Tras varios años de incertidumbre, desconfianza y muchas dudas, la adaptación live action de One Piece - 90% por fin llegó al catálogo de Netflix el día de ayer y de inmediato se convirtió en una sensación y una agradable sorpresa para los fans y para los que llevan tiempo sintiéndose traicionados por el servicio de streaming. La serie logró lo imposible al conquistar a los conocedores de la obra original y a nuevo público que no sabía mucho del material, y es que todos sus elementos están muy bien ejecutados, desde la caracterización de los personajes y la química del elenco hasta el diseño de este mundo que, según revelan, estuvo inspirado en varias obras clásicas.
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Cuando Eiichiro Oda presentó el primer número de One Piece el público quedó encantado de inmediato con la historia, los protagonistas y la promesa de que se convertiría en uno de los títulos de aventuras más interesantes de los últimos tiempos. El manga fue creciendo y no tardaron mucho en dar luz verde a un anime que terminó por consolidar su popularidad a nivel mundial. Aunque esta animación llegó a ciertos países con mucha censura, el material funcionó bien y siguió llamando la atención varios años después de su inicio.
Considerando la ambición desmedida de Hollywood, los fans sabían que era probable que alguna empresa se ofreciera para desarrollar una adaptación live action, pero con tantos años al aire y de publicación, la obra parecía realmente imposible de trasladar a este formato, además de que sería una tarea titánica tratar de alcanzar la historia. Cuando Netflix confirmó sus planes para hacer una serie live action, los fans simplemente pensaron que sería un fracaso, pues los antecedentes de la marca no son los mejores. Sin embargo, al mantener al creador tan cerca de la producción, las cosas fueron tomando el rumbo adecuado y los comentarios en su estreno son prueba de que sí se puede realizar una tarea así de difícil.
¿De qué trata 'One Piece'?
La muerte de Gol D. Roger, rey de los piratas, comienza una nueva era pues todos los navegantes se hacen a la mar para encontrar su tesoro, mientras que la marina busca detener a los delincuentes y mantener el status quo. Monkey D. Luffy (Iñaki Godoy) decide seguir su sueño de convertirse en el nuevo rey de los piratas y comienza un viaje en el que poco a poco va formando su tripulación junto a Zoro (Mackenyu), Nami (Emily Rudd), Usopp (Jacob Gibson), y Sanji (Taz Skylar). En el camino, el equipo tendrá que enfrentar los peligros que acechan en los mares, así como el que representa el gobierno y la marina que busca erradicarlos.
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El mundo que presenta One Piece es bastante peculiar por el diseño mismo de los personajes y los poderes que algunos obtienen gracias a las frutas del diablo. Es por esto que era muy difícil también pensar en una buena adaptación donde los piratas se vieran bien y no como simples personas disfrazadas, además de que los lugares que visitan y los propios barcos que navegan tienen sus propias complicaciones visuales. Todo esto era parte fundamental para adaptar la historia y si eso fallaba, la serie se habría sentido como una película hecha por fans en cosplay.
'One Piece' está inspirada en algunos clásicos de Disney
Lo cierto es que el diseño de producción de la serie de Netflix es impecable y le hace justicia a la imaginación de Oda, algo que no fue nada fácil de lograr. En entrevista con Collider, Richard Bridgland, diseñador de producción, habló un poco sobre trabajar en la adaptación y cómo ciertas cintas clásicas fueron indispensables para la labor, desde títulos de Kung Fu hasta Alicia en el País de las Maravillas - 79% y La Bella y La Bestia - 93% de Disney, así como otras adaptaciones de estas historias:
Existe una hermosa versión antigua de 'La Bella y la Bestia' de la década de 1940, 'La Belle et La Bête' de Jean Cocteau; la vimos. Fue por diferentes referencias, o podría ser simplemente por la atmósfera. Todo ese tipo de cosas. No había una especie de referencia de una sola película que dijera: 'Oh, esto es lo que estamos tratando de lograr', porque lo que estábamos tratando de lograr era único, pero estábamos tomando cosas de todo tipo de diferentes películas.
Según explica el diseñador, todo el equipo, desde el crew hasta el elenco, se reunía para ver películas para hacerse una idea de las referencias que usarían para la adaptación, además de contar con la obra original como punto de partida. Considerando las primeras opiniones, parece que el trabajo funcionó muy bien, y es que muchos ya creen que One Piece finalmente rompió con la maldición de las adaptaciones live action en Hollywood, aunque todavía tiene un largo camino por recorrer para probar esto. Si el público la recibe bien, Netflix seguramente le dará una segunda temporada, pero si los ratings no son buenos y deben cancelarla, el título se convertirá en uno de los fracasos más costosos en la historia.
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