Rio Hackford era un actor de origen estadounidense, mejor conocido por su aparición en diversos filmes y programas de televisión como Jonah Hex, Swingers, Treme y The Mandalorian - 90%. Lamentablemente, Rio murió el jueves pasado en Huntington Beach, California, a la edad de 51 años. Fue su hermano, Alex Hackford, quien dio la triste noticia a través de Variety, y mencionó que el actor falleció debido a una enfermedad.
También lee: Star Wars: Liam Neeson dice que no volverá a ser Qui-Gon Jinn a menos que sea en una película
Rio nació en Los Ángeles, California. Fue hijo del director de El Abogado del Diablo - 66%, Taylor Hackford, e hijastro de la famosa actriz británica Helen Mirren. La carrera actoral de Rio Hackford comenzó en el año 1990 en Mujer Bonita - 62%, con una aparición no acreditada interpretando a un drogadicto. Además, Hackford era dueño de numerosos bares y clubes, incluidos Monty en Los Ángeles, Homestead en San Francisco y Pal's Lounge y One-Eyed Jacks en Nueva Orleans.
Hackford también apareció en cintas como Safe, Déjà Vu, Treasure Island, I Love Your Work, Blood In, Blood Out, Sherrybaby y Strange Days. Interpretó al detective King en la película Stay Alive del 2006 y a Grayden Nash en Jonah Hex de 2010. Apareció más recientemente como gerente en un episodio de Pam y Tommy - 89%, una miniserie de drama biográfico, creada por Seth Rogen y Evan Goldberg para Hulu, basada en la relación entre el baterista Tommy Lee y la actriz y modelo Pamela Anderson.
No te vayas sin leer: The Mandalorian: tercera temporada no llegaría este verano
Además, Hackford dio vida a IG-11, el querido droide asesino en la temporada número uno de The Mandalorian, con Taika Waititi prestando su voz al personaje. Rio también tuvo un cameo como el cazarrecompensas Riot Mar en esa misma temporada. El guionista D. V. DeVincentis, quien escribió Lay the Favourite y un episodio de American Crime Story: The People v. O.J. Simpson en el que aparecía Hackford, recordó a su amigo con un homenaje en Instagram:
La vida es experiencia. Tiempo y sensación plegándose, enmarcándose el uno al otro. Rio estaba más en sintonía con la experiencia que nadie que haya conocido. Detendría lo que estaba sucediendo para señalarlo, obligarte a prestar atención. Te pediría una experiencia imprescindible de un menú querido y te mantendría a la vista mientras prestabas atención a lo que estaba pasando en tu boca. '¿Verdad, chico? Quiero decir... ¿verdad?' Él ponía una experiencia para ti en el estéreo, luego la empezaba de nuevo y la volvía a reproducir porque la habíamos hablado la primera vez y 'Amigo, realmente tienes que escucharla'. No solo estaba obsesionado con las películas y cómo se reflejaban y componían, sino que era algo más: un superfanático de innumerables escenas, de gestos particulares de actores anónimos, giros extraños en su carrera, reapariciones rugientes, cantos de cisne del cine: todas experiencias reales para ti, cuando las contemplas conscientemente. Durante las llamadas telefónicas de un teléfono celular de viaje a otro, él rastreaba dónde estabas y te dejaba saber qué increíble comida o bar había en tu vecindad, un GPS gourmet zumbando en todo momento, para ti. Y esas largas, largas llamadas pasaron muy rápido, su don de la palabra tan paradójico como en su semblante lacónico de Gary Cooper. La experiencia digna no está en todas partes. Pero Rio sabía lo más cercano a ti en un momento dado, y hacer un seguimiento de estas preciosas posibilidades para ti era su lenguaje de amor más fluido. Rio era el curador máximo de la experiencia, era su oxígeno, su vida.
Comentarios
Tomatazos
Facebook
Mejores
Nuevos