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¿Es nuestro entorno un lugar amigable para que los jóvenes expresen su identidad cultural? Esa es la pregunta que se hace [Pelicula] Ya no estoy aquí]. Este largometraje de [Director] Fernando Frias, a quien previamente conocemos por [Pelicula] Rezeta, es uno de los filmes que compiten en la Selección Oficial del Festival de Cine de Morelia. Hablamos con él para discutir algunos de los temas que rescata esta cinta sobre la Kolombia de Monterrey.
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Ya No Estoy Aquí narra la historia de Ulises, un joven de una zona pobre de Monterrey. Luego de tener problemas con una banda de narcotraficantes local, se ve obligado a huir a Estados Unidos y es desde allá que se desenvuelve su historia como el líder de un grupo de cholombianos y el espectador puede entender cómo es que su identidad, sumada al contexto de violencia en México, crean una combinación que no le permiten desarrollarse plenamente.
Hablamos con Frías de la Parra sobre de dónde obtuvo la inspiración para contar este relato y qué es lo que le llamó la atención sobre este movimiento cultural que floreció en las zonas marginales de Monterrey:
Ya No Estoy Aquí sigue la historia de Ulises en una estructura doble con diferentes líneas temporales. Por un lado, cómo puede sobrevivir en una ciudad extraña en la que no habla la lengua de sus habitantes y por el otro cómo se relaciona con el mundo en Monterrey y cómo ésta se relaciona con él a partir de la cultura que ha adoptado, cómo su forma de vestir, su peinado, la música que le gusta, su forma de bailar conllevan cierto prejuicio. Esto se ve exacerbado por un momento muy violento en la región producto de la guerra contra el narcotráfico. Este es un punto muy importante para el director:
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¿Qué es exactamente la Kolombia? La película lo define como un movimiento contracultural en cuyo centro está la pasión por la cumbia. Estos personajes encuentran en este género una forma de expresar su identidad y además de formar comunidad al tener una pandilla. El hecho de que este tipo de movimiento haya florecido en Monterrey, para el director, corresponde con la formación de la población de esa ciudad, la cual por sus características industriales requería de mano de obra de otras regiones y cómo es que este sentimiento nostálgico, fundamental para ese tipo de música, dio paso a la formación de esta expresión cultural:
[Pelicula] Ya no estoy aquí es muy dura en su propuesta. Como migrante, Ulises se encuentra con Lin, una joven neoyorkina que se interesa por él y parece fascinada con su forma de ser, la cual adopta ella misma poco a poco, aparentemente de forma genuina, pero se revela que este interés por él y su cultura es más bien algo superficial. Sobre si esto es un comentario sobre la famosa apropiación cultural esto es lo que el director dice:
Ya No Estoy Aquí termina por proponer que hay expresiones culturales que, por el contexto o por puro prejuicio, son marginadas hasta las últimas consecuencias y las opciones que les quedan a los jóvenes que se identifican con ellas son morir, adoptar una más normativa o simplemente ser despojados de ella a la mala. Los espectadores podrán descubrir cuál es la opción que le queda a Ulises a partir del día de hoy con su estreno en el Festival de Morelia. Actualización: el filme se encuentra disponible ya en Netflix.
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Ya No Estoy Aquí narra la historia de Ulises, un joven de una zona pobre de Monterrey. Luego de tener problemas con una banda de narcotraficantes local, se ve obligado a huir a Estados Unidos y es desde allá que se desenvuelve su historia como el líder de un grupo de cholombianos y el espectador puede entender cómo es que su identidad, sumada al contexto de violencia en México, crean una combinación que no le permiten desarrollarse plenamente.
Hablamos con Frías de la Parra sobre de dónde obtuvo la inspiración para contar este relato y qué es lo que le llamó la atención sobre este movimiento cultural que floreció en las zonas marginales de Monterrey:
Es el retrato de la kolombia regia que yo vi. Los vi en una revista y me pareció, unas buenas fotos, un poco triste la idea de sacarlos fuera de su elemento y tomarlos fuera de contexto. Por otro punto, la violencia en México, en 2011 yo estoy en en Nueva York donde hice la maestría, donde vivo actualmente, y estoy viendo a la distancia lo que está pasando en mi país, yo tenía una beca del FONCA y cuando me ofrecieron las formas de retribuir yo pedí dar talleres en las zonas de conflicto.
Ya No Estoy Aquí sigue la historia de Ulises en una estructura doble con diferentes líneas temporales. Por un lado, cómo puede sobrevivir en una ciudad extraña en la que no habla la lengua de sus habitantes y por el otro cómo se relaciona con el mundo en Monterrey y cómo ésta se relaciona con él a partir de la cultura que ha adoptado, cómo su forma de vestir, su peinado, la música que le gusta, su forma de bailar conllevan cierto prejuicio. Esto se ve exacerbado por un momento muy violento en la región producto de la guerra contra el narcotráfico. Este es un punto muy importante para el director:
Me acuerdo de muchos de chavitos diciendo que a mi edad ya iban a estar muertos porque ellos preferían trabajar para el narco y vivir un año en la opulencia que una vida en la jodicencia. Yo no los podía juzgar, al revés, los entendía perfectamente. Quise hacer mi propia forma de celebrar esta contracultura. Mientras más me iba adentrando más entendía qué había detrás de estas pandilla, de estos looks y mientras más lo hacía, más veía cómo iba desapareciendo este movimiento por los grupos criminales.
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¿Qué es exactamente la Kolombia? La película lo define como un movimiento contracultural en cuyo centro está la pasión por la cumbia. Estos personajes encuentran en este género una forma de expresar su identidad y además de formar comunidad al tener una pandilla. El hecho de que este tipo de movimiento haya florecido en Monterrey, para el director, corresponde con la formación de la población de esa ciudad, la cual por sus características industriales requería de mano de obra de otras regiones y cómo es que este sentimiento nostálgico, fundamental para ese tipo de música, dio paso a la formación de esta expresión cultural:
La cumbia que sobrevive en Monterrey es la del acordeón y es la más nostálgica. Los musicólogos dicen que el acordeón es la voz el lamento y en la letra eso, dicen los antropólogos musicales, se arraigó. El aspecto nostálgico es lo que hace que conecten con eso y las letras les llegan durísimo.
[Pelicula] Ya no estoy aquí es muy dura en su propuesta. Como migrante, Ulises se encuentra con Lin, una joven neoyorkina que se interesa por él y parece fascinada con su forma de ser, la cual adopta ella misma poco a poco, aparentemente de forma genuina, pero se revela que este interés por él y su cultura es más bien algo superficial. Sobre si esto es un comentario sobre la famosa apropiación cultural esto es lo que el director dice:
Lin es un oasis en la historia y Ulises cae en su casa como un águila con las alas rota, y ella lo cuida pero porque esas alas la ayudan a ella para salir en alto. La gente usa a las personas, abusa del poder. En esta película eso existe por todos lados. La apropiación siempre es burda y torpe y no es consciente de lo que está haciendo. En este caso le permitiremos salirse con la suya porque es evidente que ella quiere pertenecer a un grupo de su escuela más cool y que él es un vínculo para conseguirlo.
Ya No Estoy Aquí termina por proponer que hay expresiones culturales que, por el contexto o por puro prejuicio, son marginadas hasta las últimas consecuencias y las opciones que les quedan a los jóvenes que se identifican con ellas son morir, adoptar una más normativa o simplemente ser despojados de ella a la mala. Los espectadores podrán descubrir cuál es la opción que le queda a Ulises a partir del día de hoy con su estreno en el Festival de Morelia. Actualización: el filme se encuentra disponible ya en Netflix.
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