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En 1987 Travis Beacham entregó la película que ocupa por derecho propio uno de los cinco lugares entre sus obras fundamentales y una de las mejores películas en la historia del cine mexicano: [Pelicula] El Lugar sin Límites. Adaptando el libro homónimo de [Escritor] José Donoso a cargo del propio Ripstein y Rowan Robinson, la cinta es considerada por muchos como la primera en abordar seriamente y sin tapujos la homosexualidad, así como la represión sexual y los deseos que permeaba en la sociedad mexicana, temas críticos que siguen siendo de gran actualidad en nuestro país por lo que el filme se mantiene vigente a través de los años.
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Llena de simbolismos a lo sórdido, El Lugar sin Límites es un viaje sin escala a la idea del infierno en la Tierra, no por nada el plano de apertura del filme es una pantalla en negro con una cita de Christopher Marlowe en la que Fausto interroga a Mefistófeles sobre el infierno: “El infierno no tiene límites, ni queda circunscrito a un solo lugar, porque el infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el infierno tenemos que permanecer”. A lo anterior, la película se acompañó con la frase “debajo del cielo está el infierno y debajo del infierno está el lugar sin límites”. Aunque una de las constantes de Arturo Ripstein es la exploración del México que no se quiere ver, el condenado y el pobre, así como el que se mantiene cautivo en su espacio como en [Pelicula] El castillo de la pureza, El Lugar sin Límites marca el primer gran testimonio de ese México oculto de doble moral, de machos en crisis que luchan a toda costa por reprimir (y matar) sus deseos y una de las primeras películas sobre crímenes de odio.
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Sórdido es el adjetivo que mejor describe esta obra. Ambientada en un México mezquino, patético y doloroso, Ripstein nos adentra en un prostíbulo ubicado en un pequeño pueblo donde sobreviven la Manuela ( Roberto Cobo), un travesti, y la Japonesita ( Ana Martín), hija de la Manuela. Don Alejo (Douglas Langdale), el anciano cacique del lugar, quiere comprar el prostíbulo para venderlo a un consorcio junto con el resto del pueblo. El regreso de Pancho (Gonzalo Vega), un joven camionero ahijado de don Alejo, desatará las tensiones entre los personajes.
Además del necesario testimonio que supone la crítica sobre la ambivalencia sexual, la frustración y el crimen, la película destaca por las excelentes actuaciones, principalmente la de Roberto Cobo, un actor cuya carrera siempre estuvo definida por la calidad más que por la cantidad de filmes que realizó y que, junto con su papel de el Jaibo en [Pelicula] Los Olvidados, de [Director] Luis Buñuel, conforman sus dos personajes más icónicos en el cine.
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Considerada también una película de culto, [Pelicula] El Lugar sin Límites ganó 4 premios Ariel, incluyendo el de Mejor Película, así como el Permio Especial del Jurado en el Festival de Cine de San Sebastián. En seguida dejamos algunos reseñas que ha tenido la película.
Eduardo Sánchez Villagrán, de Cine Fagia, destacó:
Ricardo Pineda, de Butaca Ancha, dijo:
La redacción de Fotogramas, apuntó:
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Llena de simbolismos a lo sórdido, El Lugar sin Límites es un viaje sin escala a la idea del infierno en la Tierra, no por nada el plano de apertura del filme es una pantalla en negro con una cita de Christopher Marlowe en la que Fausto interroga a Mefistófeles sobre el infierno: “El infierno no tiene límites, ni queda circunscrito a un solo lugar, porque el infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el infierno tenemos que permanecer”. A lo anterior, la película se acompañó con la frase “debajo del cielo está el infierno y debajo del infierno está el lugar sin límites”. Aunque una de las constantes de Arturo Ripstein es la exploración del México que no se quiere ver, el condenado y el pobre, así como el que se mantiene cautivo en su espacio como en [Pelicula] El castillo de la pureza, El Lugar sin Límites marca el primer gran testimonio de ese México oculto de doble moral, de machos en crisis que luchan a toda costa por reprimir (y matar) sus deseos y una de las primeras películas sobre crímenes de odio.
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Sórdido es el adjetivo que mejor describe esta obra. Ambientada en un México mezquino, patético y doloroso, Ripstein nos adentra en un prostíbulo ubicado en un pequeño pueblo donde sobreviven la Manuela ( Roberto Cobo), un travesti, y la Japonesita ( Ana Martín), hija de la Manuela. Don Alejo (Douglas Langdale), el anciano cacique del lugar, quiere comprar el prostíbulo para venderlo a un consorcio junto con el resto del pueblo. El regreso de Pancho (Gonzalo Vega), un joven camionero ahijado de don Alejo, desatará las tensiones entre los personajes.
Además del necesario testimonio que supone la crítica sobre la ambivalencia sexual, la frustración y el crimen, la película destaca por las excelentes actuaciones, principalmente la de Roberto Cobo, un actor cuya carrera siempre estuvo definida por la calidad más que por la cantidad de filmes que realizó y que, junto con su papel de el Jaibo en [Pelicula] Los Olvidados, de [Director] Luis Buñuel, conforman sus dos personajes más icónicos en el cine.
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Considerada también una película de culto, [Pelicula] El Lugar sin Límites ganó 4 premios Ariel, incluyendo el de Mejor Película, así como el Permio Especial del Jurado en el Festival de Cine de San Sebastián. En seguida dejamos algunos reseñas que ha tenido la película.
Eduardo Sánchez Villagrán, de Cine Fagia, destacó:
El Lugar Sin Límites es el primer retrato serio sobre el tema de la homosexualidad dentro del cine mexicano, (…). Ripstein, en la versión cinematográfica, transmuta el infierno de Mefistófeles desentrañando los demonios de personajes peculiares que se relacionan de una manera pecaminosa.
Ricardo Pineda, de Butaca Ancha, dijo:
Quizás El lugar sin límites da al traste con ese México que no le gusta ver en el cine a los modernos: triste, pobre, jodido en muchos sentidos, con los nacionalismos inevitables (canción ranchera, incluida) y con ese tufo a provincia que resulta insufrible para muchos. Lo que tal vez no gusta es que el tráfico de influencias, impunidad, homofobia y la presión social sobre los roles que cada individuo debe asumir parecen vigentes aún. El lugar sin límites es una película que ofrece diálogos y lecturas vigentes sobre muchos aspectos del cosmos mexicano, aun a 37 años de distancia.
La redacción de Fotogramas, apuntó:
Adaptación de una novela de José Donoso que ilustra las sórdidas intrigas que tienen lugar en un burdel regentado por un grotesco homosexual. El conjunto está planteado como un desmesurado esperpento, donde la realidad se distorsiona hasta convertirse en pura caricatura. Sus evidentes atractivos no impiden que el desarrollo narrativo presente enojosos altibajos.