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En los últimos días se han dado a conocer numerosos actos en contra de la escritora [Escritor] J.K. Rowling y sus productos, pues la autora no ha dejado de expresar sus comentarios transfóbicos que, lógicamente, hicieron que varios de sus seguidores se plantearan la posición que tomarían al respecto. Ahora, la escritora de 54 años ha vuelto a dar de qué hablar, pues se sumó a una lista de 150 figuras públicas que firmaron una carta condenando la cultura de la cancelación (vía Variety).
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La cultura de la cancelación (cancel culture como se le conoce en inglés) se refiere al fenómeno que comenzó a ganar popularidad en 2018 y que consiste en retirar el apoyo moral, financiero, digital y social a personas o entidades mediáticas consideradas inaceptables, debido a determinados comentarios o acciones, o por transgredir ciertas expectativas.
Además de J.K. Rowling que fue ‘cancelada’ por varios grupos debido a sus comentarios ofensivos en contra de las personas transgénero, la carta publicada en Harper’s Magazine también fue firmada por [Escritor] Margaret Atwood , autora de The Handmaid's Tale, quien fue criticada y condenada públicamente en 2016 después de apoyar una carta abierta pidiendo a la Universidad de Columbia Británica de Canadá que proporcionara sus razones para suspender y despedir al novelista Steven Galloway después de que surgieran acusaciones de agresión sexual en su contra.
De igual manera, el escritor Salman Rushdie, se encuentra entre las 150 figuras públicas que firmaron el texto condenando la práctica de la vergüenza pública y la cancelación de la cultura. En su caso, su novela de 1988, Los versos satánicos ha recibido numerosas críticas a lo largo de los años por su descripción de las creencias islámicas.
Entre algunos aspectos que destaca la carta se encuentra una crítica a que cada vez hay menos libertad de expresión y que las sociedades de todo tipo se han dedicado a censurar a personas que piensan diferente. Si bien es cierto que el texto no señala una postura sobre los temas por los que algunos de sus firmantes han sido ‘cancelados’, sí condena la intolerancia de puntos de vista opuestos.
Otros firmantes de la carta son: los autores [Escritor] Martin Amis y [Escritor] Jeffrey Eugenides , los intelectuales Malcolm Gladwell y Noam Chomsky, el músico de jazz Wynton Marsalis, el psicólogo Steven Pinker, la feminista Gloria Steinem y el periodista de CNN y Washington Post Fareed Zakaria.
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El texto continúa exponiendo que cada vez son mayores las represalias en contra de quienes dicen o piensan diferente y también llama a la unidad entre artistas, escritores y periodistas para defender su libertad de expresión sin miedo a que los condenen por esta.
El texto ha provocado un diluvio de respuestas en línea. La autora y activista transgénero Jennifer Finney Boylan, quien firmó la carta, se retractó de su posición en cuestión de horas a través de un tuit, mencionando que no sabía quién más firmaba el mensaje.
Mientras tanto, [Escritor] John Boyne , autor de El Niño con el Pijama de Rayas, tuiteó a favor de este texto, mencionando que lo que se está haciendo es una cacería de brujas con todos aquellos que tienen percepciones morales distintas.
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La cultura de la cancelación (cancel culture como se le conoce en inglés) se refiere al fenómeno que comenzó a ganar popularidad en 2018 y que consiste en retirar el apoyo moral, financiero, digital y social a personas o entidades mediáticas consideradas inaceptables, debido a determinados comentarios o acciones, o por transgredir ciertas expectativas.
Además de J.K. Rowling que fue ‘cancelada’ por varios grupos debido a sus comentarios ofensivos en contra de las personas transgénero, la carta publicada en Harper’s Magazine también fue firmada por [Escritor] Margaret Atwood , autora de The Handmaid's Tale, quien fue criticada y condenada públicamente en 2016 después de apoyar una carta abierta pidiendo a la Universidad de Columbia Británica de Canadá que proporcionara sus razones para suspender y despedir al novelista Steven Galloway después de que surgieran acusaciones de agresión sexual en su contra.
De igual manera, el escritor Salman Rushdie, se encuentra entre las 150 figuras públicas que firmaron el texto condenando la práctica de la vergüenza pública y la cancelación de la cultura. En su caso, su novela de 1988, Los versos satánicos ha recibido numerosas críticas a lo largo de los años por su descripción de las creencias islámicas.
Entre algunos aspectos que destaca la carta se encuentra una crítica a que cada vez hay menos libertad de expresión y que las sociedades de todo tipo se han dedicado a censurar a personas que piensan diferente. Si bien es cierto que el texto no señala una postura sobre los temas por los que algunos de sus firmantes han sido ‘cancelados’, sí condena la intolerancia de puntos de vista opuestos.
El libre intercambio de información e ideas, el alma de una sociedad liberal, se está volviendo cada vez más restringido. Si bien hemos llegado a esperar esto en la derecha radical, la censura también se está extendiendo más ampliamente en nuestra cultura: una intolerancia de puntos de vista opuestos, una moda para la vergüenza pública y el ostracismo, y la tendencia a disolver cuestiones políticas complejas en una ceguera moral. Mantenemos el valor de la contra-voz robusta e incluso cáustica de todos los sectores. Pero ahora es muy común escuchar llamados a una retribución rápida y severa en respuesta a las transgresiones percibidas del habla y el pensamiento.
Otros firmantes de la carta son: los autores [Escritor] Martin Amis y [Escritor] Jeffrey Eugenides , los intelectuales Malcolm Gladwell y Noam Chomsky, el músico de jazz Wynton Marsalis, el psicólogo Steven Pinker, la feminista Gloria Steinem y el periodista de CNN y Washington Post Fareed Zakaria.
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El texto continúa exponiendo que cada vez son mayores las represalias en contra de quienes dicen o piensan diferente y también llama a la unidad entre artistas, escritores y periodistas para defender su libertad de expresión sin miedo a que los condenen por esta.
Cualesquiera que sean los argumentos en torno a cada incidente en particular, el resultado ha sido estrechar constantemente los límites de lo que se puede decir sin la amenaza de represalia. Ya estamos pagando el precio con mayor aversión al riesgo entre escritores, artistas y periodistas que temen por sus medios de vida si se apartan del consenso o incluso carecen de celo suficiente en el acuerdo. Necesitamos preservar la posibilidad de desacuerdos de buena fe sin consecuencias profesionales nefastas. Si no defendemos exactamente de lo que depende nuestro trabajo, no deberíamos esperar que el público o el estado lo defiendan por nosotros.
El texto ha provocado un diluvio de respuestas en línea. La autora y activista transgénero Jennifer Finney Boylan, quien firmó la carta, se retractó de su posición en cuestión de horas a través de un tuit, mencionando que no sabía quién más firmaba el mensaje.
No sabía quién más había firmado esa carta. Pensé que estaba respaldando un mensaje bien intencionado, aunque vago, contra la vergüenza en Internet. Sabía que Chomsky, Steinem y Atwood estaban y pensé, buena compañía. Las consecuencias son mías. Lo siento mucho.
Mientras tanto, [Escritor] John Boyne , autor de El Niño con el Pijama de Rayas, tuiteó a favor de este texto, mencionando que lo que se está haciendo es una cacería de brujas con todos aquellos que tienen percepciones morales distintas.
Estoy completamente de acuerdo con esta carta. Los autodenominados buscadores de brujas que persiguen a las personas por percepciones morales percibidas mientras destrozan reputaciones, destruyen carreras, gritan a las mujeres y persiguen la cancelación de la cultura es lo opuesto a la libertad de expresión y el debate razonado.
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