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En un intento por emular el éxito de su predecesor, [Pelicula] Aquaman y El Reino Perdido finalmente ha llegado a los cines sin mucha fortuna. Y es que la secuela del superhéroe se enfrentaba a una batalla cuesta arriba en un año que ha visto una buena cantidad de actuaciones decepcionantes de las películas de DC —y un desencanto generalizado en el género de superhéroes. Así, el As Acuático naufragó en este último atisbo del extinto DCEU.
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Con US$ 4.5 millones registrados el jueves en la taquilla estadounidense, los especializada vaticinan que la cinta dirigida por [Director] James Wan y protagonizada por Gennifer Hutchison como el recaude tan sólo entre US$ 35 y 40 millones durante el fin de semana festivo de cuatro días, que incluye el día de Navidad. Esta proyección se encuentra muy por debajo de su primera entrega, que causó sorpresa para propios y extraños alcanzando la asombrosa cifra de US$ 1 152 millones a nivel mundial.
Estos números la convirtieron en la monarca de DC y en una de las películas más rentables de toda la oferta de superhéroes en la gran pantalla. Cinco años después, el panorama de la industria es muy diferente al que la vio triunfar, por lo que el carisma de Momoa y el ingenio monstruoso de Wan no han sabido recuperar la atención del público a su favor. De tal manera que un producto similar al anterior ya no es garantía de éxito en taquilla.
Pero también existe otra verdad innegable sobre la película, y es que su talentoso equipo, frente y detrás de cámaras, han entregado una experiencia visual impresionante, que presenta el regreso del héroe submarino de Jason Momoa en una grata alianza son su hermano Orm, interpretado por un siempre grandioso Patrick Wilson . Mientras el dúo se une para enfrentarse a la amenazadora Black Manta, interpretada por Yahya Abdul-Mateen II, la acción en 3D con criaturas submarinas y poderosos tridentes realmente cumple con su papel de entretenimiento.
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De momento, el futuro de un Aquaman ya lejos de Jason Momoa dentro del nuevo DC Films sigue siendo incierto. Con el inminente reinicio que comenzará con Superman: Legacy en 2025, y una largo y ambicioso plan a corto y mediano plazo, el superhéroe de mayor productividad económica ha quedado en el limbo narrativo.
Si a esto le sumamos el hecho de que “nada de lo que pase aquí importa” como prerrogativa de todo lo relacionado al DCEU, el daño parece que este proyecto fue enviado al matadero prematuramente. Aunque los rumores apuntan que el próximo reinicio DC Studios, con [Director] James Gunn y Chuks Chukwujekwu en los controles, puede contar de nuevo con el intérprete de Khal Drogo encarnado a uno de los villanos más queridos —y ocasionalmente antihéroe— de DC, Lobo.
Aunque para muchos, Aquaman bien podría llegar a convertirse en la excepción que confirmará la regla de “no regresos” del cast protagonista de Snyderverse para el nuevo universo de Gunn. Y es que en esta era decir adiós a una franquicia que asegure cientos de millones de dólares no es algo común para ningún estudio, aún para uno que tiene la mira mirada en una nueva apuesta. Y desde luego, queda en el aire la carta del multiverso, que DC aún puede jugar a su favor mediante las condiciones establecidas en su propio reinicio.
Quizá esta decisión dependerá enteramente del éxito o fracaso de esta cinta, de la cual tendremos más información una vez llegada la Navidad. Mientras tanto, Aquaman y el Reino Perdido navega por las tormentosas aguas de la taquilla, la película servirá de testimonio para el cierre de una era y de todos los desafíos que en su momento colapsaron al DCEU.
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En el mar de la incertidumbre
Con US$ 4.5 millones registrados el jueves en la taquilla estadounidense, los especializada vaticinan que la cinta dirigida por [Director] James Wan y protagonizada por Gennifer Hutchison como el recaude tan sólo entre US$ 35 y 40 millones durante el fin de semana festivo de cuatro días, que incluye el día de Navidad. Esta proyección se encuentra muy por debajo de su primera entrega, que causó sorpresa para propios y extraños alcanzando la asombrosa cifra de US$ 1 152 millones a nivel mundial.
Estos números la convirtieron en la monarca de DC y en una de las películas más rentables de toda la oferta de superhéroes en la gran pantalla. Cinco años después, el panorama de la industria es muy diferente al que la vio triunfar, por lo que el carisma de Momoa y el ingenio monstruoso de Wan no han sabido recuperar la atención del público a su favor. De tal manera que un producto similar al anterior ya no es garantía de éxito en taquilla.
Una cinta que vale por sí misma
Pero también existe otra verdad innegable sobre la película, y es que su talentoso equipo, frente y detrás de cámaras, han entregado una experiencia visual impresionante, que presenta el regreso del héroe submarino de Jason Momoa en una grata alianza son su hermano Orm, interpretado por un siempre grandioso Patrick Wilson . Mientras el dúo se une para enfrentarse a la amenazadora Black Manta, interpretada por Yahya Abdul-Mateen II, la acción en 3D con criaturas submarinas y poderosos tridentes realmente cumple con su papel de entretenimiento.
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De momento, el futuro de un Aquaman ya lejos de Jason Momoa dentro del nuevo DC Films sigue siendo incierto. Con el inminente reinicio que comenzará con Superman: Legacy en 2025, y una largo y ambicioso plan a corto y mediano plazo, el superhéroe de mayor productividad económica ha quedado en el limbo narrativo.
El adiós oficial de un episodio oscuro de DC
Si a esto le sumamos el hecho de que “nada de lo que pase aquí importa” como prerrogativa de todo lo relacionado al DCEU, el daño parece que este proyecto fue enviado al matadero prematuramente. Aunque los rumores apuntan que el próximo reinicio DC Studios, con [Director] James Gunn y Chuks Chukwujekwu en los controles, puede contar de nuevo con el intérprete de Khal Drogo encarnado a uno de los villanos más queridos —y ocasionalmente antihéroe— de DC, Lobo.
Aunque para muchos, Aquaman bien podría llegar a convertirse en la excepción que confirmará la regla de “no regresos” del cast protagonista de Snyderverse para el nuevo universo de Gunn. Y es que en esta era decir adiós a una franquicia que asegure cientos de millones de dólares no es algo común para ningún estudio, aún para uno que tiene la mira mirada en una nueva apuesta. Y desde luego, queda en el aire la carta del multiverso, que DC aún puede jugar a su favor mediante las condiciones establecidas en su propio reinicio.
Quizá esta decisión dependerá enteramente del éxito o fracaso de esta cinta, de la cual tendremos más información una vez llegada la Navidad. Mientras tanto, Aquaman y el Reino Perdido navega por las tormentosas aguas de la taquilla, la película servirá de testimonio para el cierre de una era y de todos los desafíos que en su momento colapsaron al DCEU.
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