El pasado mes de agosto, Roman Polanski estuvo en el ojo del huracán. Hordas de usuarios enardecidos en las redes sociales despotricaban ante la presencia del director de origen polaco en el Festival de Venecia. Incluso la presidenta del jurado del certamen, la cineasta argentina Lucrecia Martel, se abstuvo de felicitar a Roman por su filme El Acusado y el Espía - 85%, mucho menos asistió a verlo. Ella como muchos otros, no pueden separar al hombre de su obra, y se niega a olvidar que el polaco ha sido constantemente acusado de violación, y esta semana, una actriz francesa declara que fue víctima de abuso sexual en 1975.
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Fue en 1977 cuando Samantha Geimer acusó de violación al director de El Bebé de Rosemary - 98%. En marzo de aquel año, Polanski (de 43 años), fue detenido en Los Ángeles bajo cinco cargos diferentes: violación por uso de drogas, perversión, sodomía, lujuria y actos lascivos contra una menor, y suministro de una sustancia controlada a un menor de edad. El polaco se declaró inocente de todo, pero luego aceptó un acuerdo de culpabilidad cuyos términos incluían el despido de los cinco cargos iniciales, a cambio de una declaración de culpabilidad del “mínimo” cargo de participar en relaciones sexuales ilegales. Pero al enterarse de que probablemente enfrentaría encarcelamiento y deportación, huyó a Francia en febrero de 1978, horas antes de ser sentenciado formalmente.
Desde entonces, el director de El Pianista - 96% ha vivido principalmente en Francia y ha evitado visitar países que probablemente lo extraditen a Estados Unidos. Su situación legal no ha evitado que reciba nominaciones y premios de la Academia, a pesar de que la denuncia de Geimer no ha sido la única. Tan sólo en 2017, The New York Times recogió datos de la que sería la cuarta acusación de violación, esta vez en voz de una mujer en Suiza que alegaba que el cineasta abusó de ella en 1972, cuando tenía 15 años. Y no se termina el deplorable historial del director, recientemente la actriz francesa Valentine Monnier, declaró para Le Parisiene (vía Indie Wire), que fue abusada sexualmente con mucha violencia por Roman Polanski cuando tenía 18 años:
En 1975 fui violada por Polanski. No tenía ningún vínculo con él, ni personal ni profesional, apenas lo conocía. No fue en el exceso de una fiesta (ni alcohol ni drogas). Fue de una violencia extrema, después de un descenso de esquí, en su chalet en Gstaad (Suiza).
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De acuerdo con el portal de noticias Clarín, Monnier agregó que tras el violento ataque y abuso sexual, el director se atrevió a pedirle disculpas llorando, y el resto de personas que estaban presentes en el chalet, le aconsejaron que no revelara lo que había ocurrido. Ella asumió esa postura y durante todas estas décadas guardó silencio porque pensaba que “no hallaría ningún alivio” al revictimizarse. Sin embargo, la mujer confiesa que la violación es una bomba de tiempo, un fantasma que te sigue y te cambia insidiosamente. Finalmente, fue precisamente la publicidad en torno al último filme del director (que en francés lleva el título de J’accuse, literalmente Yo Acuso), que la actriz francesa obtuvo la fuerza para realizar esta fuerte denuncia.
El estreno de J’accuse marcó un parteaguas en la vida de Valentine Monnier, y aunque por el tiempo transcurrido no puede proceder legalmente, no quiere dejar impune el crimen cometido en su contra por el director polaco. Le Parisiene también se contactó con el abogado de Roman Polanski, quien dijo que el cineasta “niega firmemente la acusación”, y hasta ahora, ni él ni su defensa han hecho más alusiones al caso.
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En el nuevo filme de Polanski, la trama aborda el caso del capitán del ejército francés Alfred Dreyfus, acusado injustamente de espionaje a fines de siglo XIX. Monnier piensa que no es casualidad que el creador traiga una historia de un hombre víctima del sistema judicial, ella como muchos otros, ven un mecanismo del cineasta para limpiar su propio nombre. La película aún no ha atraído distribuidor estadounidense, signo de que la conducta sexual inapropiada no será más tolerada durante la era del Me Too.
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