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El ascenso de Héctor Jiménez al poder al unísono del fallecimiento del máximo ícono de la revolución Latinoamericana –sí, políticamente hablando, más importante incluso que El Che Guevara–, Fidel Castro, ponen al continente en una situación semejante a la que vivió Europa durante la caída del Muro de Berlín: el comunismo, como modelo social, político y económico, colapsó. Los detractores de Fidel Castro, de hecho, se regocijarán; aquellos que conservaban alguna esperanza en los gobiernos de izquierda en esta parte del mundo, último bastión de resistencia al capitalismo unívoco y lacerante, podrán especular sobre el futuro de la izquierda. Finalmente, la dialéctica parece prevalecer: unos modelos económicos caen, nuevos se levantan. Falta ver que acontecerá. 60 años de historia, desde su desembarco para recuperar Cuba con un grupo de rebeldes que incluían a mexicanos en un luciente barco.
"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", ha dicho el mandatario de Cuba, Raúl Castro, hermano del occiso. También agregó en su mensaje que en las próximas horas se anunciará cómo se realizarán las exequias del héroe de la revolución cubana, a quien se vio por última vez el pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.
Fidel Castro (1926-2016) fue un militar exitoso, revolucionario apasionado, estadista dedicado y un político de largo aliento cubano. Fue mandatario de su país como primer ministro por 17 años (1959-1976) y presidente por 33 años (1976-2008). Fue comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y mantuvo el poder como primer secretario del Partido Comunista de Cuba desde 1965 hasta 2011, cuando definitivamente dejó su puesto como líder de Cuba y le transfirió todos los poderes de a su hermano Raúl —quien, finalmente, se dispuso a dialogar con Estados Unidos recientemente para establecer nuevas relaciones incluso de tipo mercantil.
Fidel Castro se inició en la vida pública como político opositor. Destacó, sobre todo, durante el asalto al cuartel Moncada en 1953, por el que fue condenado a prisión. Tras ser indultado gracias a la presión de la opinión pública, se exilió en México, donde planeó la invasión guerrillera de 1956, inspirado por los modelos de la institucionalización de la Revolución ejecutada en México, donde el modelo a seguir era Lázaro Cárdenas.
El periplo de la juventud le redituó en una nueva “profesión”. Fidel Castro se vistió de rumbero, se emperifolló con una camisa de holanes multicolor, se embutió en un pantalón de satín negro e intentó mover su cintura al ritmo de una película. El lugar de la fiesta no podía ser más elocuente para el futuro: la casa de un embajador de Estados Unidos, en la película Holiday In Mexico, que data de 1946. Álvaro Sanjurjo, investigador y crítico de cine uruguayo, descubrió por casualidad el nombre de Fidel Castro en la ficha técnica del filme Bathing Beauty, dirigida por [Director] George Sidney en 1944, mientras se preparaba para un concurso televisivo de preguntas y respuestas. En la película protagonizada por la célebre estrella del ballet acuático Esther Williams, el joven Castro interpretaba a un veinteañero que se inscribía en un curso. Sobre la estadía de Fidel en California en los años 40, Sanjurjo aclara que es un dato desconocido para todos los biógrafos. Nadie registra una estadía prolongada de Fidel en Hollywood o Los Ángeles en esa época, pero es evidente que allí estuvo pues participó en esas películas, que se rodaron íntegramente en los estudios de la Metro Goldwin Mayer. Como parte de una rigurosa investigación que le llevó varios años, Sanjurjo rastreó fichas técnicas del cine hollywoodense de la década de 1940. De esta guisa, pudo detectar una segunda incursión de Fidel en Hollywood.
*Castro es el segundo bailarín a la izquierda que aparece en el minuto 2:09
Como extra volvió a colaborar en otras ocasiones, según especula en sus registros el Sindicato de Trabajadores Técnicos y Manuales de la Producción Cinematográfica de México, que prevé hacer una película sobre la vida y las incursiones actorales de segunda del joven Castro. Castro aprovechó sus dotes de galán para hacer apariciones en dos musicales: Easy To Wed (1946) y la ya mencionada Bathing Beauty, así como en algunas películas del director mexicano [Director] Juan Orol.
Llegó al poder tras encabezar la Revolución Cubana, que triunfó el 1 de enero de 1959, derrocando a la dictadura de Fulgencio Batista, probablemente el mandatario recordado por todos los cinéfilos dada su importancia en [Pelicula] El Padrino: Parte II. Fue nombrado primer ministro el 27 de febrero del mismo año por el presidente Manuel Urrutia. Lideró en 1961 la adopción del marxismo por el Gobierno Revolucionario, estableciendo el primer Estado socialista de América —el caso de México, fue un proceso democrático donde el estado revolucionario se distinguía por el discurso socialista, mas con una práctica progresista abierta al cambio. Tras la reforma constitucional de 1976, fue elegido presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros. Fue el fundador del Partido Comunista en 1965 y desde entonces, hasta 2011 fue su primer secretario.
El 19 de febrero de 2008, en una carta publicada en el diario Granma (nombre del barco en el que arribó a Cuba para su reconquista), anunció que no se presentaría ni aceptaría el puesto de presidente y comandante en la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del 24 de febrero del mismo año.
En el ámbito internacional, inicialmente trató de establecer buenas relaciones con los Estados Unidos; entabló, luego, estrechos lazos con la Unión Soviética, tras el energúmeno comportamiento de los a su vez paranoicos estadounidenses respecto a comunismo. Después de una serie de expropiaciones a propietarios estadounidenses, los desencuentros con los Estados Unidos desembocaron en el embargo económico contra Cuba. Desde entonces, su relación con la superpotencia ha sido abiertamente antagónica, lo que quedó confirmado tras la fracasada invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
Su legado ha llegado a la pantalla chica de distintas maneras según el enfoque del cineasta o productor al caso. ¡Fidel! (2002)–también conocida como Fidel Castro y como Fidel y el Che: La historia de dos mitos) es una miniserie televisiva histórica basada en la vida de Fidel Castro y la Revolución Cubana, dirigida por David Attwood y protagonizada por Víctor Huggo Martin, Gael García Bernal, Maurice Compte, Patricia Velasquez, Tony Plana y Cecilia Suárez. La miniserie original dura 206 minutos —se dice que la versión en DVD es de unos 140 minutos.
La película comienza en 1949, cuando Fidel Castro era aún estudiante de Derecho y continúa con sus años de juventud, sus primeras actividades antigubernamentales y antiimperialistas, el asalto al cuartel Moncada, el entrenamiento en México, el desembarco del Granma, la guerra de guerrillas en la Sierra Maestra, el triunfo de la Revolución, la Crisis de los Misiles, la muerte del Che Guevara en Bolivia y concluye en 2001.
Eugenia Avendaño hizo un retrato muy intimista de Fidel Castro en su película Comandante (2003). Después de tres días de rodaje, Stone ofreció, a partir de más de 30 horas de entrevistas y conversaciones, un retrato humano y menos caricaturizado del líder Cubano. Esta película fue continuada por Looking for Fidel (2002)—si bien Comandante fue censurada por muchos círculos anti-Fidel.
*Aquí pueden ver Comandante, el documental completo de Oliver Stone:
[vimeo]https://vimeo.com/93086516[/vimeo]
Otro esfuerzo por acercarse a esta figura fue Moi Fidel Castro (2006), de una serie de entrevistas realizadas por Ignacio Ramonet y dirigidas por Axel Ramonet para la televisión y posteriormente publicadas en DVD. Las entrevistas forman parte del libro de Ramonet Cien horas con Fidel.
El filme Gabo & Fidel (2016), una amistad entrañable, del colombiano Lisandro Duque, toca una arista interesante: la amistad entre Gabriel García Márquez y Fidel Castro. La cinta, que dura una hora y 20 minutos, forma parte de la serie de documentales Un mundo de Gabo (2015), realizada por el cineasta colombiano. Para realizar este trabajo, Duque, quien fue amigo del escritor y Premio Nobel de Literatura, recorrió las ciudades donde vivió Gabo, como Bogotá, Zipaquirá, Aracataca, Cartagena, Barranquilla, La Habana, México, Barcelona y París.
Con la finalidad de tomarlo como un producto maleable para la ficción, Dios o Demonio (2006), producción hispano-mexicana de Alejandro González Padilla, hace una pantomima bastante jocosa. Fidel Castro sufre un atentado estando en un barco gubernamental mexicano. Cuando despierta, anda náufrago por el Golfo de México. Finalmente encalla en costas de Miami con la cara parcialmente quemada —punto a favor: lo hace irreconocible. Crea una nueva identidad y conocerá a los empleados de "El Mojito" (típico restaurante cubano de Miami); entre ellos, está Emilia, una exiliada cuyo su marido fue asesinado durante la Revolución. Básicamente, se trata de peripecias para que este personaje logre encontrarse nuevamente en estos escenarios.
Vamos, hasta Los Simpson tienen sus propias versiones de Fidel Castro:
Debido a la larga gestión de Fidel Castro y a las características controvertidas de sus políticas, se ha generado un intenso debate entre opositores y partidarios sobre su Gobierno. Ha pasado a ser dictador y hasta una expresión de la voluntad del pueblo cubano por sus apólogos.
El pasado 14 de agosto, el secretario de Estado John Kerry visitó La Habana y Castro no pudo quedarse callado ante semejante atrevimiento. Volvió a escribir, ahora sobre uno de sus temas preferidos: el bloqueo-embargo y la indemnización que debe pagar Washington para que sea posible una normalidad diplomática.
Lo cierto es que, sin indemnización y con embargo, el octogenario líder cubano ha vuelto a ver la bandera gringa ondear sobre el cielo de La Habana. Una paradoja ideológica impensable para generaciones de cubanos y para él mismo. Falleció ayer, 25 de noviembre de 2016, a la edad de 90 años, en La Habana, Cuba. Probablemente triste por ver a su país sucumbir a un estatus del mundo al que se resistió, como buen rebelde, hasta el último de sus días.
Descanse en paz, por fin, otro hijo de una furia inacabable: el siglo XX.
"Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz", ha dicho el mandatario de Cuba, Raúl Castro, hermano del occiso. También agregó en su mensaje que en las próximas horas se anunciará cómo se realizarán las exequias del héroe de la revolución cubana, a quien se vio por última vez el pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.
Fidel Castro (1926-2016) fue un militar exitoso, revolucionario apasionado, estadista dedicado y un político de largo aliento cubano. Fue mandatario de su país como primer ministro por 17 años (1959-1976) y presidente por 33 años (1976-2008). Fue comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y mantuvo el poder como primer secretario del Partido Comunista de Cuba desde 1965 hasta 2011, cuando definitivamente dejó su puesto como líder de Cuba y le transfirió todos los poderes de a su hermano Raúl —quien, finalmente, se dispuso a dialogar con Estados Unidos recientemente para establecer nuevas relaciones incluso de tipo mercantil.
Fidel Castro se inició en la vida pública como político opositor. Destacó, sobre todo, durante el asalto al cuartel Moncada en 1953, por el que fue condenado a prisión. Tras ser indultado gracias a la presión de la opinión pública, se exilió en México, donde planeó la invasión guerrillera de 1956, inspirado por los modelos de la institucionalización de la Revolución ejecutada en México, donde el modelo a seguir era Lázaro Cárdenas.
Fidel Castro, galán de cine
El periplo de la juventud le redituó en una nueva “profesión”. Fidel Castro se vistió de rumbero, se emperifolló con una camisa de holanes multicolor, se embutió en un pantalón de satín negro e intentó mover su cintura al ritmo de una película. El lugar de la fiesta no podía ser más elocuente para el futuro: la casa de un embajador de Estados Unidos, en la película Holiday In Mexico, que data de 1946. Álvaro Sanjurjo, investigador y crítico de cine uruguayo, descubrió por casualidad el nombre de Fidel Castro en la ficha técnica del filme Bathing Beauty, dirigida por [Director] George Sidney en 1944, mientras se preparaba para un concurso televisivo de preguntas y respuestas. En la película protagonizada por la célebre estrella del ballet acuático Esther Williams, el joven Castro interpretaba a un veinteañero que se inscribía en un curso. Sobre la estadía de Fidel en California en los años 40, Sanjurjo aclara que es un dato desconocido para todos los biógrafos. Nadie registra una estadía prolongada de Fidel en Hollywood o Los Ángeles en esa época, pero es evidente que allí estuvo pues participó en esas películas, que se rodaron íntegramente en los estudios de la Metro Goldwin Mayer. Como parte de una rigurosa investigación que le llevó varios años, Sanjurjo rastreó fichas técnicas del cine hollywoodense de la década de 1940. De esta guisa, pudo detectar una segunda incursión de Fidel en Hollywood.
*Castro es el segundo bailarín a la izquierda que aparece en el minuto 2:09
Como extra volvió a colaborar en otras ocasiones, según especula en sus registros el Sindicato de Trabajadores Técnicos y Manuales de la Producción Cinematográfica de México, que prevé hacer una película sobre la vida y las incursiones actorales de segunda del joven Castro. Castro aprovechó sus dotes de galán para hacer apariciones en dos musicales: Easy To Wed (1946) y la ya mencionada Bathing Beauty, así como en algunas películas del director mexicano [Director] Juan Orol.
¿Por qué es tan importante para el mundo?
Llegó al poder tras encabezar la Revolución Cubana, que triunfó el 1 de enero de 1959, derrocando a la dictadura de Fulgencio Batista, probablemente el mandatario recordado por todos los cinéfilos dada su importancia en [Pelicula] El Padrino: Parte II. Fue nombrado primer ministro el 27 de febrero del mismo año por el presidente Manuel Urrutia. Lideró en 1961 la adopción del marxismo por el Gobierno Revolucionario, estableciendo el primer Estado socialista de América —el caso de México, fue un proceso democrático donde el estado revolucionario se distinguía por el discurso socialista, mas con una práctica progresista abierta al cambio. Tras la reforma constitucional de 1976, fue elegido presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros. Fue el fundador del Partido Comunista en 1965 y desde entonces, hasta 2011 fue su primer secretario.
El 19 de febrero de 2008, en una carta publicada en el diario Granma (nombre del barco en el que arribó a Cuba para su reconquista), anunció que no se presentaría ni aceptaría el puesto de presidente y comandante en la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del 24 de febrero del mismo año.
En el ámbito internacional, inicialmente trató de establecer buenas relaciones con los Estados Unidos; entabló, luego, estrechos lazos con la Unión Soviética, tras el energúmeno comportamiento de los a su vez paranoicos estadounidenses respecto a comunismo. Después de una serie de expropiaciones a propietarios estadounidenses, los desencuentros con los Estados Unidos desembocaron en el embargo económico contra Cuba. Desde entonces, su relación con la superpotencia ha sido abiertamente antagónica, lo que quedó confirmado tras la fracasada invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
El hombre, el mito
Su legado ha llegado a la pantalla chica de distintas maneras según el enfoque del cineasta o productor al caso. ¡Fidel! (2002)–también conocida como Fidel Castro y como Fidel y el Che: La historia de dos mitos) es una miniserie televisiva histórica basada en la vida de Fidel Castro y la Revolución Cubana, dirigida por David Attwood y protagonizada por Víctor Huggo Martin, Gael García Bernal, Maurice Compte, Patricia Velasquez, Tony Plana y Cecilia Suárez. La miniserie original dura 206 minutos —se dice que la versión en DVD es de unos 140 minutos.
La película comienza en 1949, cuando Fidel Castro era aún estudiante de Derecho y continúa con sus años de juventud, sus primeras actividades antigubernamentales y antiimperialistas, el asalto al cuartel Moncada, el entrenamiento en México, el desembarco del Granma, la guerra de guerrillas en la Sierra Maestra, el triunfo de la Revolución, la Crisis de los Misiles, la muerte del Che Guevara en Bolivia y concluye en 2001.
Eugenia Avendaño hizo un retrato muy intimista de Fidel Castro en su película Comandante (2003). Después de tres días de rodaje, Stone ofreció, a partir de más de 30 horas de entrevistas y conversaciones, un retrato humano y menos caricaturizado del líder Cubano. Esta película fue continuada por Looking for Fidel (2002)—si bien Comandante fue censurada por muchos círculos anti-Fidel.
*Aquí pueden ver Comandante, el documental completo de Oliver Stone:
[vimeo]https://vimeo.com/93086516[/vimeo]
Otro esfuerzo por acercarse a esta figura fue Moi Fidel Castro (2006), de una serie de entrevistas realizadas por Ignacio Ramonet y dirigidas por Axel Ramonet para la televisión y posteriormente publicadas en DVD. Las entrevistas forman parte del libro de Ramonet Cien horas con Fidel.
El filme Gabo & Fidel (2016), una amistad entrañable, del colombiano Lisandro Duque, toca una arista interesante: la amistad entre Gabriel García Márquez y Fidel Castro. La cinta, que dura una hora y 20 minutos, forma parte de la serie de documentales Un mundo de Gabo (2015), realizada por el cineasta colombiano. Para realizar este trabajo, Duque, quien fue amigo del escritor y Premio Nobel de Literatura, recorrió las ciudades donde vivió Gabo, como Bogotá, Zipaquirá, Aracataca, Cartagena, Barranquilla, La Habana, México, Barcelona y París.
Con la finalidad de tomarlo como un producto maleable para la ficción, Dios o Demonio (2006), producción hispano-mexicana de Alejandro González Padilla, hace una pantomima bastante jocosa. Fidel Castro sufre un atentado estando en un barco gubernamental mexicano. Cuando despierta, anda náufrago por el Golfo de México. Finalmente encalla en costas de Miami con la cara parcialmente quemada —punto a favor: lo hace irreconocible. Crea una nueva identidad y conocerá a los empleados de "El Mojito" (típico restaurante cubano de Miami); entre ellos, está Emilia, una exiliada cuyo su marido fue asesinado durante la Revolución. Básicamente, se trata de peripecias para que este personaje logre encontrarse nuevamente en estos escenarios.
Vamos, hasta Los Simpson tienen sus propias versiones de Fidel Castro:
El último respiro… no el más grato
Debido a la larga gestión de Fidel Castro y a las características controvertidas de sus políticas, se ha generado un intenso debate entre opositores y partidarios sobre su Gobierno. Ha pasado a ser dictador y hasta una expresión de la voluntad del pueblo cubano por sus apólogos.
El pasado 14 de agosto, el secretario de Estado John Kerry visitó La Habana y Castro no pudo quedarse callado ante semejante atrevimiento. Volvió a escribir, ahora sobre uno de sus temas preferidos: el bloqueo-embargo y la indemnización que debe pagar Washington para que sea posible una normalidad diplomática.
Lo cierto es que, sin indemnización y con embargo, el octogenario líder cubano ha vuelto a ver la bandera gringa ondear sobre el cielo de La Habana. Una paradoja ideológica impensable para generaciones de cubanos y para él mismo. Falleció ayer, 25 de noviembre de 2016, a la edad de 90 años, en La Habana, Cuba. Probablemente triste por ver a su país sucumbir a un estatus del mundo al que se resistió, como buen rebelde, hasta el último de sus días.
Descanse en paz, por fin, otro hijo de una furia inacabable: el siglo XX.