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Una de las principales impulsoras del #MeToo, la actriz y cineasta Asia Argento, ha dado la espalda al movimiento que tanto apoyó en su momento. Todos los que hayan seguido de cerca las noticias al respecto recordarán que ella acusó a Harvey Weinstein de haberla violado durante un Festival de Cannes, y la actriz Rodrigo Sepúlveda, quien también fue víctima del productor, se tomó varias fotos con ella en cada ocasión que se encontraban juntas.
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Sin embargo, todo eso cambió cuando el actor Jimmy Bennett ([Pelicula] The Heart Is Deceitful Above All Things) acusó a Argento de haber abusado sexualmente de él cuando tenía 17 años recién cumplidos. La acusación fue negada por la actriz, pero su reputación pronto se vio dañada cuando Rose McGowan y su pareja, la artista Rain Dove, confirmaron que Argento tuvo relaciones sexuales con Bennett siendo menor de edad, y compartieron capturas de pantalla de una conversación que mantuvo la pareja de McGowan con Asia.
Todo ello contribuyó a que la supuesta relación de amistad se hiciera pedazos y la hija del director [Director] Dario Argento optara por deslindarse del #MeToo, movimiento que en un principio ayudó a que las personas acusaran sin miedo a los poderosos que, aprovechando su posición privilegiada, abusaban de los demás. Actualmente Argento está desencantada de la dirección que tomó el #MeToo y esto fue lo que declaró en entrevista con Le Monde (vía Cinemanía):
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Tras la acusación de Jimmy Bennett y la filtración de las conversaciones con Rain Dove, la actriz fue despedida del programa de TV X-Factor Italia, por lo cual reclamó a McGowan y la amenazó con acciones legales si no se retractaba. Aunque esta última primera quiso darle una lección y le escribió una carta pidiéndole que fuera “la persona que te gustaría que Harvey Weinstein hubiera sido”, después se disculpó en Twitter y aclaró que había malinterpretado los mensajes, confundiendo 12 años con 17 años.
Sería ridículo pensar que todas las acusaciones del movimiento #MeToo pierden legitimidad por un escándalo tan absurdo como el de Argento-Bennett. Finalmente el joven tenía muy poca credibilidad y pocas personas sensatas creyeron su historia. Lo que sí es innegable es que nos demostró el lado más oscuro de un movimiento creado con buenas intenciones, que las redes sociales y un montón de personas enojadas con el mundo se han convertido en los jueces más severos, incapaces de ver el mundo en toda su complejidad y reduciéndolo a blanco y negro.
El movimiento #MeToo afectó la carrera de Geoffrey Rush pero procedió legalmente y ganó la demanda; Morgan Freeman fue acusado de acoso sexual pero al final se comprobó que todo se trataba de una farsa; y hay más ejemplos similares, pero en otros casos donde se condena a personas inocentes es donde se debería replantear el uso de la razón y no el uso de las pasiones.
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Más allá de una cacería de brujas, la lucha contra el acoso y el abuso sexual debe tratarse con seriedad, pero no podemos ignorar que en cierto modo la cacería de brujas ha provocado que los verdaderos depredadores sexuales se la piensen dos veces antes de dejarse llevar por sus instintos más oscuros. Tal vez algún día se encuentre un equilibrio entre los extremos.
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Sin embargo, todo eso cambió cuando el actor Jimmy Bennett ([Pelicula] The Heart Is Deceitful Above All Things) acusó a Argento de haber abusado sexualmente de él cuando tenía 17 años recién cumplidos. La acusación fue negada por la actriz, pero su reputación pronto se vio dañada cuando Rose McGowan y su pareja, la artista Rain Dove, confirmaron que Argento tuvo relaciones sexuales con Bennett siendo menor de edad, y compartieron capturas de pantalla de una conversación que mantuvo la pareja de McGowan con Asia.
Todo ello contribuyó a que la supuesta relación de amistad se hiciera pedazos y la hija del director [Director] Dario Argento optara por deslindarse del #MeToo, movimiento que en un principio ayudó a que las personas acusaran sin miedo a los poderosos que, aprovechando su posición privilegiada, abusaban de los demás. Actualmente Argento está desencantada de la dirección que tomó el #MeToo y esto fue lo que declaró en entrevista con Le Monde (vía Cinemanía):
El movimiento #MeToo se ha convertido en un producto de Hollywood, algo tonto, un poco falso y reaccionario: un pin, un vestido de noche y nada más. Es democracia cristiana en todo su esplendor. Fulanita denuncia a fulanito porque le empujó la cabeza cuando hacía el amor… Es como si hubiera un interés morboso en la vida sexual de los famosos, mejor aún si es un poco pervertida.
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