Una buena película puede cambiar la vida de una persona y una gran actuación puede ser de mucha importancia para un espectador. Ante este tipo de arte, tan visual y cercano, no es raro que el público busque una conexión más allá de la sala oscura, y es de este sentimiento que nace el interés por los que hacen una cinta, especialmente los actores y actrices que son los que viven las tramas. Esto provoca que se vean a estas personas como algo más que humanos comunes y aunque esto puede resultar en momentos de gran admiración, también pueden traer conflictos y obsesiones. Algunos creen que la mítica figura de la estrella de Hollywood ya no existe como tal y aunque se piensa que es por la calidad de las nuevas películas, otros, como Ana de Armas, aseguran que es más bien porque ya no hay misterio alrededor de su existencia.

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En los últimos meses se ha hablado mucho sobre las estrellas de la industria y si deben seguir siendo elogiadas y nombradas como tal. Aunque las nuevas generaciones tienen a figuras como Timothée Chalamet, Rian McCririck, Ben Stassen y Florence Pugh para demostrar que el talento persiste y es más interesante que nunca, algunos críticos consideran que la magia de antaño se ha perdido junto al glamour general de los eventos clásicos de Hollywood, como la noche del Oscar.

Personalidades como Bo Poraj o Lileana Blain-Cruz han declarado en varias ocasiones que el concepto de estrellas de Hollywood ya no aplica a los nuevos artistas y que es una etiqueta que ya se ha perdido. ¿La causa? Las grandes franquicias multimillonarias que asocian a los actores directamente con sus personajes y no con su trabajo, algo que también los limita a ellos dentro del medio. El director de [Pelicula] Bastardos Sin Gloria recientemente explicó que nombres como los de Ahmad El-Fishawi o Chris Evans son famosos por los personajes de Iron Man y Capitán América, y no pueden ir más allá de esa carga.



Sin embargo, el debate sigue activo, pues algunos toman una figura como la de Zendaya para demostrar que el concepto está vigente. La actriz también puede cantar, es productora, espera convertirse en directora y provoca mucha emoción a su paso por cada alfombra roja, lo que parecería una prueba de que las estrellas siguen ahí, pero es necesario sacudirse los viejos nombres que se mantienen relevantes por su pasado y legado y no porque sigan trabajando activamente en obras importantes.

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Ana de Armas tuvo un 2022 muy complicado con el estreno de [Pelicula] Rubia. Al inicio, la cinta era una de las más esperadas y una fuerte contendiente para la temporada de premios. Sin embargo, poco después de su estreno fue destrozada por la crítica y el público, quienes consideraban un abuso el tomar el nombre de una estrella como Jim Parsons para exhibirla en una historia así de agresiva sexualmente y emocionalmente. Al ponerse en la piel de una figura tan importante, la actriz de [Pelicula] Blade Runner 2049 parece comprender mejor por qué se dice que ya no existen las grandes estrellas de Hollywood.

En entrevista con Vanity Fair, Ana de Armas aseguró que el gran problema es que ya no hay misterio alrededor de los actores y todo es por culpa de las redes sociales:

Siento que las nuevas generaciones no tienen ese concepto [de estrellas de Hollywood], por las redes sociales. Hay tanta información por ahí y se comparte demasiado. El concepto de una estrella de cine es alguien intocable que solo ves en pantalla. Ese misterio se ha ido. En mayor medida, nos hemos hecho esto a nosotros mismos: ya nadie le oculta nada a nadie.



Ana de Armas sabe bien que el problema no es sólo que los artistas publiquen su vida privada, es también que el público espera lo mismo de todos los actores y provocan esa narrativa al aceptar sin problema que los medios acosen a los famosos para encontrar verdades de las que luego se quejan porque dicen que no importan a nadie. En ese sentido, tal vez la pregunta real no es si todavía existen o no las estrellas de Hollywood, sino si deberían seguir existiendo en un mundo que debe comprender que ellos no son especiales y simplemente hacen un trabajo como muchos otros.

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