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Son tiempos interesantes en cuanto a avances tecnológicos. A través de ChatGPT se han establecido nuevas formas de trabajo y otras dinámicas, sin embargo, algunos no están conformes con los métodos utilizados por esta herramienta. Sarah Silverman, actriz y comediante, impulsó una demanda contra OpenAI, la empresa desarrolladora de la inteligencia artificial, iniciativa bastante singular que a través de redes sociales está siendo aplaudida por Mark Ruffalo, estrella multimillonaria de Marvel Studios.
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OpenAI es una organización de investigación en inteligencia artificial cuyo objetivo principal es desarrollar y promover IA para la humanidad. Fue fundada en 2015 y ha sido pionera en el desarrollo de modelos de lenguaje avanzados, como GPT-3. OpenAI ha contribuido de manera significativa a la comunidad de su rubro, compartiendo investigaciones, publicando artículos y proporcionando acceso a herramientas y modelos para impulsar el avance en el campo. De acuerdo con sus políticas, está comprometida con la ética, la transparencia y la responsabilidad en el desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial, pero no son pocas las críticas y comentarios negativos en su contra.
Silverman, famosa por sus shows stand-up y por películas como [Pelicula] Escuela de Rock y [Pelicula] Ralph, El Demoledor, se unió a los novelistas Christopher Golden y Richard Kadrey para demandar a OpenAI por hacer que ChatGPT “utilice sus nombre en los datos de entrenamiento sin consentimiento, sin crédito y sin compensación.” El trió sostiene que representan a “todas las personas o entidades domiciliadas en los Estados Unidos que poseen derechos de autor en los Estados Unidos en cualquier trabajo que se haya utilizado como datos de capacitación para los modelos de lenguaje de OpenAI.” Mark Ruffalo está encantado:
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En el caso específico de Silverman, la comediante sostiene que OpenAI uso información de su libro The Bedwetter, publicado en 2010, como herramienta de entrenamiento para la inteligencia artificial. Huffpost también informa que la demanda acusa a la empresa de utilizar datos no autorizados obtenidos de Library Genesis y Z-Library, bibliotecas digitales ilegales que en los últimos años han tenido fuertes encuentros con las autoridades de Estados Unidos.
Más allá de la demanda, el propio uso de ChatGPT en la vida cotidiana se ha convertido en un tema polémico. Por un lado, existe la preocupación de que los modelos de lenguaje generativo puedan propagar información falsa o engañosa, lo que plantea desafíos para la veracidad y la confiabilidad de la información generada. Estos modelos pueden amplificar sesgos inherentes en los datos de entrenamiento, lo que podría resultar en respuestas discriminatorias o reforzar estereotipos perjudiciales. También se señala que la AI pueda ser utilizada para actividades maliciosas, como la generación de contenido falso o la manipulación de individuos a través de ingeniería social. De igual forma existe la preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos personales compartidos durante las interacciones con ChatGPT. Estas incertidumbres éticas, de confiabilidad y de seguridad han generado debates y discusiones sobre el uso responsable y regulación de los modelos de inteligencia artificial.
Por supuesto que ChatGPT y los problemas en Hollywood no se quedan atrás. Se teme que el uso generalizado de esta tecnología pueda reemplazar o reducir la demanda de escritores y guionistas humanos, lo que podría afectar la calidad y originalidad de los contenidos producidos. Hay inquietudes sobre los derechos de autor y la atribución adecuada cuando se utilizan textos generados por máquinas en proyectos cinematográficos. También se plantea la cuestión de la diversidad y la representación en los guiones, ya que los modelos de lenguaje pueden verse influenciados por sesgos inherentes en los datos de entrenamiento y perpetuar estereotipos. ChatGPT en Hollywood genera debates sobre los límites de la creatividad artística, copyright y mucho más, y la conversación en torno al tema sigue.
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OpenAI es una organización de investigación en inteligencia artificial cuyo objetivo principal es desarrollar y promover IA para la humanidad. Fue fundada en 2015 y ha sido pionera en el desarrollo de modelos de lenguaje avanzados, como GPT-3. OpenAI ha contribuido de manera significativa a la comunidad de su rubro, compartiendo investigaciones, publicando artículos y proporcionando acceso a herramientas y modelos para impulsar el avance en el campo. De acuerdo con sus políticas, está comprometida con la ética, la transparencia y la responsabilidad en el desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial, pero no son pocas las críticas y comentarios negativos en su contra.
Silverman, famosa por sus shows stand-up y por películas como [Pelicula] Escuela de Rock y [Pelicula] Ralph, El Demoledor, se unió a los novelistas Christopher Golden y Richard Kadrey para demandar a OpenAI por hacer que ChatGPT “utilice sus nombre en los datos de entrenamiento sin consentimiento, sin crédito y sin compensación.” El trió sostiene que representan a “todas las personas o entidades domiciliadas en los Estados Unidos que poseen derechos de autor en los Estados Unidos en cualquier trabajo que se haya utilizado como datos de capacitación para los modelos de lenguaje de OpenAI.” Mark Ruffalo está encantado:
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Felicitaciones a Sarah Silverman. Lo más probable es que se convierta en un caso histórico.
En el caso específico de Silverman, la comediante sostiene que OpenAI uso información de su libro The Bedwetter, publicado en 2010, como herramienta de entrenamiento para la inteligencia artificial. Huffpost también informa que la demanda acusa a la empresa de utilizar datos no autorizados obtenidos de Library Genesis y Z-Library, bibliotecas digitales ilegales que en los últimos años han tenido fuertes encuentros con las autoridades de Estados Unidos.
Más allá de la demanda, el propio uso de ChatGPT en la vida cotidiana se ha convertido en un tema polémico. Por un lado, existe la preocupación de que los modelos de lenguaje generativo puedan propagar información falsa o engañosa, lo que plantea desafíos para la veracidad y la confiabilidad de la información generada. Estos modelos pueden amplificar sesgos inherentes en los datos de entrenamiento, lo que podría resultar en respuestas discriminatorias o reforzar estereotipos perjudiciales. También se señala que la AI pueda ser utilizada para actividades maliciosas, como la generación de contenido falso o la manipulación de individuos a través de ingeniería social. De igual forma existe la preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos personales compartidos durante las interacciones con ChatGPT. Estas incertidumbres éticas, de confiabilidad y de seguridad han generado debates y discusiones sobre el uso responsable y regulación de los modelos de inteligencia artificial.
Por supuesto que ChatGPT y los problemas en Hollywood no se quedan atrás. Se teme que el uso generalizado de esta tecnología pueda reemplazar o reducir la demanda de escritores y guionistas humanos, lo que podría afectar la calidad y originalidad de los contenidos producidos. Hay inquietudes sobre los derechos de autor y la atribución adecuada cuando se utilizan textos generados por máquinas en proyectos cinematográficos. También se plantea la cuestión de la diversidad y la representación en los guiones, ya que los modelos de lenguaje pueden verse influenciados por sesgos inherentes en los datos de entrenamiento y perpetuar estereotipos. ChatGPT en Hollywood genera debates sobre los límites de la creatividad artística, copyright y mucho más, y la conversación en torno al tema sigue.
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