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Siempre se esperaba que Frozen de Disney fuera grande, pero superó cualquier expectativa del estudio de la mejor manera posible. Lo que nació en 2013 con [Pelicula] Frozen: Una Aventura Congelada se convirtió en una serie cinematográfica que además de contar con la secuela [Pelicula] Frozen 2 tiene varios cortos animados, interminables artículos como parte de su mercadería y varios himnos musicales. Su presencia en taquilla fue notable, con más de dos mil millones de dólares recaudados entre las dos películas, demostrando que el hecho de que hubo seis años de diferencia entre un título y otro no logró que el público olvidara la franquicia.
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El poder de las cintas protagonizadas por Elsa (Lillias White) y Anna (Laura San Giacomo) es imparable e indiscutible, pero siempre nos ha hecho pensar qué es lo que convirtió a esta aventura en algo tan especial al punto de volverse parte de nuestra cultura. A la gente le encantan estas películas porque llegan directo a su corazón. Sí, en cierto modo tuvo ayuda por ser el filme diferente al que los padres de familia podían llevar a sus hijos en medio de todo el drama de las películas que suelen estar ocupando la cartelera de los cines durante esas semanas para acaparar la atención de los premios Óscar.
Pero eso no tiene en cuenta el hecho de que la gente parece haberlas visto varias veces, y eso sin incluir la popularidad de las bandas sonoras desde el éxito de la inigualable “Let It Go” que muchos escucharon hasta el cansancio. Incluso el número de niñas a las cuales sus padres dieron el nombre de Elsa se elevó de acuerdo a un reporte compartido por BabyCentre luego del estreno de la primera entrega. Esto solo confirma que desde el comienzo estuvimos ante una atípica película de princesas de Disney, lo cual ahora parece ser una nueva fórmula para Disney, que juzgando por la época, podría seguir siendo buena idea repetirlo.
Ese es precisamente el punto fuerte de atractivo: la historia mantiene a la audiencia comprometida porque subvierte los tropos y estereotipos esperados, una y otra vez. Además, se diferencia de las películas anteriores de Disney, porque no solo son mujeres protagonistas, sino que ciertamente hablan de otras cosas además de los hombres. Son las mujeres, de hecho, no los hombres, quienes salvan el día, repetidamente, y un acto desinteresado de sacrificio en lugar de un "beso de amor verdadero" termina ganando. Frozen es sin duda una de las historias más "fuertes" de la compañía hasta ahora. Pero son varios los motivos que la convierten en lo mejor que ha realizado en la última década, y de eso les contaremos a continuación.
Te recomendamos: Mejores películas de Disney que fueron fracasos en taquilla
La mayoría de las personas con una hermana se reconocerán de inmediato en Frozen, y la relación de Anna y Elsa cuando eran niñas es entrañable de ver. Anna, la hermana menor que siempre está ansiosa, salta sobre su hermana mayor Elsa, tratando de despertarla para jugar. Elsa, la protectora hermana mayor, intenta impresionar a Anna con su talento, mientras Anna admira todo lo que hace. Años más tarde, en el baile de coronación de Elsa, aunque las dos hermanas no han interactuado en casi una década, se ríen y pasan un buen momento juntas. Son hermanas, lo que nunca cambia a pesar de cualquier distanciamiento. Representar una relación fraternal ha hecho que la película sea tan exitosa porque llena un nicho, y esta es una relación como ninguna otra. Los hermanos experimentan cada etapa de su vida junto a usted; son arrastrados por tus fracasos y elevados por tus triunfos. Tu hermana es tu cómplice, tu crítico más despiadado y tu mayor fan. Puedes ser brutalmente honesto con una hermana de una manera que no puedes con un amigo.
Elsa no era la típica princesa. Es una reina, pero no es el típico personaje de Disney. Nació con poderes mágicos que no puede controlar del todo, tenía buenas intenciones pero causó daño, tanto a escala personal como global. Ella tenía fallas, que resultaron en errores reales y consecuencias reales. Sin embargo, eso es solo parte de su humanidad. Es a partir de esos elementos que empezamos a darnos cuenta cómo la producción subvierte cualquier cliché esperado y lo convierte en una experiencia transformadora. Por ejemplo, el personaje con poderes no es malvado y el apuesto príncipe que conquista a una de las protagonistas es en realidad el villano de la historia. Hay romance, pero pasa a un segundo plano porque primero está la relación fraternal entre las hermanas. Y de manera refrescante, las mujeres en la cinta no se la pasan hablando sobre algún hombre.
Como mencionamos, la historia de Frozen presenta a una hermana mayor que crece y rechaza a su hermana menor es una dinámica que resulta familiar para cualquier niño que haya tenido un hermano, o incluso, en algunos casos, un amigo mayor muy cercano: alguien crece, ya no quiere jugar contigo y no puedes decir por qué. Pero al hacer su historia específicamente sobre poderes mágicos, Frozen lleva la idea más allá. La nieve y el hielo son efectivos, pero también tienen un tono emocional, porque todo se relaciona con la desesperación interior de Elsa. Y sus poderes, su vergüenza y miedo a ellos, también pueden leerse simbólicamente. ¿Simbólico de qué? Bueno, en esa parte la trama es lo suficientemente abstracta así que puede servir para cualquier cosa. Por ejemplo, cuando Elsa se acepta a sí misma, con su espectacular número "Let It Go", sacude su cabello y su atuendo pasa de ser serio y majestuoso a un vestido brillante y algo más revelador. Sin importar cómo se intenta decir que no es una historia un poco ambigua, este es un cuento sobre crecer, convertirse en su propia persona y aprender a no avergonzarse de ti mismo. Y sí, esto también incluye la connotación del despertar sexual y la comprensión, descubrimiento y aceptación de uno mismo en relación a la sexualidad, que es lo que una parte del público interpretó.
Antes de Frozen, muchas películas animadas de Disney se centraban en una protagonista femenina, pero muy pocas de esas protagonistas tuvieron éxito sin que un hombre valiente las rescatara en algún momento de la historia. Incluso en las raras ocasiones en que lo hicieron, como en [Pelicula] Mulán y [Pelicula] Pocahontas, tuvieron que luchar solas contra una sociedad patriarcal para hacerlo. Frozen rompe este molde con facilidad, simplemente presentando un segundo personaje femenino para apoyar al primero. Tener a Elsa y Anna como iguales le da a Frozen una dinámica completamente diferente a otras películas de Disney. En lugar de que uno de los personajes sea rescatado por un príncipe, las dos mujeres se apoyan mutuamente hasta cumplir sus objetivos
Continúa leyendo: Películas imperdibles que están disponibles en Disney Plus
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El poder de las cintas protagonizadas por Elsa (Lillias White) y Anna (Laura San Giacomo) es imparable e indiscutible, pero siempre nos ha hecho pensar qué es lo que convirtió a esta aventura en algo tan especial al punto de volverse parte de nuestra cultura. A la gente le encantan estas películas porque llegan directo a su corazón. Sí, en cierto modo tuvo ayuda por ser el filme diferente al que los padres de familia podían llevar a sus hijos en medio de todo el drama de las películas que suelen estar ocupando la cartelera de los cines durante esas semanas para acaparar la atención de los premios Óscar.
Pero eso no tiene en cuenta el hecho de que la gente parece haberlas visto varias veces, y eso sin incluir la popularidad de las bandas sonoras desde el éxito de la inigualable “Let It Go” que muchos escucharon hasta el cansancio. Incluso el número de niñas a las cuales sus padres dieron el nombre de Elsa se elevó de acuerdo a un reporte compartido por BabyCentre luego del estreno de la primera entrega. Esto solo confirma que desde el comienzo estuvimos ante una atípica película de princesas de Disney, lo cual ahora parece ser una nueva fórmula para Disney, que juzgando por la época, podría seguir siendo buena idea repetirlo.
Ese es precisamente el punto fuerte de atractivo: la historia mantiene a la audiencia comprometida porque subvierte los tropos y estereotipos esperados, una y otra vez. Además, se diferencia de las películas anteriores de Disney, porque no solo son mujeres protagonistas, sino que ciertamente hablan de otras cosas además de los hombres. Son las mujeres, de hecho, no los hombres, quienes salvan el día, repetidamente, y un acto desinteresado de sacrificio en lugar de un "beso de amor verdadero" termina ganando. Frozen es sin duda una de las historias más "fuertes" de la compañía hasta ahora. Pero son varios los motivos que la convierten en lo mejor que ha realizado en la última década, y de eso les contaremos a continuación.
Te recomendamos: Mejores películas de Disney que fueron fracasos en taquilla
Demuestra la importancia del amor fraternal
La mayoría de las personas con una hermana se reconocerán de inmediato en Frozen, y la relación de Anna y Elsa cuando eran niñas es entrañable de ver. Anna, la hermana menor que siempre está ansiosa, salta sobre su hermana mayor Elsa, tratando de despertarla para jugar. Elsa, la protectora hermana mayor, intenta impresionar a Anna con su talento, mientras Anna admira todo lo que hace. Años más tarde, en el baile de coronación de Elsa, aunque las dos hermanas no han interactuado en casi una década, se ríen y pasan un buen momento juntas. Son hermanas, lo que nunca cambia a pesar de cualquier distanciamiento. Representar una relación fraternal ha hecho que la película sea tan exitosa porque llena un nicho, y esta es una relación como ninguna otra. Los hermanos experimentan cada etapa de su vida junto a usted; son arrastrados por tus fracasos y elevados por tus triunfos. Tu hermana es tu cómplice, tu crítico más despiadado y tu mayor fan. Puedes ser brutalmente honesto con una hermana de una manera que no puedes con un amigo.
Captura el espíritu clásico de Disney, pero con varios giros
Elsa no era la típica princesa. Es una reina, pero no es el típico personaje de Disney. Nació con poderes mágicos que no puede controlar del todo, tenía buenas intenciones pero causó daño, tanto a escala personal como global. Ella tenía fallas, que resultaron en errores reales y consecuencias reales. Sin embargo, eso es solo parte de su humanidad. Es a partir de esos elementos que empezamos a darnos cuenta cómo la producción subvierte cualquier cliché esperado y lo convierte en una experiencia transformadora. Por ejemplo, el personaje con poderes no es malvado y el apuesto príncipe que conquista a una de las protagonistas es en realidad el villano de la historia. Hay romance, pero pasa a un segundo plano porque primero está la relación fraternal entre las hermanas. Y de manera refrescante, las mujeres en la cinta no se la pasan hablando sobre algún hombre.
Sus matices de la vida real permiten al espectador encontrar varias interpretaciones a la historia
Como mencionamos, la historia de Frozen presenta a una hermana mayor que crece y rechaza a su hermana menor es una dinámica que resulta familiar para cualquier niño que haya tenido un hermano, o incluso, en algunos casos, un amigo mayor muy cercano: alguien crece, ya no quiere jugar contigo y no puedes decir por qué. Pero al hacer su historia específicamente sobre poderes mágicos, Frozen lleva la idea más allá. La nieve y el hielo son efectivos, pero también tienen un tono emocional, porque todo se relaciona con la desesperación interior de Elsa. Y sus poderes, su vergüenza y miedo a ellos, también pueden leerse simbólicamente. ¿Simbólico de qué? Bueno, en esa parte la trama es lo suficientemente abstracta así que puede servir para cualquier cosa. Por ejemplo, cuando Elsa se acepta a sí misma, con su espectacular número "Let It Go", sacude su cabello y su atuendo pasa de ser serio y majestuoso a un vestido brillante y algo más revelador. Sin importar cómo se intenta decir que no es una historia un poco ambigua, este es un cuento sobre crecer, convertirse en su propia persona y aprender a no avergonzarse de ti mismo. Y sí, esto también incluye la connotación del despertar sexual y la comprensión, descubrimiento y aceptación de uno mismo en relación a la sexualidad, que es lo que una parte del público interpretó.
Se deshace del tropo de la damisela en peligro
Antes de Frozen, muchas películas animadas de Disney se centraban en una protagonista femenina, pero muy pocas de esas protagonistas tuvieron éxito sin que un hombre valiente las rescatara en algún momento de la historia. Incluso en las raras ocasiones en que lo hicieron, como en [Pelicula] Mulán y [Pelicula] Pocahontas, tuvieron que luchar solas contra una sociedad patriarcal para hacerlo. Frozen rompe este molde con facilidad, simplemente presentando un segundo personaje femenino para apoyar al primero. Tener a Elsa y Anna como iguales le da a Frozen una dinámica completamente diferente a otras películas de Disney. En lugar de que uno de los personajes sea rescatado por un príncipe, las dos mujeres se apoyan mutuamente hasta cumplir sus objetivos
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