La Reina De Fuego

... a pesar de su justo intento de replantear la historia (un esfuerzo respaldado por la firmeza natural de la actuación de Alicia Vikander como una activista social que intenta remodelar su país sin arruinar su matrimonio con su tiránico soberano), este insulso drama de época no puede evitar sentirse como una historia familiar de intriga judicial. Ni siquiera Jude Law, cuya fascinante y repugnantemente belicosa interpretación de Enrique VIII que es a partes iguales Robert Shaw en El Hombre De Los Dos Reinos y Robert Baratheon en Juego de Tronos, es suficiente para darle a La Reina De Fuego la chispa que le falta.

Jude Law se roba escandalosamente cada escena como un terriblemente enfermo y siempre enfadado Enrique VIII en este drama de intriga cortesana de estilo Tudor que también sirve como un divertido contrafactual noir (...) Pero, francamente, Aïnouz no ha dirigido a Vikander de manera muy interesante y permite que ella quede eclipsada. (...) Es una pieza de historia falsa que se puede ver, pero la película no sabe qué hacer con su propia heroína, contenta de dejarla en las garras de su villano: Henry.

No está claro porque nunca sabemos nada sobre los personajes que rodean a Henry o Catherine. A algunos se les dan líneas profundas y significativas, pero como no nos preocupamos por ellos ni sabemos sus nombres, nada aterriza como debe. (...) Además de los problemas con el tono, el ritmo de la película está por todas partes. (...) Con una historia desordenada y personajes confusos, La Reina De Fuego de Aïnouz es una decepción para la vista, sin importar cuán exquisita parezca la película.

Adaptada liberalmente de la rápida y relajada ficción histórica de Elizabeth Fremantle “The Queen’s Gambit”, la tonta pero aburrida producción británica del director Karim Aïnouz no necesita esforzarse en demostrar que Henry era un marido notoriamente malo. (...) Vikander aporta inteligencia y aplomo al papel, pero parece fuera de lugar en la visión sucia de Aïnouz de la Inglaterra Tudor (...) Históricamente hablando, se ha decapitado a personas por herejías menores.

La narración constantemente fascinante se combina con imágenes suntuosas, a menudo pictóricas, con el discreto montaje de la directora de fotografía Hélène Louvart creando la ilusión de utilizar solo luz natural en los interiores proveniente de velas, chimeneas o ventanas. La producción y el diseño de vestuario (Helen Scott y Michael O'Connor, respectivamente) también son de primer nivel, desde los personajes de alta cuna con sus mejores galas hasta los radicales vestidos con harapos. Para los fanáticos del drama histórico con vanguardia y vitalidad, este vale mucho la pena.

Entre las narrativas y los arcos de los personajes, hay un signo de interrogación sobre si el director realmente sabe qué tipo de película quiere que sea, luchando con el tono y las subtramas crecientes. (...) Alicia Vikander ofrece una actuación elegante y la fastuosa producción de época brilla, pero desafortunadamente esto es más un fracaso que un encendedor.

... con un director brasileño-argelino y una estrella sueca ganadora del Oscar, Alicia Vikander, como la “provocadora” en cuestión, la película logra evitar ser simplemente otra aburrida propuesta o una lección de historia, dejando que el punto de vista de un extraño se cuele en lo que de otro modo sería muy "conversación británica". La Reina De Fuego no solo es entretenida, sino que también es esclarecedora y finalmente le da a Parr lo que le corresponde. Bien, tomó casi 500 años, pero aquí estamos.

En definitiva, una historia reinventada sobre la búsqueda de grandes sueños de una mujer en medio de amenazas persistentes y una relación abusiva, La Reina De Fuego es una inmersión atractiva en la vida de Catherine Parr. (...) Claro, el guión se toma libertades salvajes que no se parecen en nada a precisiones históricas, pero con Vikander y Law liderando este maravilloso conjunto, es una adición bastante bienvenida que mantendrá tus ojos pegados a la pantalla de principio a fin.

A pesar de la historia texturizada que Aïnouz tiene que explorar, La Reina De Fuego avanza con dificultad en una sola longitud de onda, y su tono rara vez se desvía de la melancolía adusta de una sola nota. No ayuda que el guión de Jessica y Henrietta Ashworth sea un festival de siesta cargado de exposiciones que es tan fascinante de analizar como un especial de Henry VIII de History Channel. (...) Para una película que busca establecer el fuego feroz dentro de la gran y rechazada Catherine Parr, la llama no tarda mucho en apagarse.

Un triste aire de fracaso se cierne sobre este proyecto, que tal vez en algún momento de su desarrollo inicial prometía ser un ejemplo audaz de revisionismo, cuyas posibilidades artísticas de alguna manera debieron atraer a un gran director como Aïnouz, pero el resultado es una película profundamente comprometida, obstaculizada y, en última instancia, anónima que no estaría particularmente fuera de lugar en la televisión un domingo por la noche.