¿El CGI está arruinando el cine?

¿El CGI está arruinando el cine?

Es evidente que desde los inicios del cine que uno de los aspectos que ha estado mejorando son los efectos digitales, pero este tipo de recursos cinematográficos puede ser el mejor amigo o el peor enemigo de los creadores del mundo del cine. El CGI puede ser la diferencia entre que una escena, personaje u […]

Por Giovann Pelayo el 26 mayo, 2015

Es evidente que desde los inicios del cine que uno de los aspectos que ha estado mejorando son los efectos digitales, pero este tipo de recursos cinematográficos puede ser el mejor amigo o el peor enemigo de los creadores del mundo del cine. El CGI puede ser la diferencia entre que una escena, personaje u objeto en específico tenga más realismo o simplemente se vea sobrepuesto. Hay muchas ocasiones en que películas a pesar de su escaso desarrollo de personajes y con una historia pobre, logran destacar por su espectáculo visual, hay otras situaciones en las que se utilizan una cantidad mínima de estas herramientas, que meramente se mezclan de manera tan fina con lo que vemos en pantalla, que no puedes distinguir si es efecto práctico o digital, lo cual es bueno.

Los efectos digitales han pasado por todos los géneros y subgéneros existentes, desde los obvios que son la ciencia ficción y fantasía hasta incluso el drama. A pesar que los primeros damos por hecho que no es real hasta cierto punto lo que está presentado en pantalla, eso no significa que sienta real, que nos olvidemos de esta barrera que hay entre lo ficticio y lo que percibimos como “real” y que nos sumerjamos a la vidas del mundo creado a partir de la imaginación de los creadores. El mes que entra se estrena Mundo Jurásico, la cual ha sustituido las criaturas creadas en Stan Winston Studio por material creado por computadora.

Es evidente que hay arquetipos en los personajes, escenas recicladas y otras similitudes en ambas entregas. Es incierto cuál es el objetivo de los encargados, si se les acabaron las ideas o simplemente quisieron explotar el factor nostalgia en el espectador y revivir los momentos en las nuevas generaciones.

Hay una línea muy delgada en el ámbito de los negocios de la industria del cine. Por un lado, tenemos la pasión, ver al cine como un arte y encontrar, por medio de la creatividad y el ingenio, la magia del cine y el otro lado está la franquicia, el dinero, la avaricia, y vender, vender y vender. Michael Bay es, muy posiblemente, un buen ejemplo de este tipo de casos. Sí, es cierto que tiene ciertas habilidades como director/productor y brindar ciertos valores de producción en sus cintas, y la primera cinta de Transformers fue un éxito por ser la primera en su especie. Pero en realidad, la mayoría de sus productos, con una combinación de una edición de ritmo rápido, una composición sobresaturada de capas en sus secuencias de acción, y un CGI mal diseñado, hace difícil que no sean 100% apreciables.

La franquicia de Transformers puede representar la escasez de materia, inteligencia, creatividad o relevancia social que no tiene interés en el éxito de Hollywood cuando se trata de ganar pilas de dinero. Tales estándares son auto perpetuaciones: mientras la masas continúan consumiendo este contenido sin sentido que se está siendo servido en los cines locales, las consecuencias es que realmente disfrutamos los resultados y queremos más, por consiguiente entregando proporciones desenfrenadas. Del otro lado, Bay quizá sólo está haciendo lo que él piensa que le gusta a la gente y responde a eso con grandes explosiones, mujeres atractivas y la misma historia una y otra vez ¿Por qué? porque es digerible para el espectador.

Hay dos trilogías muy influyentes en el cine (El Señor de los Anillos y Star Wars) que quisieron destacar por segunda vez con nuevas trilogías de precuelas que no resultan tan satisfactorias como sus predecesoras. Algunas críticas de estas cintas van en específico al uso de CGI, en ellas en lugar de usar efectos especiales prácticos, haciéndolas perder el sentido orgánico que hicieron sobresalientes a las trilogías originales. Es discutible que sean precuelas innecesarias, pero el punto es que existen, y que pueden servir, por lo menos, para reflexionar que no se debe hacer y que sí pueden significar que son otros ejemplos del dinero sobre el amor al arte, o que sus creadores, Peter Jackson y George Lucas respectivamente, realmente quisieron continuar dando su todo y por desgracia no funcionó del todo. En el cine, como toda forma de arte, es al final de cuentas muy subjetivo y relativo, y ninguna obra de arte por sí sola es mala o buena.

La estrategia de George Lucas de crear una saga en orden no consecutivo pudo haber sido una brillante manera para crear suspenso, pero con el suspenso viene anticipación y finalmente expectativas altas. Lucas no podía aspirar a satisfacer esas expectativas a la perfección, así que, al parecer, él casi ni lo intentó. Los problemas de continuidad, fue la primera cuestión en llamar la atención en tal aproximación con marcha atrás hacia el cine. No puedes embarcarte en tal esfuerzo épico si no puedes mantener una narrativa consistente. ¿Lo único que no representaban? El avance del CGI. De alguna manera, el CGI existió en las primeras tres cintas, pero solo los títeres y la voz de Frank Oz fueron realizados en las últimas tres (la versiones "remasterizada" de las cintas intentan atar estos tecnicismos por más o menos arruinarlos con la versión CGI de Jabba the Hut, entre otros aspectos. Es considerado por muchos fanáticos puristas que el peor resultado de esta producción de CGI fue Jar Jar Binks (y los Pod-Racers). Es entendible que la franquicia quería también revivir el lado cómico pero de alguna manera no funcionó del todo para todos.

No sé cuándo empezó, pero a los directores se les olvidó que las cintas supuestamente deben de tomar lugar en la vida real, la audiencia necesita que la cámara ocupe físicamente una especie de espacio para que nosotros podamos mantener el marco de referencia, o si no, todo parece una caricatura o un videojuego, como en la trilogía del Hobbit.

La ironía es que las miniaturas de la vieja escuela fueron filmadas de cierta manera para evitar que se vean pequeñas, algunos artistas digitales han completamente olvidado esto, especialmente en Mundo Jurásico, al parecer.

El cine también está repleto de secuelas que a veces son necesarias y a veces no, que muchas compañías utilizan como estrategia para semirreiniciar la franquicia. Son reboots disfrazados de secuelas. Paso con X-Men: Días del Futuro Pasado y con Terminator Génesis recientemente. Dos casos muy diferentes, pero que igual utilizaron la estrategia. A la franquicia de Terminator, aparentemente, no le está funcionando tan bien, ya que es evidente por el montón de escenas en los últimos avances y spots televisivos, y que por cierto revelaron un giro de la trama que bien pudieron sorprender a la audiencia cuando la cinta fuera estrenada. Pasar nuestro instinto natural de tenerle miedo a la cosas que ven demasiado humano pero no lo suficiente es lo más difícil que una compañía de efectos puede hacer, y frecuentemente resultan grandes hombres de goma provocan risa en vez asombro. Sin embargo, no sería justo en decir que la franquicia de Terminator nunca hizo esto anteriormente, pero a diferencia de Terminator Génesis, las primeras dos cintas parecen saber cuando un Arnold robótico (falso) no se veía convincente, porque lo utilizaban en pequeños cortes.

En estos casos, no es que el CGI sea detallado o mediocre, más bien todo lo que abarca. La criaturas no están emergiendo en el mundo real porque no hay mundo real que penetrar. En lugar filman unos extras encima de una pantalla verde. Y mientras los directores optan más y más por sets digitales, repentinamente cada cinta se ve como gente normal insertada en la caricatura generada por computadora, en vez de elementos digitales en un mundo real. No es que la cinta original de Parque Jurásico se vea mejor porque el CGI es mejor, más bien que la cinta original sabía cómo esconder los efectos. Por así decirlo, es como si la audiencia fuera como un niño, y a él tienes que hacerlo creer en Santa Claus (la película) todavía, y no hacerle creer que su existencia es falsa, contándole bien la historia.

Dicen que si quieres ver cómo es realmente una persona tiene darle poder, y el poder puede corromper a las personas. Supongo que el CGI en vez de un recurso, es tomado como un poder, y ese poder no es respetado.

¿Ustedes qué piensan? ¿El cine está decayendo por la sobresaturación de efectos digitales? ¿La solución sería regresar a las viejas técnicas?

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