Star Wars súper spoiler: ya sabemos qué fue de Jar Jar Binks (y sí, no fue nada bueno) después de La venganza de los Sith

Star Wars súper spoiler: ya sabemos qué fue de Jar Jar Binks (y sí, no fue nada bueno) después de La venganza de los Sith

Bueno jóvenes, se acabó el debate. Todos podemos ir a descansar por fin al conocer algo que, seguramente, nos ha quitado el sueño: ¿qué pasó con Jar Jar Binks después de Star Wars: Episodio III – La Venganza de los Sith? Vamos, más de uno lo asesinó mentalmente en más de una ocasión y hasta […]

Por Verónica Sánchez el 17 febrero, 2017

Bueno jóvenes, se acabó el debate. Todos podemos ir a descansar por fin al conocer algo que, seguramente, nos ha quitado el sueño: ¿qué pasó con Jar Jar Binks después de Star Wars: Episodio III – La Venganza de los Sith? Vamos, más de uno lo asesinó mentalmente en más de una ocasión y hasta despotricó contra el churro que lo trajo a colación con George Lucas. Es de esperarse que algo así aconteciera. ¿Cierto? ¿¡Cierto!? Y, si no pasó algo semejante a tan capital personaje (¿¡!?), ¿qué ha hecho con su vida y las de sus allegados desde Star Wars: Episodio VI – El Regreso del Jedi? Vamos, que esto tiene preocupado a más de uno.

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Las respuestas descansan en una nueva pieza del imaginario de Star Wars: Star Wars Aftermath: Empire’s End, tercera parte de la trilogía canónica de novelas escritas por Chuck Wendig, quien planteó todas las peripecias y desavenencias de los pobrecitos imperialistas y los tremendos y crueles rebeldes (Barney Stinson dixit) tras el épico El regreso del Jedi y la segunda destrucción de la Estrella de la Muerte. (Si esto es un spoiler para usted, muy mal.)

Para conocer un poco más del libro: La novela Aftermath: Empire’s End explica la separación de Han Solo y Leia

Si usted no ha leído los libros (son buenos a pesar de lo que piensen ciertos puristas), además de la historia principal, Wendig hace capítulos (los llama interludios) para mostrar lo que está sucediendo en otros rincones de la galaxia después de la caída de Darth Vader y el Imperio. En la página 92 del final del Imperio hay un interludio llamado “Theed, Naboo” que se refiere a la capital del exuberante planeta donde Jar Jar tuvo sus primeras aventuras con Obi-Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn. Y bueno, dado que el libro no saldrá hasta el 21 de febrero, y algunos de ustedes probablemente quieren leerlo, les vamos a contar de qué va —después de todo, el tema no es la trama, sino el detalle de la lectura puntual de dicha parte. Un spoiler nunca podrá arruinar la experiencia de primera mano. Al menos eso creemos en Tomatazos, donde no nos importa si la gente se queja demasiado por contar detalles.

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En el capítulo, un niño está caminando alrededor de la ciudad y se topa con un viejo Gungan que está actuando en las calles. El niño se presenta a la criatura y la criatura responde “Meesa Jar Jar”. Jar Jar Binks se ha convertido en un artista callejero. Hablando con el chico, Jar Jar explica que está “haciendo algunos uh-oh equivocaciones”, errores que lo persiguen desde el pasado y que el mundo le ha juzgado duramente. (Ya saben, cositas como dar poderes totales de emergencia al Canciller Supremo Palpatine sin consultar a su Senador, que era el segundo peldaño en el ascenso de Palpatine al poder supremo.) Aquí ese momento mágico en el que Jar Jar shits on the Republic:

Así es como Wendig lo delinea antes de revelar quién es el personaje. Puede ser un cierre satisfactorio para las hordas de personas que han crecido odiando al personaje, pero también es triste (para Jar Jar, claro está):

Desde que los niños comenzaron a venir en la nave como refugiados, el Gungan les ha servido, actuando para los niños una o dos veces al día. Hace trucos. Malabarea. Se agacha y sacude la cabeza mientras sus ojos se balancean dentro de sus tallos carnosos. Él hace sonidos torpes y hace extrañas y mínimas danzas. A veces es el mismo acto, repetido una y otra vez. A veces el Gungan hace cosas diferentes, cosas que nunca has visto, cosas que nunca verás de nuevo. Hace unos días, saltó al centro de la fuente, luego fingió que los chorros lo disparaban por los aires. Saltó hacia arriba y luego hacia abajo con un chapoteo. Y saltó del punto al otro, adelante y atrás, antes de finalmente colgar su cabeza en el borde y desvanecerse sobre su trasero. Sacudió la cabeza. Meneó la lengua. Todos los niños se rieron. Entonces el Gungan también se rió.
El payaso, lo llamaron: “Trae al payaso. Queremos ver al payaso. Nos gusta cómo hace malabarismos con las conchas de glombo, o cuando escupe al aire y luego captura sus escupitajos, o cómo baila dando vueltas y cae sobre su culo”.
Los adultos, sin embargo. No dicen mucho sobre él. O a él. Y tampoco otros Gungans vienen a verlo. Nadie dice su nombre.
El niño le preguntó por qué. ¿Por qué nadie habla contigo? Jar Jar responde:
“Mí no tan seguro”. El Gungan hace un sonido hmmmmmmm. "Mesa piensa que causa-o Jar Jar haciendo algunos uh-oh equivocaciones. Grandes errores. Los jefes de Der Gunga me desterraron hace tiempo. Mesa no ha estado en el hom-for-ebbers. Y tosos dicen en Naboo y pensan yo ayudo al uh-oh Imperio”.

Por último, Jar Jar se ofrece a ayudar al niño, que parece interesado en convertirse en un payaso. Pero luego el libro lo deja allí, actuando en las calles, desterrado e ignorado por su gente, con un rayo de esperanza en un nuevo amigo potencial. ¿Puede ser suficiente para los enemigos de Jar Jar? ¿Ha pagado por sus acciones?

En lo personal, no. Un poquito más, por favor: que se dé cuenta de que su existencia era innecesaria —en serio, Lucas, ¿qué pasó ahí?

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