, la réplica en miniatura del modelo científico en el que se inspiró la nave de 2001: Odisea del espacio o los maniquís del Korova Milk Bar utilizados en Naranja Mecánica.

También la exposición cuenta con las primeras publicaciones donde el director trabajó como fotógrafo de la revista Look, el arte conceptual, guiones y algunas cámaras que el director utilizó para grabar, vestuario, etc.



La retrospectiva es exhibida en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey desde el 6 de marzo y podrá ser visitada hasta el 26 de julio.