Los temas más sobresalientes en la industria del entretenimiento en la actualidad, reflejan, hasta cierto punto, parte de la realidad social. Es cierto que el romance será el pan de cada día siempre, la comedia familiar se adapta con el tiempo a los intereses más comunes como las nuevas generaciones, y en ocasiones la nostalgia se vuelve un gran negocio. En el caso de los dramas, resulta fundamental encontrar la manera en la que la historia se extienda sin forzarla.
Sigue leyendo: BMF | Top de críticas, reseñas y calificaciones
Los dramas policiacos y médicos son los que se han posicionado año con año gracias a la infinidad de posibilidades que ofrecen sus nuevas historias que intervienen en el camino de los protagonistas, aunque en ocasiones el desarrollo personal del protagonista quede en segundo plano, ha sido una fórmula que funciona y por eso tenemos series que han sobrepasado las 18 temporadas y siguen produciendo a costa de que sus actores ya se hayan quedado encasillados.
Aunque parezca que todo ya está contado y que todas las historias de romances médicos, crímenes o narcotraficantes siguen la misma línea, llegan ciertas propuestas que buscan explorar caminos conocidos, pero narrándolo con un particular estilo. Quizá el ejemplo más popular de ello sea [Temporada] Breaking Bad (1) y su spin-off [Temporada] Better Call Saul (1), que sin necesidad de extenderse demasiado tiene bien planteado su argumento, así como el impacto o evolución en sus personajes.
Ahora bien, con el tiempo han comenzado a surgir nuevas propuestas con un estilo particular. Siguiendo específicamente en los temas de crimen y narcotráfico se encuentra [Temporada] Power (2), una serie original de Starz Play que ha destacado entre la audiencia afroamericana gracias a que sus protagonistas rompen con ciertos estereotipos sacándolos de la visión de una comunidad marginada.
La serie protagonizada por Omari Hardwick y producida por el rapero 50 Cent destacó a lo largo de 6 temporadas, y en lugar de extenderla de manera innecesaria o cansada para la audiencia, los productores tuvieron un gran acierto al desarrollar la historia de otros de sus personajes fundamentales con fidelidad hacia la idea original. Entre sus spin-offs se encuentran [Temporada] Power Book II: Ghost (1), en donde la trama se desarrolló alrededor de su heredero Tariq; [Temporada] Power Book III: Raising Kanan (1), una precuela sobre el mentor y adversario del protagonista de la original, y Power Book IV: Force, en donde la historia se centra en Tommy Egan.
Continúa con: Los Indestructibles: Se prepara una cuarta entrega con 50 Cent, Megan Fox y Tony Jaa
En esta ocasión, nos adentraremos en la travesía de Tariq St. Patrick, el hijo y heredero del fallecido James St. Patrick, también conocido como Ghost, considerado como uno de los narcotraficantes más brillantes. Al igual que la serie de la que deriva, repite una exitosa fórmula narrativa en la que no se queda únicamente en el crimen, sino que se equilibra con otras ramas que llevan el desarrollo a explorar los rincones del drama familiar, el romance telenovelesco, lo policiaco y el oscuro mundo del narcotráfico.
Power Book II: Ghost inicia a partir de la muerte de James, crimen por el que se le acusa a su esposa Tasha, interpretada por Naturi Naughton. Quedando ahora como el hombre de la familia, con cierta responsabilidad de protegerlos, Tariq, bajo la interpretación de Michael Rainey Jr., tiene que enfrentar la vida de adolescente, el juicio de su madre, y la herencia que le dejó su padre que sólo podrá poseer hasta que se gradúe.
En la vida del protagonista, el fantasma de James – no es casualidad que su apodo sea el nombre de esta nueva serie – se hace presente, y no necesariamente con su rostro, sino con todo lo que significa arrastrar con el legado de un narcotraficante. En este punto cabe destacar que hay un evidente sentimiento de rencor por todo lo que trajo el mundo del narcotráfico a su familia que, aunque no lo quiera así, lo seguirá arrastrando.
Te puede interesar: Las películas más esperadas de Sundance 2022
Todo lo que vive Tariq, y las cosas que se desatan a su alrededor, no son más que el eco de un crimen que carga sobre sus hombros, y que, por cosas del destino, se repite hasta el final de la primera temporada para poner en jaque el futuro del joven St. Patrick. A pesar del odio del protagonista hacia su padre y su legado, él sigue por el mismo camino, el cual recibe con frialdad. Su ferviente afán de proteger a su madre, lo hace llegar al ceno de una familia en donde la matriarca es la líder de la Organización de Drogas de los Tejeda ahora que su esposo cumple una condena.
Quizá lo que más hay que reconocer de esta serie en particular es que se deshace de los clichés o lugares comunes de la imagen del narcotraficante. El protagonista, más allá del pasado de su padre, es un joven dedicado en la universidad destacando en la literatura, y cuando comienza a distribuir dentro del campus, lo hace de la manera más ingeniosa posible: con una app que pretende ser un medio de apoyo para los estudiantes, esto en colaboración con otras mentes brillantes.
Su encuentro con los Tejeda surge a partir de uno de sus compañeros, una promesa para el basquetbol que es apadrinado por su tía Monet. Y el punto más interesante, es que esta familia de narcotraficantes es planteada como una familia adinerada común, en donde su madre se gana su lugar como líder y su hijo mayor, Cane, es su mano derecha. Sus dos hijos menores, un tanto inútiles para la labor, lidian con problemas de un adolescente común: la definición de sí mismos y lo que quieren hacer con sus vidas.
No dejes pasar: Todas las películas de DC, dentro del universo de La Liga de la Justicia de Zack Snyder, que fueron canceladas
Cuando Tariq y Monet se encuentran, surge una particular mancuerna al tener en él lo que no consigue con sus hijos: responsabilidad, lealtad, sin olvidar lo astuto que es. Cada momento, cada nudo de la historia, tiene su lugar y se desarrolla sin perder pies ni cabeza. Aunque ha de reconocerse que en momentos el protagonista luce tan empoderado que podría parecer poco creíble, pero eso ya es cuestión de perspectiva. Entre envidias, anhelos, y la búsqueda de un bien, como la seguridad de su madre, su abuela y su hermana, Tariq comienza a hacerse uno con el legado de su padre heredando no sólo dinero o propiedades, sino ese talento natural para deslizarse entre los caminos del crimen.
La serie es intrigante, con grandes momentos de suspenso y fuertes emociones que comparten el espectador y el protagonista cada vez que se enfrenta a un nuevo problema en donde debe tomar decisiones que lo sacarán de un apuro, pero lo meterán a otro.