Pocos estrenos de 2016 han generado tanta mala fama desde su anuncio como la próxima entrega de Los Cazafantasmas, dirigida por Paul Feig y estelarizando un elenco compuesto por Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones. Desde hace casi un año Feig respondió a los comentarios de rechazo a su película con acusaciones de machismo e intolerancia vil, Tom Rothman hizo fuertes declaraciones al respecto y la propia Kristen Wiig dijo sentirse ‘decepcionada’ al ver un proyecto suyo recibiendo tan fuertes críticas de antemano, y vaya que lo fueron; miles de comentarios en internet acusan a la película de arruinar infancias y de explotar el recurso de un elenco femenino para venderse a una audiencia que ‘no es en verdad fan de Ghostbusters,’ entre muchas otras cosas. Por otra parte, existe el grupo que defiende de la misma forma apasionada este nuevo filme, citando que las razones para ‘odiarla’ se basan en berrinches infantiles sin justificación. ¿Qué genera una antipatía tan intensa sobre este particular reboot? Tratemos de responder desde el medio.

Exploremos un poco el lado negativo: Es cierto que vivimos en una época en que los reboots de viejas franquicias, algunas consagradas y otras completamente olvidables, no solo están a la orden del día, sino que generan terribles reacciones del público a pesar de ser (usualmente) éxitos taquilleros, lo que promueve su proliferación; es entonces que se vuelve interesante el hecho de que otra películas de Los Cazafantasmas sea ‘la gota que derramó el vaso’. Por supuesto, es imposible agrupar a todos los que no soportan la idea de una nueva película dentro de un solo campo; las causas para repudiar a esta cinta van desde lo mundano hasta lo simplemente vitriólico, incluyendo argumentos bien construidos y presentados hasta los desplantes más irracionales. Todo es normal, por supuesto, lo sorprendente es la escala que ha alcanzado.

¿Es cierto que ‘todos odian la nueva Ghostbusters’ solo porque las estrellas son mujeres? Me atrevería a decir que no, y es que no hace falta buscar mucho en internet para hallar una cantidad considerable de usuarios que, de acuerdo a sus comentarios, la odiarían sin importar de qué genero fueran las estrellas. Esto me parece válido, pero el caso es que las estrellas sí son mujeres, y lo mismo están esas mentes sensibles que otras atacando específicamente la decisión de utilizar mujeres en la película, citando que esas actrices no son graciosas (o que las mujeres en general no son graciosas, argumento de una minoría vocal pero ardiente; a esos extremos llega el debate). Esta es la mayor parte de las discusiones en línea sobre los Cazafantasmas, y es por ello que tanta atención se le ha puesto a la parte ‘sexista’, ‘misógina’ y ‘juvenil’ de los detractores; no se puede escapar de ello porque es, en esencia, lo que más se habla, incluso si no se está de acuerdo con esa parte.

También podemos tocar la parte que concierne meramente a los aspectos técnico y narrativo de la película. Retomando a los que claman detestar de antemano esta cinta sin importar que hubiera hombres, mujeres o perros en el equipo principal, su preocupación es que este la película no ofrecerá nada fresco ni mucho menos divertido para las audiencias; dicen tener razón basándose en la falta de material promocional de la película y la renuencia de Sony Pictures a mostrar más de lo que hasta ahora hicieron. Recordarán que solo hemos tenido un puñado de imágenes, una serie de posters, y apenas unos días atrás vimos el ‘teaser del teaser’. ¿En verdad Sony está ocultando su producto lo más que puede y de esa forma evitar que se genere mala fama de boca en boca antes del estreno, perdiendo de esa forma audiencia potencial? Resulta fácil creer que esto es cierto, pero ni siquiera se trata de si lo hacen porque la película en verdad es mala; Sony definitivamente conoce el rechazo que la película genera en internet y es simplemente lógico que intenten defender su producto de un fracaso adelantado que mucho o poco tenga que ver con la calidad del mismo.
Si nos vamos al frente de quienes defienden la película, las cosas no son muy diferentes. Hay quienes lo hacen porque ven en su elenco una oportunidad de tener un Hollywood más progresivo tanto como otras personas simplemente creen en el proyecto y buscan divertirse con ello. Cuesta un poco creerse los argumentos más apasionados que buscan tachar de misógino a todos quienes profesan su odio por Feig y su equipo, principalmente porque no todos son hombres, pero estos, tal como los detractores más aguerridos de los cuales hablé antes del estreno de Star Wars, son parte de un juego de tira y afloja en el que participan solo las más fieras minorías en el debate. La mayoría busca solamente algo de paciencia del otro bando; no juzgar antes de saber, dicen muchos, y si bien esto puede ser parte de la trampa que cito en párrafos anteriores, realmente no hay mucho más que se pueda hacer, vayas o no a ver la película. La animosidad defensiva de Feig en sus respuestas por Twitter definitivamente no fueron lo mejor para la imagen de la película, ya que esta tiene un mensaje abiertamente feminista, lo cual no es malo en lo absoluto; es su actitud la que muchos critican, y la percibida ‘fuerza’ con la que sienten la transmisión de este mensaje. Eso, sin embargo, es parte de un debate mucho más grande y complejo.

¿En verdad es tan malo el reboot? No la película en sí, pero la idea misma de rehacer una pieza tan querida del cine popular; nos hace preguntarnos si no estamos exagerando colectivamente, os si en verdad no solo ésta, sino todas las instancias de reboot deberían encontrarse con el mismo rechazo. Ese es el punto al que buscamos llegar cuando hacemos a un lado ambos partes del debate: ¿Por qué Ghostbusters? ¿Qué la vuelve tan sagrada en el imaginario colectivo? Algo me dice que la respuesta sería igual (o peor) si le dieran el mismo tratamiento a Volver Al Futuro, o si en lugar de un Star Wars: El Despertar de la Fuerza hubiéramos recibido un remake completo de Star Wars: Episodio IV – Una Nueva Esperanza, con caras nuevas, personajes diferentes y una trama ‘actualizada’. No por estar del lado de los detractores, ni por concordar con los defensores, simplemente para llamar a la atención la idea de que, probablemente, la razón por la que ‘todos odian Ghostbusters’ es que tomaron las ideas incorrectas para venderlas a un público que no tiene interés en ellas.
Lamentablemente estamos en un punto de no-retorno para la película; nadie va a cambiar de opinión antes o después del estreno; la única conclusión es que Ghostbusters está condenada a ser irremediablemente odiada por una gran parte de su audiencia, y esas cosas no pasan desapercibidas hoy día. Si la película es buena o mala no tiene relevancia y es imposible saberlo en este punto; ya es víctima de su propia historia.
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Axel Alcalá es redactor en Tomatazos.com, tiene un doctorado en Godzilla y puedes seguirlo cuando lo encuentres, pero solo entonces.