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La mañana del pasado jueves el mundo despertó con la noticia sobre la guerra que inició entre Rusia y Ucrania, esto como el desborde de un conflicto que se ha arrastrado desde 1991 con la separación de la URSS. A decir verdad, los ucranianos han estado cerca de estos ataques por muchos años, pero ahora la disparidad ha llegado a su límite, lo que incitó a muchos ciudadanos a salir de su país.
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Por otro lado, se encuentran aquellos que han decidido quedarse hasta que haya una toma oficial por parte de Rusia. Varios de los que han tenido esta voluntad son cineastas decididos ha mostrar al mundo lo que pasa en su tierra; una de ellas es Natalya Vorozhbit, quien el año pasado representó a su país durante la entrega de los Premios de la Academia en la categoría de Mejor Película Extranjera con su cinta Bad Roads.
En semanas recientes, Vorozhbit estaba en medio del rodaje de su nueva cinta ahora titulada Demons, y con el inicio del bombardeo se vio en la necesidad de quitarle prioridad a su producción para moverse a un refugio antibombas. Desde ahí, ella ha tomado la responsabilidad de mostrarle al mundo lo que se está viviendo de ese lado y, durante una entrevista con Indie Wire, explicó no sólo la evidente tensión que le rodea, sino su preocupación por el manejo de la información en el exterior.
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Cabe mencionar que la cinta por la que compitió por la popular estatuilla retrata las amenazas que de manera constante se viven en la región de Donbass, y a pesar de tener una respuesta positiva por la audiencia y la crítica durante su gira en festivales, la delicadeza del tema la hizo difícil de distribuirse. Pero, de acuerdo a sus palabras, el cine es una de las formas más directas de expresarle al mundo lo que ahí se está viviendo.
Según palabras de la cineasta, desde hace casi tres décadas existe cierto sentimiento ruso que se ha manejado a través de la propaganda y que, hoy en día, sigue siendo bastante fuerte. Por eso Vorozhbit ha pedido cierta empatía “uniendo esfuerzos contra la agresión de Putin”. Exigió que no se confíe en ningún tipo de propaganda y que ahora, más que en cualquier momento, se necesita apoyo externo.
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A pesar de que la producción de Demons quedó a medias, por ahora esa no es su prioridad, pero sí lo es el mostrar al mundo lo que se vive en Ucrania en este momento clave, así como lo ha hecho desde hace años a través del cine.
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Por otro lado, se encuentran aquellos que han decidido quedarse hasta que haya una toma oficial por parte de Rusia. Varios de los que han tenido esta voluntad son cineastas decididos ha mostrar al mundo lo que pasa en su tierra; una de ellas es Natalya Vorozhbit, quien el año pasado representó a su país durante la entrega de los Premios de la Academia en la categoría de Mejor Película Extranjera con su cinta Bad Roads.
En semanas recientes, Vorozhbit estaba en medio del rodaje de su nueva cinta ahora titulada Demons, y con el inicio del bombardeo se vio en la necesidad de quitarle prioridad a su producción para moverse a un refugio antibombas. Desde ahí, ella ha tomado la responsabilidad de mostrarle al mundo lo que se está viviendo de ese lado y, durante una entrevista con Indie Wire, explicó no sólo la evidente tensión que le rodea, sino su preocupación por el manejo de la información en el exterior.
Mucha gente se va, pero es mi elección quedarme. Es muy importante para mí estar aquí. Estoy inspirada y estimulada por estar en Ucrania. Solo me iré si Rusia captura Ucrania, si puedo hacerlo en ese momento.
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Cabe mencionar que la cinta por la que compitió por la popular estatuilla retrata las amenazas que de manera constante se viven en la región de Donbass, y a pesar de tener una respuesta positiva por la audiencia y la crítica durante su gira en festivales, la delicadeza del tema la hizo difícil de distribuirse. Pero, de acuerdo a sus palabras, el cine es una de las formas más directas de expresarle al mundo lo que ahí se está viviendo.
Muchas personas no querían verlo porque les parecía traumático. Tuve que explicar que esta es una situación real que sucede en la parte oriental de Ucrania, que el enemigo está realmente cerca y que el enemigo quiere destruirnos. La situación real es en realidad mucho peor que en la película. Algunas personas no querían reconocer eso.
Según palabras de la cineasta, desde hace casi tres décadas existe cierto sentimiento ruso que se ha manejado a través de la propaganda y que, hoy en día, sigue siendo bastante fuerte. Por eso Vorozhbit ha pedido cierta empatía “uniendo esfuerzos contra la agresión de Putin”. Exigió que no se confíe en ningún tipo de propaganda y que ahora, más que en cualquier momento, se necesita apoyo externo.
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A pesar de que la producción de Demons quedó a medias, por ahora esa no es su prioridad, pero sí lo es el mostrar al mundo lo que se vive en Ucrania en este momento clave, así como lo ha hecho desde hace años a través del cine.