Muchos esperan con ansias el estreno de [Pelicula] Rubia en Netflix para analizar a detalle el rol que podría darle a Ana de Armas su primera nominación al Oscar como Mejor Actriz. Sin embargo, la cinta se ha convertido también en un tema de debate entre los críticos y el público, pues parece que la opinión sobre su mensaje se lee en extremos. Algunos aseguran que lo explícito de la historia es indispensable para exponer el abuso sexista en Hollywood, mientras que otros consideran que es una pobre excusa para seguir explotando la imagen de Jim Parsons de manera descuidada. Ahora, la adaptación enfrenta una nueva acusación sobre promover un mensaje provida en un contexto bastante complicado para las mujeres en Estados Unidos.

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Marilyn Monroe es una de las actrices más famosas de toda la historia. Además de su belleza y presencia en el set de filmación, la intérprete era muy admirada por su inteligencia y gracia. Por desgracia, muchos de sus mejores atributos y virtudes quedaron opacados porque el sistema de Hollywood la quería vender como la rubia tonta y sexy a toda costa. Aunque seguir este patrón le funcionó para encontrar un lugar privilegiado dentro de la industria, también marcó su mayor obstáculo, pues todos comenzaron a apreciar su máscara mientras su verdadera personalidad se consumía poco a poco.

Su trágico fallecimiento, así como todos los secretos de su vida personal, fueron suficiente para elevar su nombre y darle un legado particular que todavía en estos tiempos es difícil separar de la mujer real. Por años se ha analizado lo que realmente pasó con Monroe, desde sus romances hasta los abandonos y abusos constantes que sufrió, así como el proceso de disociación que afectó sus últimos años. Con tanto interés sobre ella, no es extraño ver muchas películas, novelas y series basadas en su vida. La mayoría de estas obras sólo buscan explotar a Monroe porque ella misma es un tema que causa mucho morbo entre el público.



Cuando [Escritor] Joyce Carol Oates decidió escribir Blonde lo hizo bajo un único compromiso: el mostrar a la mujer que fue enterrada por la figura famosa y la industria en la que tanto quería encajar. La novela es asfixiante, pesada, trágica e incómoda, por lo que una adaptación fiel sólo puede darse si mantiene ese mismo ritmo, por mucho que eso divida a los espectadores o a los especialistas. Aunque ya existe una serie que intentó adaptar este libro, la verdad es que la ambición de [Director] Andrew Dominik para Rubia fue mucho más apropiada para la historia. La obra ya fue estrenada en varios festivales y ahora tiene un recorrido en cartelera en Estados Unidos, antes de su llegada mundial a Netflix, y todos confirman que Ana de Armas hace un trabajo estupendo, pero no todos están convencidos con la propuesta como tal.

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La autora vio el corte final de Rubia meses antes de su estreno y aseguró que el director había creado una gran adaptación que cumplía con el feminismo y la crítica que ella abordó en su novela. Sin embargo, varios críticos creen exactamente lo contrario, con algunos incluso comparándola con una cinta de body horror por todo lo que se muestra de manera explícita sobre el abuso sexual y el aborto, algo que consideran poco necesario y de mal gusto para la figura misma de Marilyn Monroe. En este contexto se da una nueva crítica sobre uno de los momentos más intensos de la historia que proviene directamente del libro.

Samantha Bergeson de IndieWire considera que Rubia se vuelve muy problemática en el contexto actual de Estados Unidos, donde los derechos de las mujeres están siendo pisoteados día a día. La crítica canaliza su opinión en una escena en particular donde Monroe alucina con los fetos que fue obligada a abortar y que le piden explicaciones sobre su decisión:

[…] Rubia es un horrible e insensible recordatorio de por qué se debe incluir, o al menos pedir, una perspectiva femenina al escribir sobre el aborto.

[…] la verdadera advertencia es sobre un trío de fetos CGI que preguntan por qué Monroe los asesinó. ¿Esta es nuestra declaración "feminista" en la América post Roe v. Wade, según Oates, según Dominik y, presumiblemente, según Plan B Productions de Brad Pitt?

Monroe, cuyo cuerpo simplemente se invoca aquí para provocar, con frecuencia se desvincula de su cuerpo para sobrevivir a la fama. Dominik clasificó su película como un retrato de "lo que es pasar por la picadora de carne de Hollywood" y se jactó de que su obra magna es como si "'Citizen Kane' y 'Raging Bull' tuvieran una hija"… una que parece haber crecido para convertirse en Amy Coney Barrett [jueza de la Corte Suprema que apoya las políticas de Trump].



Para Bergeson, el director tenía una ambición muy específica que se relaciona más con él que con Marilyn Monroe, figura a la que tanto quería hacer justicia con Rubia. Las estadísticas declaran que el 95% de las mujeres que han optado por un aborto no se arrepienten, pero aquellas que son obligadas a seguir con el embarazo sí sufren otras consecuencias. Aunque la idea de ver cómo Monroe pierde todo control sobre su cuerpo es algo que definitivamente podría aportar a la conversación feminista, parece que Dominik se queda corto por poner prioridad al espectáculo visual y la provocación que tanto se debate entre críticos.

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