Los mandalorianos eran una especie de mito no explorado en el universo de Star Wars en la pantalla grande. Los fans de la franquicia que han seguido otros medios como las series animadas, cómics y videojuegos, conocen más de este clan que comparte una cultura, creencias y un código. Pero aquellos que se han dedicado únicamente a las películas, sin importar la razón que tengan, no poseen muchos conocimientos de otros personajes a excepción de Boba Fett y Jango Fett. Tampoco es que se sepa mucho de ellos, pero al menos gracias a las películas el público pudo enterarse que el primero fue un clon, y que el segundo era su “padre”. De cualquier manera, nunca pudimos conocerlos con toda la grandilocuencia que a Din Djarin, el protagonista de [Temporada] The Mandalorian (2).

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Quienes crecieron con la trilogía original se enamoraron del cazarrecompensas a pesar de tener muy poco tiempo en pantalla. Esto solo fue posible gracias a la estrategia de Lucasfilm, que creó tanto misterio alrededor de Boba Fett con su campaña publicitaria de la película, la cual incluyó una figura de acción coleccionable de este personaje que, además de que era más difícil de conseguir que el resto, mostraba a alguien nunca antes visto y de paso con una armadura que lo hacía ver increíble. Jango Fett al menos recibió un mayor protagonismo al punto de que una de las precuelas se centra precisamente en parte de su historia. Aquí lo que jugó un poco en contra fue la recepción que tuvo esta segunda trilogía de [Director] George Lucas, que opacó cualquier mérito que pudiera tener por razones que los fans no se cansan de repetir.

Tuvimos que esperar hasta 2019 para conocer más a profundidad a los mandalorianos en una producción live-action. [Temporada] The Mandalorian (2) no ha defraudado luego de varias temporadas y un puñado de spin-offs que enriquecen el universo de Star Wars, especialmente porque cuenta con la ventaja que no tuvieron las otras películas, es decir material anterior al suyo con el que se pueden establecer referencias para las cosas buenas que se pueden imitar y todo lo “malo” que se debe evitar. Esta serie, exclusiva de Disney Plus, además pudo tomar en cuenta el experimento de las secuelas desarrolladas por la misma compañía para conocer el camino que debía tomar, ya esto se suma la pasión de los fans por los miembros de este clan (o diferentes clanes) que había sido poco explotado hasta ahora.



La historia que pone a Pedro Pascal ([Temporada] Game of Thrones (4), [Temporada] Narcos (1), [Pelicula] Mujer Maravilla 1984) en el papel del misterioso cazarrecompensas es Star Wars moderno con letras mayúsculas a pesar de que en sus episodios no puede evitar sucumbir ante la vieja escuela. Sin embargo, no se volvió un fenómeno de la noche a la mañana por el simple hecho de ser parte de esta franquicia. Tiene muchos puntos a favor que volvieron a esta producción un éxito rotundo y aunque podríamos hablar de que sus personajes están muy bien y las actuaciones son impecables, o lo costosa que parece haber resultado su realización, hay algo que no se menciona y es precisamente lo que vuelve a esta serie un producto muy especial: la forma en la que retrata a su héroe.

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¿Se han puesto a pensar por qué el mandaloriano es tan diferente de otros héroes? ¿O tal vez lo notaron pero nunca supieron por qué? Sí, podría argumentarse que es por su armadura y hasta por el hecho de que (casi) nunca se quita el casco porque sus creencias no se lo permiten, pero esa es la superficie. Si continúan indagando se darán cuenta de que en realidad es, como mencionamos, por su retrato, y con esto nos referimos a nada más y nada menos que su masculinidad.



Pero ¿qué tiene que ver? Pues, a lo largo de la historia personajes como Han Solo, Indiana Jones, Star-Lord, Batman, y un largo etcétera, han representado el estereotipo de héroe masculino que es terco. Claro, hemos visto a Han Solo cambiar a lo largo de la historia, pero es algo que solo ocurrió cuando estuvo obligado a ver algo en lo que no creía, o simplemente cuando se le demostró que estaba equivocado y reconoció que otra manera es la mejor. En [Temporada] The Mandalorian (1), por más duro que sea el protagonista, no es tan terco como los demás. Din Djarin está dispuesto a aprender, escuchar, reconocer, compartir y trabajar con otros. Incluso en el comienzo de la serie, es un héroe de acción cortado de un molde diferente al de los otros.

Esta muestra de masculinidad positiva es lo que hace tan diferente al enigmático protagonista, que también gana más puntos al rodearse de otros personajes que subvierten los estereotipos. Y eso es algo refrescante; a este mandaloriano lo hemos visto desintegrar jawas, disparar a sus enemigos e incluso usar un lanzallamas, pero cuando tiene la oportunidad de lograr algo sin entrar en combate prefiere seguir ese camino, y de hecho parece un tipo realmente agradable. No podemos decir lo mismo de, por ejemplo, Han Solo, pero sí de Din Djarin y es por eso que en las siguientes líneas les contaremos un poco más de las razones por las que es un gran ejemplo de masculinidad positiva y de paso un excelente héroe moderno.


No se siente menos hombre por aceptar la ayuda de otros (y admitir que la necesita)




Algo que este héroe no teme hacer es aceptar ayuda o reconocer que la necesita. Parece una cosa tan pequeña, pero muchos personajes masculinos son casi siempre groseros y del tipo que prefiere trabajar solo. Los hemos escuchado decir “no necesito la ayuda de nadie” hasta el cansancio y hay algunos personajes famosos que son así o comenzaron de esa manera. Sin embargo, con el protagonista de The Mandalorian ocurre lo contrario: acepta la ayuda de Kuiil ( Nick Nolte) varias veces sin dar vueltas al creer que puede arreglárselas solo y cuando se da cuenta de que lo superan en número, es él quien le ofrece a IG-11 que trabajen juntos, aunque bueno, el final para el droide no fue el mejor. Sí, es un cazarrecompensas, pero tampoco se hace el difícil cuando es momento de expresar su agradecimiento luego de recibir ayuda. A pesar de que principalmente se cuida a sí mismo y ha llegado a matar a otros porque eso está en la descripción de su trabajo y tampoco es que se la ponen fácil, pero en ningún momento es un idiota.




Demuestra que los hombres pueden tener vocación para cuidar a otros




Decir que nos encariñamos demasiado con el dúo conformado por Din Djarin y Grogu no es una exageración. Gran parte de los episodios de The Mandalorian giran en torno a todo lo que hace el mandaloriano para proteger y cuidar de Baby Yoda hasta cumplir con su objetivo de llevarlo a un Jedi. Es demasiado común ver en la ficción a personajes masculinos ser incompetentes cuando se trata de cuidar a otros, especialmente a niños, pero no hay que generalizarlo tanto. Es cierto que a algunos puede no interesarles en absoluto y hasta lo vean como una carga, pero esto no implica que solo ocurra con los hombres y/o con todos. Din Djarin tiene un conflicto interno, pero al final Grogu se convierte en su hijo, literalmente. Nunca lo trata de mala manera y lo acepta hasta el punto de encariñarse tanto como el público con él. El vínculo paternal de este cazarrecompensas es una de las cosas que más destacan de la serie.




No se siente amenazado por mujeres fuertes




Es más fácil sentirse intimidado por un mandaloriano a que un mandaloriano se sienta intimidado por otra persona. En The Mandalorian no solo vemos cómo las mujeres son tratadas con igualdad sino que además entre las protagonistas tenemos grandes guerreras, mecánicas, estrategas y mentoras; muy similar a la vida real aunque estemos en una galaxia lejana. A lo largo de los episodios, vemos cómo acepta las enseñanzas y consejos de la mujer que fabrica su armadura, no guarda resentimientos hacia Cara (Craig Haas) por ser tan buena como él en combate y cuando necesita su ayuda acude a ella porque sabe que es la mejor persona con la que puede contar. De la misma manera, confía su nave para las reparaciones, e incluso el cuidado de Grogu, a Peli Motto (Ricardo Kleinbaum), quien además de ser buena para los negocios es probablemente con quien más nos identificamos por sus reacciones al ver a Baby Yoda. Din Djarin sabe cuándo le toca ser líder y cuándo es mejor rodearse de otras personas, pero el hecho de que sean mujeres no lo disminuye como persona. Nunca se siente menos hombre al apoyarse en ellas y entiende que vivir en un mundo con mujeres poderosas y competentes más bien enriquece su día a día.




Trata de resolver conflictos sin violencia




Si usan el Internet con regularidad, es posible que en alguna ocasión hayan encontrado comentarios sobre cómo en la política tener a hombres como líderes lleva a sus países a la guerra. En la actualidad, algunas naciones cuentan con mujeres en esos cargos y, curiosamente, son quienes tienen a su gente mejor cuidada. Si no lo creen, solo investiguen cuáles son los países que han controlado mejor la pandemia; encontrarán que los que tienen mejores resultados están gobernados por mujeres. Cuando existen conflictos, siempre está la posibilidad de encontrar una solución que no sea recurrir a la violencia y [Temporada] The Mandalorian (2) siempre nos dice que esto es cierto. La diferencia es que aparte de tratar a hombres y mujeres con igualdad, deja el mensaje de que resolver conflictos sin usar la violencia es también cosa de hombres. Hemos perdido cuenta de todas las ocasiones en las que el mandaloriano prefiere negociar o hacer intercambios para lograr sus fines. Él no mata a menos de que sea realmente necesario y no lo hizo con aquellos que lo traicionaron. Así, se diferencia de muchos “héroes” incluso de la propia ciencia ficción al preferir usar su cerebro, y con él su entendimiento de la sociedad, para pensar en un plan que no tenga que ver con usar armas o golpear personas.




No teme mostrar sus emociones y empatía




Hay gente que suele ver mal a los hombres cuando demuestran emociones y sentimientos. Lamentablemente, es común que a muchos en su niñez se les dijera que los “verdaderos hombres” no lloran, y esto a la larga no solo crea confusión sino también resentimientos y baja autoestima porque se ven obligados a reprimir sus sentimientos en lugar de ser su verdadero yo. El mandaloriano que vemos en la serie es un hombre fuerte, nadie duda de eso, pero nunca se siente inferior a otros por mostrarse emocional en más de una ocasión, incluso si eso significa que deban verlo llorar sin el casco mientras se despide de Grogu, su compañero de aventuras. Además, hemos visto crecer a Din Djarin de ser un hombre que odiaba a los droides hasta convertirse en un ser que siente y demuestra más empatía, como en el caso de IG-11 y lo mucho que le costó confiar en él. La actuación de Pedro Pascal influye mucho, no solo porque es buena, sino porque parece un tipo muy agradable tanto fuera como dentro de la pantalla y transmite mucha de esa empatía que mencionamos.

Gracias a un héroe como este, las nuevas generaciones podrán sentirse identificadas y encontrarán que no están solas, mientras que las anteriores reconocerán que es tan genial como cualquier otro, incluso si los demás no son tan buenos ejemplos de masculinidad positiva como el protagonista de The Mandalorian. Quizás es momento de hacer a un lado el mito de la verdadera hombría por una más real y saludable.

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