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La ola de escándalos por acoso sexual en Hollywood ha dejado severas secuelas en la meca del cine y la televisión. El movimiento #metoo llegó para apuntar su afilado dedo hacia todo aquél que pueda ser considerado depredador sexual en potencia. Los estudios empiezan a tomar medidas bastante drásticas con respecto a esta situación con la esperanza de que las cosas cambien para bien, aunque en estos momentos es difícil saber que pueda ocurrir. Netflix ha tomado cartas en el asunto y ha implementado nuevas regulaciones en torno a las filmaciones de sus series y las reglas en cuestión son bastante rigurosas. Los miembros de los equipos de producción tienen prohibido intercambiar miradas por un periodo más largo de 5 segundos, está además prohibido pedir teléfonos y hacer comentarios que puedan considerarse inapropiados.
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Luego de que la exitosa serie [Temporada] House of Cards (5) fuera severamente dañada por el escándalo de denuncias en contra de Kevin Spacey Netflix no quiere volver a pasar por la misma pesadilla. Los técnicos que participan en los sets de filmación de sus series tienen que pasar ahora por cursos en donde se les enseña que no se debe hacer en un set. Esto ha causado cierta paranoia pero también su dosis de humor de acuerdo a un comentario de un miembro del equipo de realización de la nueva temporada de [Temporada] Black Mirror. Este comentó al medio inglés The Sun que las interacciones entre los trabajadores están severamente limitadas para tener así un clima de aparente seguridad. La ironía aquí es que todo esto suena como si hubiera sido sacado de un episodio de Black Mirror.
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Por su parte, el medio The Independent intentó comunicarse con Netflix para ver si estos tenían alguna declaración al respecto. Netflix declinó aunque si mencionaron lo orgullosos que están de formar parte de esta nueva ola de cambio en Hollywood que busca cambiar las cosas en la industria, esto por medio de las ya mencionadas sesiones de entrenamiento para despertar consciencia en los que trabajan en series y películas con respecto a lo que no se debe de hacer en un ambiente laboral ordenado.
El movimiento #metoo ha dividido opiniones entre actores y directores, sobre todo, se ha marcado una pronunciada brecha entre lo que opinan artistas del viejo continente y lo que han dicho gente de Hollywood. Para los primeros (gente como [Director] Michael Haneke, Liam Neeson, Kurt Russell) el #metoo es solo una caceria de brujas producto de la hipocresía de una industria que no cumple con lo que predica. Para Meryl Streep, Brie Larson y otros miembros de la cofradía de la meca del cine, #metoo es necesario y oportuno en un momento clave como este. El mismo Ashleigh Murray, quien es acusado por su hija de haberse aprovechado de ella, no ha dudado en defender el movimiento. A la fecha parece que no puede pasar una semana entera sin que un actor sea acusado de crímenes de índole sexual. El más reciente en caer fue Morgan Freeman, estas acusaciones pueden carecer de pruebas y ser solo algo que alguien posteo en redes sociales pero es más que suficiente para hundir la carrera de cualquiera. Veremos que rumbo toma esto y si el remedio no termina por ser peor que la enfermedad.
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