Mansión Embrujada | Una atracción de Disney que redefinió el género de terror

Mansión Embrujada | Una atracción de Disney que redefinió el género de terror

Desde sus orígenes en la literatura hasta la pantalla grande, Disney ha logrado capitalizar el concepto de las casas embrujadas. Con La casa encantada, un cortometraje animado de Mickey Mouse de 1929 y Los fantasmas solitarios de 1937 el género se encuentra entre los primeros en haber sido establecidos en su “mythos”. Estas tradiciones de […]

Por Verónica Sánchez el 28 julio, 2023

Desde sus orígenes en la literatura hasta la pantalla grande, Disney ha logrado capitalizar el concepto de las casas embrujadas. Con La casa encantada, un cortometraje animado de Mickey Mouse de 1929 y Los fantasmas solitarios de 1937 el género se encuentra entre los primeros en haber sido establecidos en su “mythos”. Estas tradiciones de terror han estado presentes en sus parques temáticos desde hace muchos años y han tenido adaptaciones como la actual La Mansión Embrujada.

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Una de las atracciones más populares de los parques de Disney son sus casas embrujadas, las cuales recrean los elementos clásicos de este tópico, desde los calabozos hasta los salones de baile. En estas atracciones, los visitantes pueden experimentar el terror y el misterio al mismo tiempo que disfrutan de los elementos estéticos y artísticos de la temática, que muchas veces ha llegado a rebasar al juego mismo. Además, Disney ha echado mano del tema de las casas embrujadas como escenario para desarrollar el tema central para algunas de sus películas clásicas, como La Bella Y La Bestia.

Estas películas ayudaron a popularizar el tema de las casas embrujadas para una generación más joven, por medio de la animación y el público familiar, expandiendo así su mercado más allá de la audiencia de nicho del horror puro y duro. Hasta cierto punto, El aprendiz de brujo incluido en Fantasía, forma parte de este mundo, siendo un castillo inmerso en la magia.

Las tradiciones que acompañan a las casas embrujadas han existido desde la literatura y el gótico victoriano. Estas casas han sido un tema recurrente en la narrativa de terror desde hace al menos dos siglos. La génesis de este tipo de narrativa tal y como la conocemos se remonta a la obra de Edgar Allan Poe, donde se encuentran referencias a los conceptos de horror y terror que son el punto de partida de la narrativa de los espíritus y las casas embrujadas con los que la audiencia general está familiarizada.

No obstante, las raíces de las mansiones embrujadas pueden encontrarse a la par del nacimiento del gótico literario. El Castillo de Otranto de Horace Walpole, publicada en 1764, es considerada la primera novela gótica y piedra angular del género. Introduce elementos como un castillo sombrío con pasadizos secretos, un linaje maldito y una atmósfera de terror. Esta obra sentó las bases para la creación de mansiones antiguas y siniestras que se convirtieron en protagonistas en las historias de casas embrujadas modernas.

Los Misterios de Udolpho de Ann Radcliffe, publicada en 1794, fue la segunda de estas grandes obras edificantes del gótico, la cual contó con una icónica descripción de una mansión gótica en los Alpes italianos. Esta novela influenció directamente la idea de una casa embrujada como escenario principal, donde los protagonistas se ven enfrentados a secretos oscuros y fenómenos sobrenaturales.

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El Monje de Matthew Gregory Lewis, publicada en 1796, añadió un elemento de horror y perversidad a las casas embrujadas modernas. La obra presenta una abadía siniestra, donde su ambiente tenebroso y los acontecimientos sobrenaturales atraen a la curiosidad y avivan la paranoia del lector. Esta novela actúa como precursora del slasher y el gore, sin llegar a ser tan explícita.

Y desde luego, no podía faltar la pluma alemana, en el eterno duelo por la “invención” del gótico, se encuentra la que se considera la primera casa embrujada de la literatura germana, presente en el castillo en la obra El entierro viviente (Der Geisterseher) de Friedrich Schiller. Publicada en 1787, esta novela gótica presenta una casa ancestral en la cual se cree que habita una presencia sobrenatural.

En ella, el castillo embrujado es descrito como oscuro, misterioso y lleno de atmósfera siniestra. El protagonista, el Conde von O**, se ve obligado a habitar esta casa debido a una maldición familiar, y pronto comienzan a ocurrir eventos inquietantes y fenómenos paranormales dentro de sus muros.

Fue así como las casas embrujadas se convirtieron en un tema recurrente en la literatura, arraigando fuertemente en el gótico victoriana. Desde la obra clásica de [Escritor] Edgar Allan Poe , El Cuervo, hasta la Casa en Alquiler de Joseph Sheridan Le Fanu. Estas obras han sabido captar la atención de lectores de todas las edades, con su mezcla de horror y ansiedad, así como la fascinación por el misterio y el suspense, que también daría pie al thriller moderno.

Pero aún faltaba por llegar la obra cumbre de este género. The Haunting of Hill House de [Escritor] Shirley Jackson (1959) —obra de las que se han desprendido las adaptaciones de The Haunting en Netflix, es considerada una obra seminal del género de terror psicológico. La novela introdujo innovaciones narrativas como la ambigüedad sobre si los eventos paranormales son reales o producto de la imaginación de sus personajes. Jackson utilizó la atmósfera gótica de Hill House y los intensos sentimientos de aislamiento y pérdida de control de Eleanor, la protagonista, para generar una sensación de horror psicológico sin necesidad de elementos sobrenaturales explícitos.

Esta exploración de la psique humana perturbada influenció a futuros autores del género, de manera que el legado de The Haunting of Hill House ha sido profundo. Es considerada una de las mejores novelas de terror psicológico de todos los tiempos, y su enfoque en la ambigüedad y la inestabilidad mental de los personajes sentó las bases para obras como Otra vuelta de tuerca de [Escritor] Henry James . La novela sigue inspirando adaptaciones cinematográficas y televisivas hasta el día de hoy. Jackson demostró así que el terror psicológico sutil podía ser más perturbador que el horror gráfico, estableciendo un nuevo paradigma en el género.

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Estas obras suelen tener como tema principal el uso de la magia para tratar con los problemas del mundo, enfrentando los elementos sobrenaturales que pueblan estas casas y sus alrededores. Estos elementos pueden incluir apariciones inesperadas, encantamientos, portales mágicos, y una variedad de otros elementos míticos. Estos elementos, junto con la atmósfera de terror y miedo, hicieron de las casas embrujadas un tema muy popular entre los lectores, y una constante en la tradición de la literatura gótica victoriana.

De acuerdo al artículo, Victorian Houses and the Modern Imagination de Sarah Burns, la casa victoriana es poseedora de una intrincada e imponente arquitectura, que arrojó una sombra siniestra sobre la imaginación estadounidense moderna durante el período de entreguerras. Artistas de esa época, como Edward Hopper y Grant Burchfield, captaron la esencia de estas casas, reflejando su desdén por los excesos y la “fealdad” aburguesada de la época victoriana.

Edward Hopper, conocido por su realismo inquebrantable, representó la inquietante Casa junto a la vía de tren, pintura en la que mostraba una mansión al estilo General Grant de la década de 1870, velada por las sombras, con una torre central ominosa. Las emociones transmitidas por esta pieza fueron criticadas en la era victoriana, destacando sus aspectos más oscuros que persistieron como tendencia en el arte, incluso después de su muerte.

La casa victoriana sirvió como un escenario popular para el misterio y la ficción detectivesca durante este periodo histórico. Ya no sólo importaba la estructura física de la casa, sino que su atmósfera también desempeñó un papel crucial en la elaboración de narrativas espeluznantes y misteriosas. Escritores como [Escritor] H.P. Lovecraft se inspiraron en los primeros modelos coloniales de Nueva Inglaterra, utilizando casas para ocultar secretos repulsivos y horrores innombrables.

La fascinación por la casa victoriana se extendió también al humor y la sátira. A medida que crecía la nostalgia y la distancia, los humoristas y satíricos comenzaron a criticar los absurdos de los excesos victorianos, restando importancia a las extravagancias del pasado. En el ámbito de la literatura, Nathaniel Hawthorne se unió a Lovecraft contribuyendo significativamente a la ficción policíaca y de misterio. Su influencia trascendió el tiempo, inspirando a escritores posteriores como [Escritor] Arthur Conan Doyle y [Escritor] Agatha Christie , quienes continuaron explorando las profundidades de la psicología humana a través de sus apasionantes relatos.

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Aunque su evolución se decantó por el misterio detectivesco, la casa victoriana permaneció obsesionada por su propia historia oscura. Cuando el humor y la sátira ocuparon un lugar central, surgieron las icónicas caricaturas de La familia Addams de [Escritor] Charles Addams . La mansión victoriana en ruinas de la familia, completa con todos los excesos estilísticos y monstruosidades, se convirtió en un símbolo de una casa de diversión patológica.

Fue así como la casa victoriana tuvo un impacto generalizado en la psique de las personas modernas. Representaba una prisión de recuerdos que se negaba a desvanecerse, permaneciendo en la mente de aquellos que se encontraban con sus interiores oscuros y llenos de telarañas. Desde entonces, los autores han seguido contando historias sobre estas casas, castillos y edificios hasta llegar a la pantalla grande.

Con una influencia directa en la tradición literaria, estas películas han sabido capturar los elementos clásicos de las casas embrujadas y hacerlos suyos. Desde la arquitectura imponente hasta los desafíos sobrenaturales y los misterios inexplicables. Películas como La Mansión de los Espectros (1963) —fiel adaptación a The Haunting de Jackson—, El Horror de Amityville (1979) y El Intermediario del Diablo (1980) representan algunas de las primeras películas que incorporaron estos elementos en su trama. Estas películas se han convertido en clásicos del cine de terror y fueron una influencia principal para la generación actual de películas, como El Conjuro (2013).

Para Mara Reinstein, autora de The History of the Haunted House in Movies del Architectural Digest, la casa embrujada, un elemento básico en las películas de terror, que continúa provocando escalofríos en la espalda de los espectadores, cautivando al público con su imponente espacio donde los espíritus se aprovechan de los miedos. Citando a Leonard Maltin, afirma que no se necesita mucho para evocar miedo dentro de una casa embrujada, incluso una simple indicación o creencia de que algo está presente, como una sombra de luz a través de una puerta, puede provocar escalofríos en la columna.

Reinstein sitúa las raíces de este tropo cinematográfico en la película muda de 1927 El legado tenebroso, donde una familia es acechada por una figura misteriosa dentro de una mansión en ruinas con vista al río Hudson de Nueva York. Esta película se convirtió en sinónimo del prototípico "thriller de la casa oscura", y su éxito sentó las bases para cierto tipo de películas de terror.

El maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, dio su propio giro al concepto en el clásico gótico Rebecca (1940). La historia gira en torno a una mujer casada aterrorizada por la presencia de la primera esposa fallecida de su esposo dentro de su mansión. Otras películas icónicas como Juegos Diabólicos —Poltergeist— (1982), agregaron capas de tensión cuando los personajes enfrentaron experiencias aterradoras dentro de sus hogares.

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En los thrillers modernos, la casa embrujada se ha convertido en un territorio inventivo y lleno de suspenso. Películas como Los Otros (2001) y Déjame Entrar (2010) (2010) expanden el concepto a nuevos escenarios mientras conservan la atmósfera que induce al miedo. La casa embrujada sigue siendo un símbolo poderoso, incluso en películas más nuevas como Parásitos, donde una casa cargada de secretos juega un papel esencial en la trama.

Es a través de estos elementos narrativos que Disney también ha logrado capitalizar el concepto con sus parques temáticos y películas. Su película del 2003, La Mansión Embrujada, estelarizada por Eddie Murphy, fue la culminación de la reinvención de esta narrativa. Estas películas han demostrado que el tema de las casas embrujadas es un tema siempre popular, pero particularmente, al interior de los parques temáticos de Disney, donde éstas contienen laberintos, largos pasillos oscuros y espíritus malignos.

El artículo A Brief History of the Haunted House de la Smithsonian Magazine hace un breve repaso sobre la inflexión de temática de las casas embrujadas en la cultura después de la incorporación de la atracción de Disney. En el Londres del siglo XIX, las exhibiciones de espantosas esculturas de cera de Marie Tussaud, con figuras francesas decapitadas, escandalizaron al público británico. La "Cámara de los Horrores" nació así de su colección de máscaras mortuorias creadas durante la Revolución Francesa.

A principios del siglo XX, teatros como el Grand Guignol en París sorprendieron al público con representaciones gráficas de desmembramientos en el escenario. En 1915, un recinto ferial inglés en Liphook introdujo una de las primeras "casas fantasmas", sentando las bases para la atracción de terror comercial. Para la Gran Depresión se vio el surgimiento de casas embrujadas con temas de Halloween en Estados Unidos como una distracción para los jóvenes bromistas cuyos trucos se convirtieron en daños a la propiedad. Estas primeras casas embrujadas eran relativamente primitivas, con familias decorando sus sótanos y organizando fiestas "de casa en casa" para entretener a los niños.

Pero todo cambiaría con la apertura de la Mansión Embrujada de Disneyland en 1969. Diseñada con ilusiones complejas de fantasmas que revolucionaron la industria, convirtiéndose en un éxito y ahora clásico. A lo largo de las décadas, las casas embrujadas se extendieron por los Estados Unidos, hasta que una tragedia en Nueva Jersey provocó el aumento de las normas de seguridad, lo que provocó la quiebra de muchas organizaciones sin fines de lucro. Surgieron de esta manera casas embrujadas profesionales, superando a los grupos de voluntarios, y la industria fue testigo de una proliferación de atracciones inspiradas en películas de terror populares.

Con un presente próspero y gratificante financieramente, Larry Kirchner, presidente de la Asociación de Casas Embrujadas, cree que todas las empresas eventualmente enfrentan desafíos, pero actualmente estas continúan atrayendo multitudes masivas. Hoy en día Halloween —una de las festividades con mayor derrama económica en Estados Unidos— y todo el aparato de entretenimiento que la rodea, son impensables sin ellas.

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