El estreno del primer capítulo de la octava temporada de Game of Thrones - 59% llegó para captar toda nuestra atención y hacernos olvidar lo que está pasando en el mundo fuera de Westeros. Pero nunca nada es realmente perfecto y este episodio también trajo consigo algunas inconformidades entre los espectadores, sobre todo por escenas que se han relacionado directamente con el sexismo.
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Game of Thrones llevaba muchas temporadas sin prestar demasiada atención a las escenas de sexo. A lo largo del primer bloque de capítulos lanzado en 2011 la serie ganó popularidad por la gran cantidad de desnudos que mostró, no obstante, estos momentos fueron poco a poco desplazados por la emocionante trama principal. Para esta octava temporada los escritores han decidido incluir un momento que nos remite a esos primeros episodios, específicamente cuando Bronn se encuentra en Desembarco del Rey pasando un rato con tres prostitutas.
Medios como Esquire han tildado al momento como algo sexista que traza a a las mujeres como meros objetos de placer. Se le considera machista porque ellas son prostitutas que muestran todo pero él se guarda con pantalones A estas alturas del programa, muchos piensan que una obra que debería romper con los convencionalismos también podría dejar fuera todo aquello que coloca a las mujeres en una perspectiva poco agraciada.
Por otro lado, el portal The Week también ha reportado inconformidades con el estreno de este episodio relacionadas con la forma en que se han desarrollado los personajes femeninos. Por ejemplo, Daenerys en última instancia ha pasado a convertirse en una monarca de talante abusivo. Ayer por la noche llegó al Norte como la Reina y en automático se consideró como la dueña de esa tierra sin importarle la opinión de sus habitantes, sus dragones le dan la seguridad de que nadie podrá oponerse a su voluntad.
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Gracias a las expresiones y palabras de Sansa quedamos al tanto de que ella no está feliz con la presencia de la Madre de Dragones en su hogar. La Señora de Winterfell ha tenido un gran desarrollo, pero a estas altura la vemos demasiado preocupada porque nadie amenace su estatus de poder. Para el final del capítulo tenemos claro que Sansa y Daenerys están enfrentadas, ambas consternadas por mantenerse en la cima de la pirámide.
The Week establece que escribir personajes femeninos que solo se preocupen por ellas mismas no le hace ningún bien a la serie.
Lo que quiero de Game of Thrones es esto: heroínas que no solo coexistan y se apoyen entre sí, también que sean retratadas como nobles y abnegadas al igual que sus contrapartes masculinas. Después del estreno de la octava temporada no tengo muchas esperanzas.
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