Tal vez te interese
[Director] Lars von Trier se mantiene como uno de los directores más controversiales dentro de la industria. Todos ya saben que fue vetado del Festival de Cannes por ciertos comentarios que hizo sobre Hitler durante la presentación de [Pelicula] Melancolía. Después de varios años, el creador regresó con [Pelicula] La Casa de Jack, misma que no pudo evitar las malas críticas por la violencia explícita, los claros ataques a las mujeres, y la rendición que hace sobre un asesino en serie. Aunque él defiende su propia obra y considera hipócrita la actitud de algunos expertos, actores con los que ha trabajado no dudan en apoyarlo. El ejemplo más reciente es Stellan Skarsgård, con quien ha trabajado en [Pelicula] Ninfomanía: Primera Parte, [Pelicula] Dogville y [Pelicula] Contra Viento y Marea, entre otras.
Sigue leyendo: Stellan Skarsgård defiende a Marvel: es culpa del capitalismo que aplaste al cine independiente
Toda la trayectoria del director ha sido así. Cada historia divide al público y a los especialistas con algunos llamándolo un genio incomprendido y otros catalogando su trabajo como superficial, pretencioso y necesitado de atención. Además, conforme pasan los años y se va cerrando la brecha sexista que se da en el mundo del cine, sus historias se sienten como un ataque constante a la mujer y se da mucho el debate sobre si escribe mujeres complejas e interesantes, o si en apariencia lo hace sólo para situarlas en una narrativa donde puedan ser constantemente violentadas.
Como todo arte, el cine puede contar lo que sea y de la forma que sea, pero el problema con Lars Von Trier es que muchas veces ha cruzado esa misoginia que marca sus cintas. El caso más sonado es el de Björk, con quien trabajó en [Pelicula] Bailando en la Oscuridad. Hace años, la cantante habló públicamente sobre las agresiones verbales que sufrió y lo pesado que fue hacer la película, razón por la cual no quería volver al cine a pesar de recibir varias ofertas. En ese entonces se percibió como si ella, por su falta de conocimiento sobre cómo se trabaja en una producción cinematográfica, hubiera sido poco profesional y hasta agresiva. Además, Björk ya había tenido algunos incidentes físicos, por lo que se le catalogaba de mujer violenta. Ahora, y gracias al movimiento MeToo, lo sucedido entre ambos se ha reevaluado y se entiende como un acoso constante por parte del director.
Por otro lado, y aunque ella nunca hizo pública alguna molestia específica, Nicole Kidman decidió no continuar con los planes de trilogía que iniciaron con Dogville. La actriz explicó muchas veces que la cinta, donde es humillada y agredida sexualmente una y otra vez por los habitantes de un pequeño pueblo, la había agotado emocionalmente a tal punto que necesitaba un descanso de todo. Aunque Lars Von Trier intentó comprometerla públicamente durante una rueda de prensa, la actriz no volvió al rol y fue sustituida por Bryce Dallas Howard en [Pelicula] Manderlay.
También te puede interesar: Dune: comparan actuación de Stellan Skarsgard con la de Marlon Brando en Apocalypse Now
En general, se percibe a Lars Von Trier como una especie de terrorista emocional que abusa de sus actrices para sacar lo mejor de ellas frente a la cámara. De igual forma, se le etiqueta como un escritor misógino, cuyo temor por las mujeres transforma en violencia con cada nuevo acto atroz en pantalla, desde la violación hasta la mutilación genital. A pesar de eso, Stellan Skarsgård no duda en defender la particular visión del director. Durante una entrevista para The Guardian, al actor se le pidió que compartiera alguna anécdota curiosa de Von Trier y él contestó:
A pesar de su percepción, el actor reconoce que Lars Von Trier tiene una parte oscura que tiene más que ver con su depresión, misma que el director ha reconocido en varias ocasiones. Además, Skarsgård tiene su propia opinión sobre lo sucedido con Björk:
Stellan Skarsgård conoce al director de manera íntima y han trabajado en varias ocasiones, así que es interesante la opinión que tiene sobre él. Por supuesto, no se puede olvidar el hecho de que entre ellos existe una amistad y muchos podrían fácilmente decir que ese punto ya hace que el actor no vea o no quiera ver ciertas actitudes sexistas. También se puede debatir sobre cómo el que a él no le pase nada no significa que la experiencia sea igual para todos. Varios críticos y analistas consideran que la actitud tan misógina que tiene Lars Von Trier en sus historias se relaciona con su constante lucha contra la depresión y su miedo, casi irracional, a las mujeres, figuras que considera peligrosas por naturaleza. Aunque al director cada vez le cuesta más armar una película, es algo que no pretende abandonar y es seguro que más controversias llegarán con su siguiente título.
No te vayas sin leer: Dune: Stellan Skarsgard pasó ocho horas diarias en maquillaje para su personaje
Sigue leyendo: Stellan Skarsgård defiende a Marvel: es culpa del capitalismo que aplaste al cine independiente
Toda la trayectoria del director ha sido así. Cada historia divide al público y a los especialistas con algunos llamándolo un genio incomprendido y otros catalogando su trabajo como superficial, pretencioso y necesitado de atención. Además, conforme pasan los años y se va cerrando la brecha sexista que se da en el mundo del cine, sus historias se sienten como un ataque constante a la mujer y se da mucho el debate sobre si escribe mujeres complejas e interesantes, o si en apariencia lo hace sólo para situarlas en una narrativa donde puedan ser constantemente violentadas.
Como todo arte, el cine puede contar lo que sea y de la forma que sea, pero el problema con Lars Von Trier es que muchas veces ha cruzado esa misoginia que marca sus cintas. El caso más sonado es el de Björk, con quien trabajó en [Pelicula] Bailando en la Oscuridad. Hace años, la cantante habló públicamente sobre las agresiones verbales que sufrió y lo pesado que fue hacer la película, razón por la cual no quería volver al cine a pesar de recibir varias ofertas. En ese entonces se percibió como si ella, por su falta de conocimiento sobre cómo se trabaja en una producción cinematográfica, hubiera sido poco profesional y hasta agresiva. Además, Björk ya había tenido algunos incidentes físicos, por lo que se le catalogaba de mujer violenta. Ahora, y gracias al movimiento MeToo, lo sucedido entre ambos se ha reevaluado y se entiende como un acoso constante por parte del director.
Por otro lado, y aunque ella nunca hizo pública alguna molestia específica, Nicole Kidman decidió no continuar con los planes de trilogía que iniciaron con Dogville. La actriz explicó muchas veces que la cinta, donde es humillada y agredida sexualmente una y otra vez por los habitantes de un pequeño pueblo, la había agotado emocionalmente a tal punto que necesitaba un descanso de todo. Aunque Lars Von Trier intentó comprometerla públicamente durante una rueda de prensa, la actriz no volvió al rol y fue sustituida por Bryce Dallas Howard en [Pelicula] Manderlay.
También te puede interesar: Dune: comparan actuación de Stellan Skarsgard con la de Marlon Brando en Apocalypse Now
En general, se percibe a Lars Von Trier como una especie de terrorista emocional que abusa de sus actrices para sacar lo mejor de ellas frente a la cámara. De igual forma, se le etiqueta como un escritor misógino, cuyo temor por las mujeres transforma en violencia con cada nuevo acto atroz en pantalla, desde la violación hasta la mutilación genital. A pesar de eso, Stellan Skarsgård no duda en defender la particular visión del director. Durante una entrevista para The Guardian, al actor se le pidió que compartiera alguna anécdota curiosa de Von Trier y él contestó:
Existe esta impresión de que es un Nazi demoniaco que odia a las mujeres. Eso es completamente erróneo. Es la persona más agradable para estar y tiene el set más abierto y libre. Es muy discreto y todos se sienten seguros. No hay jerarquía. Cualquiera puede decirle lo que sea, y el tono es juguetón e irónico. Nos insultamos todo el tiempo y es muy dulce.
A pesar de su percepción, el actor reconoce que Lars Von Trier tiene una parte oscura que tiene más que ver con su depresión, misma que el director ha reconocido en varias ocasiones. Además, Skarsgård tiene su propia opinión sobre lo sucedido con Björk:
No creo que esté loco. Usualmente está feliz cuando está filmando, pero de otro modo los demonios lo atacan. Por un tiempo no pudo ir al baño y lavarse las manos si las luces estaban prendidas, porque tenía miedo de ver sangre en el lavabo. Cosas así. No es un hombre feliz. Pero también es un hombre divertido, muy gentil y compasivo y agradable. Y la mayoría de las mujeres que han trabajado con él están de acuerdo. Excepto Björk: todos los directores son unos controladores y Björk siempre ha controlado todo lo que hace. Así que eso no funcionó.
Stellan Skarsgård conoce al director de manera íntima y han trabajado en varias ocasiones, así que es interesante la opinión que tiene sobre él. Por supuesto, no se puede olvidar el hecho de que entre ellos existe una amistad y muchos podrían fácilmente decir que ese punto ya hace que el actor no vea o no quiera ver ciertas actitudes sexistas. También se puede debatir sobre cómo el que a él no le pase nada no significa que la experiencia sea igual para todos. Varios críticos y analistas consideran que la actitud tan misógina que tiene Lars Von Trier en sus historias se relaciona con su constante lucha contra la depresión y su miedo, casi irracional, a las mujeres, figuras que considera peligrosas por naturaleza. Aunque al director cada vez le cuesta más armar una película, es algo que no pretende abandonar y es seguro que más controversias llegarán con su siguiente título.
No te vayas sin leer: Dune: Stellan Skarsgard pasó ocho horas diarias en maquillaje para su personaje