Que Hollywood pretenda adaptar obras de otros países y culturas no es ninguna novedad, sin embargo, esto generalmente acarrea una serie de miopías en cuanto a las diferencias de idiosincrasia y narrativas. La maquinaria de la meca del cine procesar y digiere grandes mitologías y franquicias como si fueran comida rápida. El clima político actual en Estados Unidos, en el que predomina la política de identidad, hace que estas adaptaciones sean juzgadas por algunos no en base a su narrativa sino a un asunto más frívolo: el color de piel de sus actores.
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Death Note - 40% de Adam Wingard presenta su historia en un contexto estadounidense y, por ende, con actores occidentales. Para el medio Vulture el realizador habló respecto a estos asuntos de representación racial:
Definitivamente es importante tener la discusión sobre la raza en Hollywood y qué bueno que Ghost in the Shell la empezó. En cuanto a Death Note, la decisión fue explorar desde otro ángulo la historia del manga. En Japón ya ha sido adaptada varias veces en su entorno, así que la idea es llevar esta narrativa a otras fronteras y analizarla desde una perspectiva diferente y fresca.
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La realidad es que cada cultura y país adaptara a sus usos y costumbres cualquier historia sin importar de donde venga. Esto es tan cierto desde que se empezó a adaptar la obra de Shakespeare y otras tantas de la literatura universal hasta mitos y leyendas nórdicas u orientales. El meollo aquí es el guión y la calidad del mismo, aunque una actriz asiática hubiera interpretado a la mayor Kusanagi en La Vigilante Del Futuro: Ghost In The Shell - 44% esto no hubiera corregido las fallas de su libreto. Con Memorias de una Geisha - 35% el reparto estuvo compuesto por actrices chinas, no japonesas y esto no causó ningún alboroto. La adaptación de Netflix de Death Note fue del agrado de los creadores del manga, así que habrá que ver si efectivamente supieron apegarse a la esencia de una historia que bien puede ocurrir en casi cualquier parte del mundo sin que esto afecte su desarrollo. Japón es uno de los países más seguros del mundo y esto no impidió que el eje de la trama girara en torno al protagonista asesinando abiertamente a criminales de aquella nación. Será en unos días que saldremos de dudas respecto a lo hecho aquí por Wingard y los guionistas.
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