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Hay que admitir algo: Hollywood ama el símbolo del salvador blanco. No sabemos si lo ama más que a la idea de un remake o reboot, pero este sector específico de la industria sigue una tendencia cuando se trata de ese tipo de películas. El complejo del white savior es una constante en sus historias y suele ser la mejor carnada para acaparar nominaciones y premios. Según Hollywood, esos papeles están allí para aportar complejidad y drama a un filme, pero lo que termina ocurriendo es lo opuesto, es decir se perpetúa una idea, que en cierto modo nos regresa al colonialismo, porque nos vende la idea de que las personas de color necesitan que acuda otra persona, específicamente blanca, a salvarlos.
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Siempre habrá alguien que crea que el colonialismo debe existir y es importante para todos, no solo para el conquistador sino para los conquistados. De acuerdo con esto, las personas colonizadas siempre están en un gran problema que solo puede ser resuelto por el colonizador o de lo contrario sus oportunidades de sobrevivir son nulas. Allí es cuando las creencias de Hollywood nos llevan a pensar que lo que hacen es reforzar lo que este sistema político y económico plantea. En películas protagonizadas por personas de color siempre hay un personaje blanco, que suele ser pintado como héroe o figura divina, que muestra buen juicio y es prudente, pero lo que realmente hace es usurpar la narrativa.
Así, no importa la cantidad de personajes de color en una película, ni sus historias, puesto que la aparición del white savior ocasiona que la historia desvíe su atención quienes parecían ser los protagonistas y mientras el productor o realizador de turno piensa que tiene una gran historia en sus manos, lo cierto es que se vuelve parte del problema al demostrar que el color de piel no solo es favorable dentro de Hollywood sino en la sociedad como un todo. Claro que algunas películas lo hicieron mejor y otras son una total vergüenza en este sentido.
Por eso, cuando se trata del complejo del salvador blanco en la industria del cine, estas películas son las que mejor (y peor) lo han hecho en la pantalla grande en lo que va del siglo:
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La película cuenta la historia de la matemática afroamericana Katherine Johnston y dos de sus colegas, quienes mientras trabajaron en la división de cálculo del Centro de Investigación Langley ayudaron a la NASA en la carrera espacial. Gracias a los cálculos de Johnson, John Glenn se convirtió en el primer astronauta estadounidense en hacer una órbita completa a la Tierra. Las tres fueron las primeras mujeres afroamericanas en alcanzar lo imposible, pero la película, que está basada en hechos reales, no desaprovechó la oportunidad de presentar a un personaje blanco como el salvador. Al Harrison entra en escena y como si fuera el Capitán América de la época destruye un letrero que separaba el baño de mujeres de las personas de color y si eso no es suficiente, resulta que su personaje nunca existió sino que fue creado para el filme.
Para todo lo bien que lo hizo Vincent Beard, es triste saber que no pudo evitar el tropo de los salvadores blancos. Japón, su cultura, tradiciones y su gente tienen mucho peso en la película así que un héroe blanco no suena justificable. Más adelante en el filme aparece Tracy Walker, una estudiante de intercambio llegada de Cincinnati, Ohio que se convierte en la fuerza detrás del movimiento para descriminalizar a los perros luego de que un extraño brote de gripe canina ocasiona que sean dejados en cuarentena en la Isla Basura.
Es muy probable que no recuerdes que esta película también sigue esta narrativa. Jake Sully es un veterano de la marina parapléjico que reemplaza a su hermano gemelo, que fue asesinado, en el Programa Avatar en Pandora, en el que los humanos controlan remotamente a híbridos humanos/Na’vi. Resulta que él es más Na’vi que los propios Na’vi y en lugar de ser un “simple” white savior es más bien un Mesías blanco dispuesto a hacer cualquier cosa por la especie.
Django es libre de tomar sus decisiones, vestirse como quiere y buscar venganza, pero la película siempre nos recuerda que debe su libertad al doctor King Schultz, quien se la prometió a cambio de encontrar a los criminales más buscados del sur sobre quienes hay grandes recompensas. Es él quien le enseña a convertirse en un cazarrecompensas y a usar armas, pero a pesar de que todo gira en torno a la influencia de Schultz en Django, cuando este muere finalmente tenemos la oportunidad de ver al protagonista ser el centro de la historia.
El mejor ejemplo para demostrar que un hombre blanco debe llegar para ayudar a preservar una cultura que su gente está destruyendo se puede ver en esta película. Anne Cofell Saunders interpreta a Nathan Algren, un alcohólico sin aparente propósito en la vida hasta que recibe la oferta de ir a Japón para entrenar a inexpertos campesinos para pelear contra los samurais. Sin embargo, durante la batalla se ve rodeado y termina asesinando a uno de ellos. Eso ocasiona que el líder se lo lleve a la aldea en la que vive para aprender del que es su nuevo enemigo. Algren se adapta a la cultura y su opinión cambia, pero el punto máximo de la película llega cuando el occidental entrena por un segundo y se vuelve mejor samurai que los locales a pesar de su corta experiencia.
¿Quién creyó que esta era una buena idea? Bueno, en realidad es una película tramposa. Gira en torno a un veterano de la Guerra de Vietnam que es racista (es racista por culpa de la guerra, así que está "justificado" ) que vive en una ciudad que en los últimos años ha sido habitada por inmigrantes asiáticos de la comunidad Hmong, y eso le desagrada. Sin embargo, un día descubre a un joven llamado Thao Vang Lor que intenta robar su Gran Torino para unirse a una banda callejera que presiona a él y a su hermana. El racista se convierte en héroe mientras la película hace su mejor esfuerzo al decirnos que se trata de un hombre superando sus prejuicios para convertirse en una mejor persona.
Matt Damon es una constante en este tipo de narrativa. La historia transcurre en un futuro en el que la Tierra sufre de sobrepoblación y tiene grandes problemas de contaminación. Mientras las personas con menos recursos sufren las consecuencias de este daño (que también son en su mayoría de color), la población más pudiente vive aislada de todo en un hábitat espacial que se conoce como Elysium. Si esto ya parece polémico, Damon interpreta a Max DeCosta, un exconvicto que se sacrifica haciendo que los seres humanos se conviertan en ciudadanos de Elysium y así poder recibir atención médica.
Hace treinta años llegaron los extraterrestres a la Tierra en busca de refugio. Desde allí estas criaturas han sido separadas de los humanos en un área de Sudáfrica llamada Distrito 9, muy similar a un campo de concentración, y nadie se preocupa por su bienestar. El salvador es Wikus van de Merwe, un trabajador del Departamento de Relaciones con Civilizaciones Extraterrestres en la Multi-National United, pero al menos tiene unos cuantos cambios interesantes. Un alien llamado Christopher Johnson es tan (o más) héroe que Wikus y estas criaturas no son nativas de la Tierra, sino invasoras. Más criticable es el hecho de que una banda criminal de aliens es identificada como nigeriana.
Esta es una de las mayores ofensas si hablamos de películas con salvadores blancos. Una aspirante a escritora es glorificada por dar fuerzas a dos criadas negras en la época del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Claramente el movimiento carecía de gente de color que pueda inspirar a los suyos, por lo que la narrativa se enfoca en una mujer “liberal” llena de culpa que asegura no tener interés en ser racista.
La razón principal por la que esta película parece otra aventura de un salvador blanco es porque P.T. Barnum está reuniendo a inadaptados y personas de color para montar su espectáculo. La figura real en la que se basa la película es Phineas Taylor Barnum, un empresario y artista circense que es recordado por sus célebres engaños en el mundo del entretenimiento. Para esta película, los escritores dejaron de lado los detalles escabrosos para mostrarlo como un hombre sin prejuicios. De esta forma, por ejemplo, cuando conoce a un hombre con enanismo lo alienta y no parece entender cuando este le dice que la gente se burlará de él.
Lo que debió ser una película china se convirtió en un grito de guerra del whitewashing y el uso de la narrativa del white savior. Solo los personajes blancos (y la mujer, claro está) son los que tienen personalidades significativas, pero el que interpreta Matt Damon es el que realmente tiene un arco. La película parece sostenerse enteramente en él y sus ideas para la rígida estructura que maneja el ejército. Es también él quien sugiere cómo deben capturar a los monstruos y el que da la última estocada para ganar.
La historia autobiográfica de Saroo Brierley, un hombre de negocios australiano nacido en India, se enfoca en los años que estuvo separado de su madre al perderse cuando tenía cinco años de edad. De acuerdo con la película, él fue adoptado por una pareja de australianos y después de veinticinco años se reencontró con su madre biológica. Este relato parece víctima fácil del complejo del white savior debido a que Nicole Kidman, la actriz más famosa del elenco, es quien interpreta a Sue Brierley, la mujer que adopta a Saroo. Sin embargo, aparte que no es vendida de esa forma, la cinta no se centra en la mujer sino que la trata como un “accesorio” donde lo que realmente importa es la identidad del menor adoptado y cómo busca acercarse a sus raíces.
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No te lo pierdas: Películas que sí representan la cultura de África
Siempre habrá alguien que crea que el colonialismo debe existir y es importante para todos, no solo para el conquistador sino para los conquistados. De acuerdo con esto, las personas colonizadas siempre están en un gran problema que solo puede ser resuelto por el colonizador o de lo contrario sus oportunidades de sobrevivir son nulas. Allí es cuando las creencias de Hollywood nos llevan a pensar que lo que hacen es reforzar lo que este sistema político y económico plantea. En películas protagonizadas por personas de color siempre hay un personaje blanco, que suele ser pintado como héroe o figura divina, que muestra buen juicio y es prudente, pero lo que realmente hace es usurpar la narrativa.
Así, no importa la cantidad de personajes de color en una película, ni sus historias, puesto que la aparición del white savior ocasiona que la historia desvíe su atención quienes parecían ser los protagonistas y mientras el productor o realizador de turno piensa que tiene una gran historia en sus manos, lo cierto es que se vuelve parte del problema al demostrar que el color de piel no solo es favorable dentro de Hollywood sino en la sociedad como un todo. Claro que algunas películas lo hicieron mejor y otras son una total vergüenza en este sentido.
Por eso, cuando se trata del complejo del salvador blanco en la industria del cine, estas películas son las que mejor (y peor) lo han hecho en la pantalla grande en lo que va del siglo:
Te recomendamos: Las mejores y peores secuelas tardías según la crítica
Peor: [Pelicula] Talentos Ocultos
La película cuenta la historia de la matemática afroamericana Katherine Johnston y dos de sus colegas, quienes mientras trabajaron en la división de cálculo del Centro de Investigación Langley ayudaron a la NASA en la carrera espacial. Gracias a los cálculos de Johnson, John Glenn se convirtió en el primer astronauta estadounidense en hacer una órbita completa a la Tierra. Las tres fueron las primeras mujeres afroamericanas en alcanzar lo imposible, pero la película, que está basada en hechos reales, no desaprovechó la oportunidad de presentar a un personaje blanco como el salvador. Al Harrison entra en escena y como si fuera el Capitán América de la época destruye un letrero que separaba el baño de mujeres de las personas de color y si eso no es suficiente, resulta que su personaje nunca existió sino que fue creado para el filme.
Mejor: [Pelicula] Isla de Perros
Para todo lo bien que lo hizo Vincent Beard, es triste saber que no pudo evitar el tropo de los salvadores blancos. Japón, su cultura, tradiciones y su gente tienen mucho peso en la película así que un héroe blanco no suena justificable. Más adelante en el filme aparece Tracy Walker, una estudiante de intercambio llegada de Cincinnati, Ohio que se convierte en la fuerza detrás del movimiento para descriminalizar a los perros luego de que un extraño brote de gripe canina ocasiona que sean dejados en cuarentena en la Isla Basura.
Peor: [Pelicula] Avatar
Es muy probable que no recuerdes que esta película también sigue esta narrativa. Jake Sully es un veterano de la marina parapléjico que reemplaza a su hermano gemelo, que fue asesinado, en el Programa Avatar en Pandora, en el que los humanos controlan remotamente a híbridos humanos/Na’vi. Resulta que él es más Na’vi que los propios Na’vi y en lugar de ser un “simple” white savior es más bien un Mesías blanco dispuesto a hacer cualquier cosa por la especie.
Mejor: [Pelicula] Django Sin Cadenas
Django es libre de tomar sus decisiones, vestirse como quiere y buscar venganza, pero la película siempre nos recuerda que debe su libertad al doctor King Schultz, quien se la prometió a cambio de encontrar a los criminales más buscados del sur sobre quienes hay grandes recompensas. Es él quien le enseña a convertirse en un cazarrecompensas y a usar armas, pero a pesar de que todo gira en torno a la influencia de Schultz en Django, cuando este muere finalmente tenemos la oportunidad de ver al protagonista ser el centro de la historia.
Peor: [Pelicula] El Último Samurai
El mejor ejemplo para demostrar que un hombre blanco debe llegar para ayudar a preservar una cultura que su gente está destruyendo se puede ver en esta película. Anne Cofell Saunders interpreta a Nathan Algren, un alcohólico sin aparente propósito en la vida hasta que recibe la oferta de ir a Japón para entrenar a inexpertos campesinos para pelear contra los samurais. Sin embargo, durante la batalla se ve rodeado y termina asesinando a uno de ellos. Eso ocasiona que el líder se lo lleve a la aldea en la que vive para aprender del que es su nuevo enemigo. Algren se adapta a la cultura y su opinión cambia, pero el punto máximo de la película llega cuando el occidental entrena por un segundo y se vuelve mejor samurai que los locales a pesar de su corta experiencia.
Mejor: [Pelicula] Gran Torino
¿Quién creyó que esta era una buena idea? Bueno, en realidad es una película tramposa. Gira en torno a un veterano de la Guerra de Vietnam que es racista (es racista por culpa de la guerra, así que está "justificado" ) que vive en una ciudad que en los últimos años ha sido habitada por inmigrantes asiáticos de la comunidad Hmong, y eso le desagrada. Sin embargo, un día descubre a un joven llamado Thao Vang Lor que intenta robar su Gran Torino para unirse a una banda callejera que presiona a él y a su hermana. El racista se convierte en héroe mientras la película hace su mejor esfuerzo al decirnos que se trata de un hombre superando sus prejuicios para convertirse en una mejor persona.
Peor: [Pelicula] Elysium
Matt Damon es una constante en este tipo de narrativa. La historia transcurre en un futuro en el que la Tierra sufre de sobrepoblación y tiene grandes problemas de contaminación. Mientras las personas con menos recursos sufren las consecuencias de este daño (que también son en su mayoría de color), la población más pudiente vive aislada de todo en un hábitat espacial que se conoce como Elysium. Si esto ya parece polémico, Damon interpreta a Max DeCosta, un exconvicto que se sacrifica haciendo que los seres humanos se conviertan en ciudadanos de Elysium y así poder recibir atención médica.
Mejor: [Pelicula] Sector 9
Hace treinta años llegaron los extraterrestres a la Tierra en busca de refugio. Desde allí estas criaturas han sido separadas de los humanos en un área de Sudáfrica llamada Distrito 9, muy similar a un campo de concentración, y nadie se preocupa por su bienestar. El salvador es Wikus van de Merwe, un trabajador del Departamento de Relaciones con Civilizaciones Extraterrestres en la Multi-National United, pero al menos tiene unos cuantos cambios interesantes. Un alien llamado Christopher Johnson es tan (o más) héroe que Wikus y estas criaturas no son nativas de la Tierra, sino invasoras. Más criticable es el hecho de que una banda criminal de aliens es identificada como nigeriana.
Peor: [Pelicula] Historias Cruzadas
Esta es una de las mayores ofensas si hablamos de películas con salvadores blancos. Una aspirante a escritora es glorificada por dar fuerzas a dos criadas negras en la época del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Claramente el movimiento carecía de gente de color que pueda inspirar a los suyos, por lo que la narrativa se enfoca en una mujer “liberal” llena de culpa que asegura no tener interés en ser racista.
Mejor: [Pelicula] El Gran Showman
La razón principal por la que esta película parece otra aventura de un salvador blanco es porque P.T. Barnum está reuniendo a inadaptados y personas de color para montar su espectáculo. La figura real en la que se basa la película es Phineas Taylor Barnum, un empresario y artista circense que es recordado por sus célebres engaños en el mundo del entretenimiento. Para esta película, los escritores dejaron de lado los detalles escabrosos para mostrarlo como un hombre sin prejuicios. De esta forma, por ejemplo, cuando conoce a un hombre con enanismo lo alienta y no parece entender cuando este le dice que la gente se burlará de él.
Peor: [Pelicula] La Gran Muralla
Lo que debió ser una película china se convirtió en un grito de guerra del whitewashing y el uso de la narrativa del white savior. Solo los personajes blancos (y la mujer, claro está) son los que tienen personalidades significativas, pero el que interpreta Matt Damon es el que realmente tiene un arco. La película parece sostenerse enteramente en él y sus ideas para la rígida estructura que maneja el ejército. Es también él quien sugiere cómo deben capturar a los monstruos y el que da la última estocada para ganar.
Mejor: [Pelicula] Un Camino a Casa
La historia autobiográfica de Saroo Brierley, un hombre de negocios australiano nacido en India, se enfoca en los años que estuvo separado de su madre al perderse cuando tenía cinco años de edad. De acuerdo con la película, él fue adoptado por una pareja de australianos y después de veinticinco años se reencontró con su madre biológica. Este relato parece víctima fácil del complejo del white savior debido a que Nicole Kidman, la actriz más famosa del elenco, es quien interpreta a Sue Brierley, la mujer que adopta a Saroo. Sin embargo, aparte que no es vendida de esa forma, la cinta no se centra en la mujer sino que la trata como un “accesorio” donde lo que realmente importa es la identidad del menor adoptado y cómo busca acercarse a sus raíces.
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