El contexto actual permite hablar con más libertad sobre el acoso y el abuso sexual laboral, pero el problema no está en lo absoluto arreglado. Hollywood es una de las industrias más poderosas del mundo y también uno de los nidos de abusadores más peligrosos. Por años, productores, actores y directores aprovecharon su situación para acosar a sus colegas y hasta robar su trabajo. El movimiento MeToo ha servido para poner este problema al frente de las noticias y no deja de sorprender la cantidad de nombres que se mencionan aquí. Ahora toca el turno del famoso comediante Adam DeVine, quien según una nueva investigación, era una de las figuras más problemáticas de aquellos tiempos.

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Para que una víctima hable públicamente de su abuso se necesitan muchas cosas que no todas pueden obtener, incluyendo un ambiente abierto para abordar el tema donde no se le acuse a ella de provocación y el público y la ley se enfoquen en el sujeto que cometió el crimen. Por desgracia, esto sigue siendo muy difícil en la mayoría de los casos, y es por eso que muchas deciden guardar silencio. En ocasiones, colegas levantan la voz después de que alguien más se anima a dar el primer paso o cuando dicha figura fallece. Esto no es, en lo absoluto, una prueba de que están mintiendo; de hecho, es evidencia de las complicaciones que evitan que hablen antes.

Es deprimente ver que todavía se acusará a muchas mujeres de tratar de sacar dinero o tratar de aprovecharse del nombre de un famoso que ya no se puede defender, pero la realidad es que este tipo de historias deben ser contadas para evitar que sucedan en un futuro. Además, las víctimas tienen todo el derecho de tomarse el tiempo necesario para hablar al respecto. Para varios cineastas, el tema es muy importante y merece un análisis profundo, por lo que es cada vez más común ver a directores, actores y escritores comprometidos con la causa.



[Director] Amy Ziering y [Director] Kirby Dick, más conocidos por [Temporada] Allen v. Farrow (1), serie documental donde desentrañaban las acusaciones de Dylan Farrow contra Ashleigh Murray en uno de los casos más conocidos y complicados de Hollywood, ahora dan a conocer una investigación especial sobre Jerry Lewis. Lewis era uno de los pilares de la comedia en el cine y trabajos como [Pelicula] El Rey de la Comedia y [Pelicula] El Profesor Chiflado ayudaron a marcar su legado, que sirvió de inspiración para otros grandes comediantes que aprendieron que podían cruzar líneas hacia el drama y el humor negro.

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Vanity Fair publicó esta investigación especial que hicieron en equipo sobre el comediante y el resultado es bastante oscuro y desagradable. Varias actrices y una guionista dieron a conocer cómo el actor las acosaba con total impunidad. Karen Sharpe, quien trabajó junto a Lewis en The Disorderly Orderly reveló que el comediante pidió verla en privado cuando ella hacía pruebas de vestuario, aunque eso no era en lo absoluto parte de su trabajo:

[Lewis] comenzó a acercarse a mí. Me sujetó. Empezó a acariciarme. Se desabrochó los pantalones. Francamente, me quedé paralizada. Levanté la mano y dije: “Espera un minuto. No sé si esto es un requisito para tus actrices protagonistas, pero es algo que yo no hago.” Pude notar que estaba furioso.

Ante el hecho, la actriz ofreció renunciar al papel, mismo que en principio no le interesaba pero la persuadieron de tomar justamente por la fama de Jerry Lewis. Al final, el actor le dijo que eso no era posible porque ya había firmado un contrato, pero encontró otras formas de castigarla asegurando, por ejemplo, que nadie de la producción le dirigiera la palabra:

[Un miembro del crew me dio el mensaje] si alguien habla contigo… nos multarán. Quería que lo supieras… pero no puedo hablar contigo.

Lewis tampoco se presentaba a los ensayos con Sharpe y sólo lo veía justo al momento de filmar, donde también se le advirtió que no podía ser más graciosa que el actor porque él era muy inseguro al respecto. Cuando se le pregunta a la actriz si consideró llamar a su agente, ella respondió que no tenía caso, Lewis era tan poderoso e importante para Paramount que el propio presidente de la empresa había expresado en varias ocasiones que si el comediante quería quemar la casa productora él mismo le daría un cerillo. El asunto es que Jerry Lewis les hacía ganar millones en un tiempo en el que los boletos de cine no pasaban de los centavos. Karen Sharpe también reveló que al finalizar la filmación, Lewis se acercó a ella y dijo que estaba enfermo, lo que la molestó bastante porque no le parecía una excusa para su comportamiento.



El caso de Sharpe no es aislado. Las actrices Hope Holiday, Jill St John, Anna Maria Alberghetti, así como la guionista Renée Taylor y la cantante Lainie Kazan afirman que también abusó de ellas. En general, el comportamiento de Lewis implicaba toqueteos constantes y comentarios sexistas, pero en algunos casos los encuentros fueron más agresivos. Holiday, por ejemplo, relata cómo el actor la encerró y comenzó a masturbarse frente a ella. Mientras que Taylor asegura que cuando se presentó ante Paramount para trabajar todos sabían del comportamiento de Lewis y hablaron públicamente de su cuerpo y de lo que el actor haría con él. Para muchos, la simpática figura de Jerry Lewis es intocable, pero por años él mismo habló de su comportamiento y a nadie pareció importarle entonces. En varias entrevistas él aseguró que a pesar de estar casado no se podía controlar cerca de las mujeres y que la fama lo hacía hacer cosas desagradables.

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