Andrew Garfield tuvo un gran año gracias al estreno de Spider-Man: Sin Camino A Casa - 92% que volvió a poner su versión del héroe en el mapa, y Tick, Tick... Boom! - 93%, musical sobre la vida de Jonathan Larson que ya le está dando bastante reconocimiento en esta temporada de premios. Sin embargo, y a pesar del fracaso que fue El Sorprendente Hombre Araña 2: La Amenaza de Electro - 52%, el actor lleva años trabajando con los mejores elementos de Hollywood y en diversos papeles que le han permitido a explorar temas como la fe, la religión, el capitalismo y la fama, mismos que le sirven para mantenerse humilde dentro de una de las industrias más caóticas.
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Cuando protagonizaba las cintas de Spider-Man, se esperaba que Garfield se convirtiera en uno de esos actores populares y requeridos por las grandes productoras para trabajos similares, donde el presupuesto, el pago y las ganancias siempre son lo más importante. El asunto es que, más allá de la decepción que Garfield tuvo con la producción, él siempre tuvo el interés y el talento para ir más allá. Títulos como Una Razón Para Vivir - 67%, Silencio - 84% y Hasta el Último Hombre - 86% son prueba de ello y durante el 2021 esto sólo quedó más claro.
Además de la última entrega de Spider-Man, Garfield apareció en Mainstream - 46%, dirigida por Gia Coppola y donde trabajó junto a Maya Hawke. Esta película dividió mucho a la crítica y al público, con algunos que la vieron como una historia superficial y exagerada, y otros que la reconocieron como un ejemplo de los medios actuales. Por otro lado, el actor también estrenó Los ojos de Tammy Faye - 55% junto a Jessica Chastain , donde interpretó a Jim Bakker, telepredicador caído en desgracia por sus escándalos y fraudes. Ambas cintas exploran el mundo de la fama y la fortuna desde dos ángulos distintos, pero comparten una misma crítica sobre la corrupción emocional que implica pertenecer a ese mundo.
En el personaje de Bakker, Andrew Garfield encuentra elementos deprimentes sobre la realidad, mismos que puede equilibrar un poco con la emoción y diversión de formar parte de Spider-Man: Sin Camino a Casa. Sin embargo, a pesar de lo duro que pueda ser interpretar estos roles, el actor los toma como una forma de aprendizaje y lo hacen relacionarse de manera distinta con lo que ve a diario en la industria, donde uno puede alcanzar la fama de la manera más tonta mientras que otros luchan por sus sueños sin conseguirlos jamás.
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En una entrevista para El Mundo España, Garfield habló sobre estas realidades y sobre cómo percibe el mundo que habita, lleno de lujos y presupuestos millonarios. Para esto, reveló detalles sobre lo que tuvo que estudiar, analizar e investigar sobre Jim Bakker, hombre que predicaba que Dios quería que ellos fueran ricos y poderosos:
Cristo no iba detrás de los ricos y poderosos, sino de los pobres, los vagabundos, las prostitutas, los olvidados por la sociedad... Y Jesús mismo fue alguien que abandonó la idea de riqueza o comodidad. La religión, como la entiendo, es una búsqueda del sufrimiento. Cristo quería zafarse de la esclavitud del yo.
El dinero es la nueva religión, la unión de Dios y el capitalismo. Antes, el edificio más alto de una población era siempre la iglesia. No se permitía construir por encima. Ahora miras el horizonte de cualquier ciudad y está muy claro en qué creen. Es devastador. Vivimos en un perpetuo sentimiento de que nada es suficiente.
Garfield explica que estos sentimientos lo llevan a alejarse de las redes sociales y la mira pública:
Vivimos un tiempo increíblemente banal donde sólo se celebra el instante, el ser famoso... El arte está para cambiar esto e intentar alcanzar algo más profundo. Sí, es un momento extraño y trágico... Y sí, procuro centrarme en lo que puedo controlar. Y eso tiene que ver sólo con mi trabajo.
A lo largo de su carrera, el actor ha trabajado en varias películas que abordan el tema de la religión, ya sea por tratar con la fe (o la falta de ella) o por tratar con la institución de la iglesia. Garfield explica que, aunque no busca este tipo de películas, naturalmente llaman su atención porque al final la búsqueda de lo espiritual es una conversación sobre la vida y la muerte, asuntos que él gusta analizar desde su trabajo.
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