Otro oscuro día se cierne sobre el séptimo arte. Ha muerto Bibi Andersson, quien en vida fuera la gran musa de Ingmar Bergman. Se ha reportado que la actriz ha muerto a los 83 años por causas todavía desconocidas este 14 de abril acompañada de sus familiares, la noticia fue dada a conocer por su hija Jenny Grede (vía AFP). Bibi fue la estrella en diez películas para la pantalla grande y tres para la televisión de Bergman, incluidas las obras maestras El Séptimo Sello - 92%, Las Fresas Silvestres - 95% y Persona - 93%.
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Nació en Estocolmo en 1935 y siendo una adolescente comenzó a aparecer en comerciales de televisión. Durante esa época conoció a Ingmar Bergman y desde entonces estuvieron involucrados en proyectos juntos. Su carrera comenzó poco a poco mientras estudiaba en la escuela de arte dramático en la capital sueca, y lento pero seguro, Bibi escaló los peldaños hacia una trayectoria envidiable y un nivel de consagración supremo.
Pasaron muchos años para que Bibi Andersson fuera tomada como una de las mejores intérpretes de nuestros tiempos. Sus capacidades como actriz de gran profundidad y complejidad fueron reconocidas sobre todo en el estreno de Persona, película en donde interpretó a Alma, una enfermera que cuida de Elizabeth Vogler, una actriz de teatro que de un día a otro sufre de una pérdida psicosomática del habla. Una angustia espiritual se siente a través del guión, la cual se refleja a través de sus protagonistas, quienes comienzan a entenderse y a cambiar identidades.
Sus actuaciones excepcionales le valieron importantes premios a lo largo de su vida, entre ellos destaca un reconocimiento por parte del Festival de Cannes en 1958 por Tres Almas Desnudas y un Oso de Plata a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 1963, ese año la crítica quedaría impresionada por su trabajo en La Amante, cinta del director Vilgot Sjöman.
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Bibi Andersson era una actriz entregada a su profesión, sus extensas intervenciones en la industria cinematográfica comenzaron en 1951 y se detuvieron hasta 2009, época en la cual la intérprete sufrió de un derrame cerebral que terminó por paralizar una parte de su cuerpo. Durante los últimos años de su vida se involucró en temas relacionados con el feminismo y la búsqueda de la paz. Su influencia en el mundo es indudable y ha logrado marcar a generaciones de actores con su presencia y talento. A menudo se le asignaban papeles pequeños o mal trazados, pero ella siempre se encargó de convertirlos en gigantes.
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