El caso de Harvey Weinstein junto al de Kevin Spacey son uno de los mayores desastres de imagen para Hollywood en décadas. La industria que ha presumido ser un parangón de la defensa de la mujer se encuentra ahora atascada en un pantano de los peores estereotipos posibles. La frivolidad de la meca del cine y sus peores vicios (hacer casting en la cama para conseguir favores y papeles) se ha recrudecido al máximo y no hay forma de que esta mancha aceitosa sea limpiada fácilmente.
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Varias actrices han hablado sobre Weinstein y sus acciones contra ellas y la lista crece cada día, aunque no todas han hecho denuncias legales oficiales contra el productor. Entre las actrices agredidas y acosadas por Weinstein se encuentran Ashley Judd, Asia Argento, Gwyneth Paltrow (quien calló al respecto y trabajó durante años con el productor a pesar de esto) y Salma Hayek.
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Este miércoles apareció una columna en The New York Times donde la actriz mexicana detalla su experiencia con Harvey Weinstein. Esto ocurrió hace 14 años, cuando la veracruzana intentaba conseguir un mejor lugar en Hollywood.
Era un cinéfilo apasionado, tomador de riesgos, un mecenas del talento en el cine, un padre amoroso y un monstruo. Durante años fue mi monstruo. Era mi turno de decir que no. No abrirle la puerta a todas horas de la noche, hotel tras hotel, donde aparecería inesperadamente, no a tomar una ducha con él, no a dejar que me viera bañándome, no a dejar que me diera un masaje y con cada negativa vino la ira maquiavélica de Harvey. De sus tácticas de persuasión pasó de hablarme con dulzura a ataques de furia y dijo estas aterradoras palabras: 'Te mataré, no pienses que no puedo'.
Weinstein fue una figura que por igual produjo cintas influyentes en los 90 y mutilaba cine asiático para su exhibición en el mercado americano. Recientemente un colaborador suyo, Bey Logan, fue acusado también de acosar actrices, en este caso de la industria de Hong Kong. En cuanto a Hayek, la actriz bloqueó en su momento avances hacia su persona del ahora presidente Donald Trump, aunque éste jamás se propasó con ella ni cruzó alguna línea ética. Ahora que se avecina la próxima entrega del Óscar seguramente habrá varios discursos respecto al tema de varias actrices. Veremos si también señalarán cómo la industria solapó al productor y dejó que este problema creciera en lugar de cortarlo de raíz.
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