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Pocos en esta época tienen el valor para contradecir los valores progresistas que despectivamente son llamados corrección política, pero uno de esos pocos es [Director] Terry Gilliam, miembro de los Monty Python que triunfó como cineasta con títulos como [Pelicula] Bandidos del Tiempo, [Pelicula] Brasil y [Pelicula] Pescador de Ilusiones. En los últimos años su filmografía no ha sido tan grandiosa como en décadas pasadas, pero difícilmente será olvidado, ya que su contribución a la comedia y la fantasía es muy notable.

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La última película de Gilliam fue [Pelicula] El Hombre que mató a Don Quijote, proyecto que intentó llevar a cabo a principios del siglo pero fue cancelado por diversos contratiempos que quedaron registrados en el documental [Pelicula] Lost in La Mancha. Lamentablemente ya no es por su trabajo cinematográfico por lo que gran parte del público conoce a Gilliam, sino por sus declaraciones políticamente incorrectas como cuando llamó al movimiento #MeToo una turba en entrevista con AFP en 2018.

Tampoco es la primera vez que critica el hecho de que el hombre blanco sea culpado de todo en la actualidad, ya el año pasado dijo a The Times que ya no quería ser llamado un hombre blanco sino una lesbiana negra, porque le parecía absurdo que un grupo de comediantes blancos no pudieran hacer equipo como en su tiempo lo fueron los Monty Python. En una muy reciente entrevista con The Independent (vía Yahoo), el cineasta ha reafirmado sus anteriores declaraciones en torno al #MeToo y a la diversidad:



Sí, dije que #MeToo es una cacería de brujas. Realmente siento que había mucha gente, gente decente o personas ligeramente irritantes, que estaban siendo apaleadas. Eso está mal. No me gusta la mentalidad de turba. Entiendo que los hombres han tenido más poder durante más tiempo, pero estoy cansado, como hombre blanco, de ser culpado de todo lo que está mal en el mundo. ¡Yo no lo hice! Estoy hablando de ser un hombre acusado de todo lo malo en el mundo porque soy de piel blanca. Así que mejor no soy hombre. Mejor no soy blanco. Bien, como no encuentro a los hombres sexualmente atractivos, tengo que ser lesbiana. ¿Qué más puedo ser? Me gustan las chicas. Estos son solo pasos lógicos.

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Criticar las medidas que se están tomando para obligar a los medios a ser inclusivos no es lo único que le ha acarreado críticas a Gilliam, también su desdén hacia los superhéroes y Marvel, pues en una reciente entrevista con IndieWire dijo que las cintas de la Casa de las Ideas están afectando la mente de los jóvenes al enseñarles que solo alguien con superpoderes puede cambiar las cosas y no les enseñan el verdadero conflicto de una persona común que lucha día con día contra la adversidad.



La llamada corrección política supuestamente tiene como finalidad integrar las minorías que por mucho tiempo fueron marginadas y estereotipadas por los medios, pero en algunos casos parece que la intención original se ha desviado y ha convertido el hombre blanco heterosexual en el enemigo número uno. Cuando se estrenó la serie [Temporada] Iron Fist (1) en 2017 el actor protagonista Rryla McIntosh atribuyó las críticas negativas a que su personaje es un hombre blanco millonario, y aunque es cierto que el show estaba cargado con numerosos problemas, es interesante notar que una buena cantidad de críticos si ponía mucha atención en sus reseñas al hecho de que Iron Fist era un hombre blanco y no un asiático.

El tema sigue abierto a debate y siempre y cuando no se tomen posturas radicales desde cualquiera de los frentes, la conversación solo traerá conclusiones positivas que ayudarán a seguir fomentando un mundo más igualitario para todos.

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