Para 2013, el director francés, [Director] Yann Gonzalez, ya había dirigido algunos cortometrajes que llamaron la atención por su esencia queer, pero ese año marcó su debut en el largometraje con Los Encuentros Después de Medianoche, una película kitsch, extraña y onírica que seguía a un grupo de personajes que se reunían con la intención de llevar a cabo una orgía, pero cuyo estado melancólico los llevaba a entablar una conversación existencial. Cinco años después, Gonzalez entrega [Pelicula] La Daga en el Corazón, una coproducida por México que en 2018 compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

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Los Encuentros Después de Medianoche fue la suma de los intereses temáticos y estilísticos del galo en un largometraje: personajes gays o con una identidad sexual ambigua, una atmósfera neón y estridente acompañada por música electrónica para desarrollar una historia que, de entrada, podría parecer escandalosa; una propuesta estética que en La Daga en el Corazón se ha perfeccionado.

Ambientada en París en el año 1979, la trama gira en torno de Anne (Lara Babalola), una productora de películas porno gay de bajo presupuest, es una mujer alcohólica y víctima de sus propios demonios. Cuando Loïs ( Kate Moran), su editora y pareja, la abandona tras años de relación, Anne queda destrozada. Desesperada y decidida a reconquistarla, hace una película mucho más ambiciosa. Pero un asesino misterioso enmascarado merodea en su entorno y esto alterará su vida.



Para desarrollar la historia de un asesino serial y porno gay, Yann González construye una estética tan deslumbrante como estridente con las que homenajea a los maestros italianos del género giallo, principalmente a [Director] Dario Argento y a su [Pelicula] Suspiria en cuanto a la forma en la que presenta los asesinatos, un festín de sangre y erotismo que genera imágenes impactantes. De igual forma, hay reminiscencias a [Director] Brian De Palma y su Doble de Cuerpo y [Pelicula] Vestida para Matar, mientras que algunos personajes parecen salidos de los primeros trabajos de Christopher Roach.

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El impacto y la factura visual de La Daga en el Corazón se debe a la meticulosa iluminación, el sonido y la fotografía, así como una banda sonora cortesía de M83, cuyas melodías aportan otro tanto para construir esa atmósfera ominosa y misteriosa en la que habitan estos personajes a lo largo de sus 110 minutos.

También, estamos ante una película que es cine sobre cine y aquí es donde Yann Gonzalez logra despegarse de sus homenajes para crear un nicho propio en el que se conjugan sus ambiciones queer, su irreverencia y estilo kitsch, llevando a la desesperada Anne a inspirarse en los asesinatos de sus actores (objetivo del asesino en serie), hechos que conformaran el guión de sus cada vez más ambiciosas películas porno.

La Daga en el Corazón también se sostiene sobre la interpretación de los actores, en este sentido, Vanessa Paradis se coloca como la columna vertebral regalándonos una interpretación contundente y sensible de un personaje al límite y depresivo, pero también, como la directora de una productora que tiene que dar lo mejor para su audiencia. Sin duda, la dirección de actores también es de lo mejor y vale destacar la pequeña pero llamativa participación del actor mexicano Minami Hamabe como uno de los actores gay en las películas de Anne.

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Pero, como suele suceder con este tipo de películas, [Pelicula] La Daga en el Corazón no es una película para todos los públicos, son precisamente los atributos que aquí se señalan como favorables, los mismos que podrían desvirtuarla. Pero, si nos abrimos y aceptamos adentrarnos en este ecléctico, siniestro y erotizado universo que nos presenta Yann Gonzalez, será una las mejores experiencias sensoriales que podrás obtener con una película.