Paul Thomas Anderson quiere que las películas ya no duren más de dos horas

En estos momentos, Paul Thomas Anderson está enfocado en promocionar su más reciente cinta llamada Licorice Pizza - 100%. La película protagonizada por Alana Haim y Cooper Hoffman, hijo del fallecido Philip Seymour Hoffman, está recibiendo excelentes críticas. En general, los especialistas y la audiencia agradecen que el director tomara una ruta más relajada para este Coming of Age inspirado en la vida de Gary Goetzman cuando era actor infantil. También se ha hablado mucho sobre el talento natural del joven Hoffman y la posibilidad de verlo en otros proyectos, con o sin el director al frente.

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Además de su talento para contar historias y guiar a sus actores para dar lo mejor frente a la cámara, el propio Anderson es también un fanático del cine. Por su cuenta ha hablado sobre la influencia de otros directores y sobre cómo trata de mantenerse al corriente con los nuevos estrenos de cada año. De hecho, hace poco reveló en una entrevista que su familia está obsesionada con Marvel y que todos los integrantes están pendientes de cada nueva entrega del UCM. Aunque esto sorprendió a algunos de sus fans, lo que en realidad significa es que el creador sabe darle la oportunidad a una gran variedad de títulos que de una u otra forma logren entretenerlo o enseñarle algo que pueda usar a futuro.

En ese sentido, Anderson no duda en hablar de los elementos que él considera más apropiados para contar una historia en la pantalla grande. Por supuesto, el guion es la clave, pero también se requiere una buena conexión con los actores y es por eso que desea repetir dicha labor con nombres como el de Joaquin Phoenix, protagonista de The Master: Todo Hombre Necesita un Guía - 85% y Vicio Propio - 74%. Además de estos puntos, el director considera que el tiempo es también uno de los factores más importantes para lograr algo de calidad.

En una reciente entrevista con The New York Times, Paul Thomas Anderson reveló que él considera que una película no debería durar más de dos horas, y si creen que está mandando un mensaje hipócrita porque muchas de sus cintas superan con facilidad ese límite, notarán que justamente lo dice por sus propios trabajos:

Una película, de preferencia, debería durar dos horas. Ahí es cuando las películas están en su mejor momento. He errado la marca, pero ésa es la meta.

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Este comentario viene de descubrir durante el proceso de edición tanto material grabado que no se sabe qué hacer con él. Anderson hace referencia a las series limitadas y el cómo se llegan a usar como excusa par extender una historia que bien se podría contar en menos tiempo. De hecho, para él las series buscan un formato totalmente distinto que es en sí mismo un reto muy complicado:

[Las series limitadas] son un gran formato cuando funcionan. Es emocionante. Pero de nueva cuenta, también lo son las series. Nunca me he metido en ese mundo, pero me imagino que debe ser muy difícil sostener la vida de la historia por más de dos, tres o cuatro temporadas.

Nadie me pide [hacer televisión]. Simplemente estoy jugando en mi propia esquina del arenero. Como escritor, creo que tenemos fantasías cuando tienes problemas editando material: “Tengo tanto material, tal vez esto es una serie limitada.” Cuando en realidad no, no lo es, simplemente tienes que editar tu propia historia.

Este comentario es muy interesante, pues es verdad que últimamente se ha hablado mucho sobre convertir ciertas películas en series para mantener todo el material posible. Esta discusión se tuvo, por ejemplo, con la llegada de La Liga de la Justicia de Zack Snyder - 82% a HBO Max. En principio se levantaron rumores asegurando que la edición funcionaría como una miniserie para dejar absolutamente todo lo que Zack Snyder había trabajado. Cintas como Harry Potter y La Piedra Filosofal - 80% y El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo - 91% sirvieron para acostumbrar al público a historias más largas, pero no todas necesitan ser así. De hecho, cuando algunos títulos son más cortos mucho se critica como si automáticamente fuera un problema, como sucedió con Venom: Carnage Liberado - 45%, que si lo pensamos bien no necesitó más minutos para contar lo que quería contar. Se trata de una nueva costumbre nacida del pánico de los creadores y los fans a perder detalles, aunque no sean esenciales.

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