Las escenas de sexo en la industria del entretenimiento siempre han sido objeto de discusión, pues mientras que algunos argumentan que estas son esenciales para la historia de manera estética y narrativa, otros creen que a menudo son gratuitas y explotadoras. Recientemente el director Quentin Tarantino las ha calificado como innecesarias para su filmografía.
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Y es que algunas de las más icónicas escenas del tipo han expuesto que estas son necesarias al tiempo de retratar con precisión las relaciones entre los personajes, así como mostrar la intimidad y vulnerabilidad de los mismos, y con ello transmitir honestidad a la audiencia. Este hecho puede ser más claro en producciones que celebran el erotismo como Bridgerton - 92%, Sex and the city o Girls - 95%.
Pero algunas voces también señalan que el mal manejo de escenas eróticas en ocasiones puede dañar el mensaje general de una historia, haciendo pasar a un truco fácil para atraer audiencia como un recurso narrativo enteramente válido. En los últimos años, ha existido un movimiento creciente hacia representaciones más realistas y honestas del sexo en las películas, así como un impulso por una mayor diversidad y representación en la pantalla.
Y es que habría que recordar que con los crecientes movimientos que impulsan a las denuncias de acoso en la industria, se han revelado trasfondos más que problemáticos detrás del rodaje de este tipo de escenas. Todo esto puede llevar a calificar a estas escenas como difíciles de rodar para algunos directores. En la presentación de su libro Meditaciones de cine para el medio catalán Diari Ara, Tarantino fue claro con su postura sobre las escenas de sexo dentro de su obra.
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El sexo no forma parte de mi visión del cine. Y la verdad es que, en la vida real, es una lata rodar escenas de sexo, todo el mundo está muy tenso. Y si ya antes era un poco problemático hacerlo, ahora todavía lo es más. Si alguna vez hubiera surgido una escena de sexo que fuera esencial para la historia, lo habría hecho, pero hasta ahora no ha sido necesario.
En contraste, algunas voces ya han señalado la aparente hipocresía en la decisión de Tarantino sobre este rechazo al rodaje de escenas de sexo. Después de todo, una de sus películas más emblemáticas, Del Crepúsculo al Amanecer - 63%, presentaba una escena en la que el personaje de Tarantino bebía tequila de la pierna de Salma Hayek.
Aunque el cineasta nunca ha hecho de las escenas de sexo un foco importante en su trabajo, sí ha utilizado la violencia explícita como un medio para explorar diferentes aspectos de la naturaleza humana. Esto ha incluido episodios de violencia sexual que se han retratado en varias de sus películas, los cuales, según las experiencias relatadas por actores y actrices involucradas en este tipo de escenas, demandan el mismo tipo de profesionalismo y cuidados al tiempo de rodarlas. Esto sugiere que no habría manera por la cual Tarantino pudiera escaparse de esta “problemática” en el set.
Gracias a que en años recientes se han tomado acciones concretas al respecto de las normativas y restricciones en los rodajes —que incluyen a la creación del puesto de coordinador de intimidad—, el público también ha tenido la oportunidad de disfrutar de puestas en escena igualmente provocadoras pero con un nivel de intimidad que aboga por mucho más que la provocación, beneficiando así a la propuesta artística en ambos lados de la pantalla.
Ese tipo de medidas son importantes para que eventos como lo relatado en el documental La historia de Brooke Shields - 86%, no vuelvan a ocurrir. De esta manera las narrativas y creadores que apuesten por historias que aborden completa o parcialmente por escenas explícitas de erotismo puedan desarrollarse en el mejor de los escenarios posibles.
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