En los últimos años ha quedado claro que es difícil ver perder al Universo Cinematográfico de Marvel. A pesar de los cierres de salas de cine a nivel mundial, Marvel pudo salir adelante y complacer a sus fans gracias a las series que estrena en el ya establecido servicio de Disney+. Aunque en principio la idea de hacer episodios y no nuevas cintas se recibió con algo de escepticismo entre seguidores y especialistas por igual, el resultado de WandaVision - 95% y Falcon y el Soldado del Invierno - 97% demostró que estos títulos sirven de apoyo y no de relleno. Además, es una buena forma de darle espacio a estos personajes para desarrollarse dentro del mismo universo y ponerse al corriente para la siguiente fase cinematográfica.
El MCU ha tenido sus altas y bajas, y aunque siempre se ha mantenido con éxito, lo cierto es que mucho tuvo que pasar para llegar a esos resultados. Con tantos títulos es posible que algunos no recuerden un mundo donde Marvel no estaba asociada con Disney, pero así se inició este universo con Iron Man - El Hombre de Hierro - 93%. La cinta de Tony Stark fue realmente un riesgo muy atrevido para aquel contexto. Por un lado, las películas de cómics ya habían cansado al público, y por el otro lado tenía como protagonista a un Robert Downey Jr. queriendo dejar atrás sus peores años y a un director inexperto llamado Jon Favreau.
El éxito y las expectativas que se crearon desde entonces sirven para atraer grandes nombres, pero las cosas no siempre han resultado de manera positiva. El MCU finalmente sí es resultado de muchos actos de prueba y error, y ahora que están conquistando el mundo de las series este mismo sistema puede hacerlos colapsar. Variety publicó un artículo llamado "Marvel Studios´ Disney Plus Shows Don´t Use Showrunners, and That Has Some TV Writers Worried" donde se explica cómo el manejo que tiene la marca con sus series puede crear un gran problema para otros proyectos. ¿En qué consiste esta enorme diferencia que podría volverse en su contra? En el hecho de que las series de Marvel no cuentan con showrunners.
El puesto de showrunner implica una labor como productor y como jefe de guionistas, que usualmente va al creador mismo de la serie. Por supuesto, en muchos casos el creador eventualmente se retira o no se involucra más que con la idea original y el título de showrunner va para alguien más. Al final, estamos hablando de la figura responsable del proyecto y quien mantiene el orden de la historia que se irá desarrollando a lo largo de pocos episodios o muchas temporadas. Las series de Marvel cambiaron el sistema y nombran sólo a un jefe de escritores, con la posibilidad de tener un solo director o a varios. Aunque esto parezca no tener importancia, lo que realmente significa es que la marca tiene muchísimo más control sobre los proyectos y sobre el resultado final.
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Un showrunner también es productor y eso significa que tiene poder de decisión; sin embargo, un jefe de escritores es una guía para los otros guionistas, para que sepan llevar la historia como alguien más la quiere. Disney quita cualquier posibilidad de decisión, siendo ellos los que manejan el desarrollo total. El artículo explica que esta decisión es un reflejo de lo que sucedió durante la primera fase del MCU. Cuando las películas comenzaron a tener éxito, la opción obvia para hacerse de una reputación más sólida fue la de buscar a directores con grandes carreras y muchos premios, como Kenneth Branagh en Thor - 77%. El asunto es que directores de este calibre no se dejan manipular tan fácil, y cuando ven que los productores y la marca alteran su trabajo a conveniencia prefieren ya no regresar o terminamos con una cinta poco equilibrada.
La solución que se encontró fue la de acceder a directores prometedores pero no tan famosos que quisieran lanzar su carrera, como James Gunn, Peyton Reed o Ryan Coogler. Por un lado, estos directores aprovecharían la gran oportunidad de manejar una franquicia multimillonaria, mientras que Marvel y Disney tendrían más facilidad para manipularlos y así entregar exactamente lo que ellos esperan; después de todo, estos jóvenes estarían tan agradecidos que no pondrían en riesgo su gran oportunidad. El plan sigue siendo un éxito para sus cintas, pero para las series de televisión implica una posible pérdida de calidad desde los guionistas.
En el caso de las series, es claro que un escritor sin mucha experiencia acepte sin dudar una oportunidad para trabajar en Marvel, pero para otros escritores que ya han laborado como showrunners el riesgo es perder el control sobre su proyecto. Por mucho tiempo se luchó para que las películas y las series no estuvieran dominadas por el capricho de los productores, pero que tampoco quedaran en el olvido al que títulos independientes por desgracia siempre se enfrentan. La posible desaparición de la figura del showrruner causada por Disney podría regresarnos a una época en la cual no existían propuestas originales, pero sí muchos guiones mediocres y repetitivos, en un mundo laboral todavía más cerrado de lo que es actualmente.
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