El joven realizador Emiliano Rocha Minter irrumpió en la escena internacional el año pasado con la controvertida [Pelicula] Tenemos la carne. La cinta ha tenido un tour por diferentes festivales de cine de todo el mundo y este fin de semana se estrena en salas de cine de nuestro país.

La vaga y ambigua premisa gira en torno a un trío de personajes que tratan de sobrevivir en lo que aparentemente es un México post-apocalíptico. Este reducido grupo de figuras, un vagabundo y dos jóvenes hermanos, no tardará mucho en descender al caos yla deshumanización total. Sangre, canibalismo y muchas otras escenas explícitas cimbran la pantalla de esta historia teñida de rojo intenso.

Habrá que aclarar que Tenemos La Carne no es una cinta de terror, aun cuando Cinemex ha procurado venderla como tal. La obra se acerca más al cine de circuito de festival europeo con toques de provocación fríamente calculada. Passolini, Gaspar Noe, Lynch, Jodorowsky y otros directores de alcurnia podrían usarse como puntos de referencia para describir la cinta, pero sería hacer un favor muy grande al joven Rocha, quien a pesar de mostrar un buen ojo para la composición, no puede evitar caer en una autocomplacencia banal y frívola. Las pretensiones de acto de transgresión son un combustible que solo sirve para un viaje muy limitado y solo de ida. Se necesita más que sangre y senos para realmente conseguir un ensamble fílmico relevante e intrigante, uno que logre mantener el interés de la audiencia antes de perderse en sus mismos excesos.

La crítica internacional se ha dividido ante el resultado aquí presentado: por un lado, existen apasionados promotores de lo que ven como una suerte de metáfora del sufrimiento humano, y existen también férreas plumas que lo consideran un ejercicio de provocación redundante y olvidable.

Rob Staeger de Village Voice es uno de los admiradores de la cinta y en su breve texto dijo lo siguiente.

La cinta arremete contra la conexión entre el espíritu y la carne, con lo que demuestra que el vínculo entre ambas es difícil de cortar. Una experiencia fílmica que no será fácil de digerir para muchos, pero que difícilmente olvidarán.

Noel Murray para Los Angeles Times fue otro que no pudo evitar admirar la cinta.

No siempre queda claro hacia dónde va el director con la película, sin embargo, hay genuinas cualidades artísticas. Rocha Minter arroja al espectador hacia su propia visión del infierno, donde la perdición parece preferible a la cruda realidad del mundo.

Uno de los detractores de la cinta es Félix Vásquez, quien escribe lo siguiente para Cinema Crazed, aunque recalcó como un factor positivo la actuación de Noé Hernández.

Tenemos La Carne pretende ir a algún lado, pero a los 20 minutos se convierte en una serie de indulgentes trucos de cámara y un desesperado intento por escandalizar que raya en lo ridículo. La actuación de Noé Hernández es increíble, pero fuera de eso la cinta es tediosa y carece de enfoque. Solo para audiencias que gustan de cintas dedicadas a romper tabús sin mayor razón de ser.

Para The New York Times, Glenn Kenny remata la cinta de la siguiente manera.

Rocha Minter, quien se encuentra aún en sus 20, claramente tiene talento, pero a juzgar por la evidencia aquí presentada, es también un sensacionalista amateur.



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