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El primer error de algunos cinéfilos con monóculo, es crear expectativas por encima de lo que una casa productora puede dar. En el caso del MCU, los fans, detractores y otros entusiastas opinólogos con papa en la boca y anglicismos a granel (de esos que cacarean a todo pulmón sus ocurrencias durante las funciones de prensa), esto se ha llevado a un exceso. Marvel Studios, desde siempre, apostó más por el entretenimiento que por historias edificantes o intelectualmente retadoras. Atrás quedaban las aventuras que sumaban una reflexión intensa de la tragedia que supone la vida superheroica al efecto pop del cómic traducido a cine que nos mostró [Director] Sam Raimi. Apenas un prolegómeno al modo de narrar de Marvel Studios, que no lo ignoró, pero lo desplazó muchas veces como algo secundario. Hagamos un recuento sucinto.
Sigue leyendo: The Marvels ya tiene calificación de la crítica
Su primer acierto fue respetar el oficio narrativo. [Pelicula] Iron Man - El Hombre de Hierro, [Pelicula] Iron Man 2 y [Pelicula] Thor, fueron comienzos dignos. Historias bien contadas donde los héroes comienzan por no ser dignos, pues la virtud es algo que se fragua y no se posee de antemano. La trilogía del Capitán América ([Pelicula] Capitán América: El primer vengador, [Pelicula] Capitán América: El Soldado del Invierno y [Pelicula] Capitán América: Civil War) es lo más sólido en toda su pátina junto con la trilogía de Guardianes de la Galaxia ([Pelicula] Guardianes de la Galaxia, [Pelicula] Guardianes de la Galaxia Vol. 2 y [Pelicula] Guardianes de la Galaxia Vol. 3). Hay algunas películas épicas e incluso tragicomedias.
Pero, si somos honestos, no está en su estadística tener más éxitos ejemplares que películas perfectamente olvidables. Sin entrar en más detalles, me atrevo a afirmar que tienen por lo menos ocho películas que son una verdadera basura, nueve cumplidoras, cuatro buenas, ocho muy buenas y unas cuatro que son joyas en su género. (Ahí les dejo la puya de imaginar cuáles entran en qué categoría.) ¿Eso está mal? No, es lo que pudieron dar.
Dicho esto: [Pelicula] The Marvels es una película de entretenimiento muy cumplidora. Merece la pena ir a verla porque recupera la delicia bullanguera y satírica de sus películas más célebres. Goza de pudor y brevedad no común en Marvel, por ejemplo, y evade la acumulación de fan service. Se puede perdonar que esté llena de efectos especiales de baja calidad (más visible en la escena poscréditos), cinematografía llana y cursilerías que orillan a algunos actores a salirse de su personaje —lo que delata, también, que el guion ha sido reescrito muchas veces.
Se trata de una comedia sobre tres mujeres de tres generaciones diferentes que aprenden a trabajar como un equipo. Tiene hasta una secuencia musical que provee de una frescura congénita a la naturaleza pop de los superhéroes, creando un entremés a mitad de la trama. [Director] Nia DaCosta juega con el MCU como lo hicieron de modo brillante Sam Raimi, [Director] Taika Waititi y [Director] James Gunn. Por ello, vale la pena atender cómo imbrica plástica, acción y conflictos.
La historia cuenta con unas premisas claras que dan causalidad a todo el periplo: un evento cósmico producido por unos guerrilleros enlaza la vida de Kamala Khan (Ryder Allen), Carlos Danvers ( Brie Larson) y Monica Rambeau (Carlos Portaluppi). Los birlochos pirotécnicos que se revientan los guionistas a lo largo de la trama van íntimamente relacionados a la historia cuando atinan a mezclar vértigo con estrépito, dibujando una fatalidad incontrolable —por ejemplo, los intercambios espaciales entre las tres heroínas.
La película afinca su fuerza en la acción plásticamente vivaz, estructurada al modo de las secuencias mejor coreografiadas de la franquicia. DaCosta emplea los instrumentos de la rufiana en turno para crear daño y peligro a todos los personajes que respaldan al trío de heroínas —Nick Fury ( Samuel L. Jackson) y la familia de Kamala.
La directora presenta anárquica su idea de los combates, al grado de estilizar el clásico caos de las cámaras, ahora con un sentido formal. ¿Cómo? Traduce en acción y no diálogos la problemática central: los superpoderes de Ms. Marvel, Capitana Marvel y Capitana Rambeau, se han enchufado por contacto con una fisura espacio-temporal.
Kamala, Carol y Monica intercambian lugares cada vez que usan sus respectivos poderes basados en la luz. Kamala está en su habitación de Jersey City, de pronto flota con el traje espacial de Monica, mientras Carol atraviesa el armario de la adolescente. Lo cual genera un jocoso y vertiginoso jaleo en toda la película. DaCosta plantea ideas que bien podrían traducirse exitosamente en videojuegos más adelante. Esta alineación se presta para travesuras cinemáticas cómicas y para efectos pugilísticos que estilizan la violencia. Incluso, se acentúan más sus vulnerabilidades que sus habilidades.
Otro punto a favor de este filme es la contrincante de Capitana Marvel. Los motivos de la villana generan empatía. Dar-Benn ( Zawe Ashton) es un caudillo (enemigo natural de los gringos) que lucha por lo que les ha sido arrebatado a los kree. Una acusadora que ha pasado la vida adulta reparando el daño de Carol Danvers y sus buenas intenciones de “libertad” (¿a quién me recuerda?) Es decir, Dar-Benn es una revolucionaria que busca 1.- rescatar a su gente de un apartheid en su planetaGaza Hala, 2.- vengarse de la autora intelectual y material de sus desgracias, y 3.- proveer de salvedad a su planeta. ¿Quién no se identifica con eso?
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Iman Vellani devora la pantalla. Queda claro que para DaCosta, el futuro de Marvel está en los jóvenes, no en los sobrevivientes a la posguerra con Thanos. Kamala tiene el poder de reconstruir, junto con Peter Parker, una fuerza superheroica que nazca con el amor por proteger a los demás como una necesidad que brota de sus entrañas desde pequeños, por contraste de Thor, Capitán América o Iron Man, que eran adultos cuya apoteosis los consagró a la lucha por el bienestar del universo.
Bien ahí, pues estas son películas para nuevas generaciones, no para veinteañeros, treintones y cuarentones que se aferran a la nostalgia, sin percatarse de que ya es momento de ceder el asiento a los que vienen.
Sin embargo, el manejo de la temperatura, la tragedia y la comedia, es un punto flojo y frágil para DaCosta. Apenas intenta tomarse en serio los dolores, frustraciones y conflictos entre los personajes y sus historias de vida, tanto con Dar-Benn como con la culpa de Carol por las decisiones que tomó con su afán de “ser la buena” y “liberar a los kree”. La venganza ni siquiera es importante y pormenoriza la crítica política que implica asumir que las acciones de Carlo Danvers destruyeron la forma de vida de una raza —es decir, cometió genocidio, ostracismo interplanetario y desolación en su gana de proveer de “libertad”.
De esto deriva lo más lamentable: la torpeza para combinar elementos tan poderosos como una caudillo que combate el apartheid y una heroína que se ha descubierto portadora de la aniquilación de un planeta, al mismo tiempo que se disfruta una película llena de brillo, vivacidad y frescura divertida —como el Hombre Araña de Reimi. Sí, no es algo fácil, pero no imposible. Gunn y Waititi lo lograron. Raimi nos dejó la mejor versión del Dr. Strange y una de las frases más trágicas, dolorosas y románticas del MCU después de bromas y chistes memorables: “I love you in every universe”.
Un ejemplo de un caso de una tragicomedia sólida con exceso de chistes standuperos, a mi parecer, es [Pelicula] Thor: Ragnarok. Ahí, por ejemplo, la película sigue un ritmo de púlsar para no restar el peso que ameritan los momentos cumbre donde la vida superheroica supera al corazón del protagonista. Donde la vida y el mundo aplastan la voluntad de quienes no pueden sino intentar, hasta sus últimas consecuencias, que el bien se imponga.
[Pelicula] The Marvels, pese a su alto potencial, cumple bien su cometido de entretenimiento de calidad. Sin embargo, es otra película más de Marvel, como la mayoría (chafas, cumplidoras y buenas), que difícilmente trascenderá en la memoria de los jóvenes.
Lee también: The Marvels enfrenta críticas despiadadas y un inicio de taquilla menor al de Hulk
Sigue leyendo: The Marvels ya tiene calificación de la crítica
Los aciertos de Marvel
Su primer acierto fue respetar el oficio narrativo. [Pelicula] Iron Man - El Hombre de Hierro, [Pelicula] Iron Man 2 y [Pelicula] Thor, fueron comienzos dignos. Historias bien contadas donde los héroes comienzan por no ser dignos, pues la virtud es algo que se fragua y no se posee de antemano. La trilogía del Capitán América ([Pelicula] Capitán América: El primer vengador, [Pelicula] Capitán América: El Soldado del Invierno y [Pelicula] Capitán América: Civil War) es lo más sólido en toda su pátina junto con la trilogía de Guardianes de la Galaxia ([Pelicula] Guardianes de la Galaxia, [Pelicula] Guardianes de la Galaxia Vol. 2 y [Pelicula] Guardianes de la Galaxia Vol. 3). Hay algunas películas épicas e incluso tragicomedias.
Pero, si somos honestos, no está en su estadística tener más éxitos ejemplares que películas perfectamente olvidables. Sin entrar en más detalles, me atrevo a afirmar que tienen por lo menos ocho películas que son una verdadera basura, nueve cumplidoras, cuatro buenas, ocho muy buenas y unas cuatro que son joyas en su género. (Ahí les dejo la puya de imaginar cuáles entran en qué categoría.) ¿Eso está mal? No, es lo que pudieron dar.
Dicho esto: [Pelicula] The Marvels es una película de entretenimiento muy cumplidora. Merece la pena ir a verla porque recupera la delicia bullanguera y satírica de sus películas más célebres. Goza de pudor y brevedad no común en Marvel, por ejemplo, y evade la acumulación de fan service. Se puede perdonar que esté llena de efectos especiales de baja calidad (más visible en la escena poscréditos), cinematografía llana y cursilerías que orillan a algunos actores a salirse de su personaje —lo que delata, también, que el guion ha sido reescrito muchas veces.
¿De qué trata The Marvels?
Se trata de una comedia sobre tres mujeres de tres generaciones diferentes que aprenden a trabajar como un equipo. Tiene hasta una secuencia musical que provee de una frescura congénita a la naturaleza pop de los superhéroes, creando un entremés a mitad de la trama. [Director] Nia DaCosta juega con el MCU como lo hicieron de modo brillante Sam Raimi, [Director] Taika Waititi y [Director] James Gunn. Por ello, vale la pena atender cómo imbrica plástica, acción y conflictos.
La historia cuenta con unas premisas claras que dan causalidad a todo el periplo: un evento cósmico producido por unos guerrilleros enlaza la vida de Kamala Khan (Ryder Allen), Carlos Danvers ( Brie Larson) y Monica Rambeau (Carlos Portaluppi). Los birlochos pirotécnicos que se revientan los guionistas a lo largo de la trama van íntimamente relacionados a la historia cuando atinan a mezclar vértigo con estrépito, dibujando una fatalidad incontrolable —por ejemplo, los intercambios espaciales entre las tres heroínas.
La película afinca su fuerza en la acción plásticamente vivaz, estructurada al modo de las secuencias mejor coreografiadas de la franquicia. DaCosta emplea los instrumentos de la rufiana en turno para crear daño y peligro a todos los personajes que respaldan al trío de heroínas —Nick Fury ( Samuel L. Jackson) y la familia de Kamala.
La directora presenta anárquica su idea de los combates, al grado de estilizar el clásico caos de las cámaras, ahora con un sentido formal. ¿Cómo? Traduce en acción y no diálogos la problemática central: los superpoderes de Ms. Marvel, Capitana Marvel y Capitana Rambeau, se han enchufado por contacto con una fisura espacio-temporal.
Kamala, Carol y Monica intercambian lugares cada vez que usan sus respectivos poderes basados en la luz. Kamala está en su habitación de Jersey City, de pronto flota con el traje espacial de Monica, mientras Carol atraviesa el armario de la adolescente. Lo cual genera un jocoso y vertiginoso jaleo en toda la película. DaCosta plantea ideas que bien podrían traducirse exitosamente en videojuegos más adelante. Esta alineación se presta para travesuras cinemáticas cómicas y para efectos pugilísticos que estilizan la violencia. Incluso, se acentúan más sus vulnerabilidades que sus habilidades.
Otro punto a favor de este filme es la contrincante de Capitana Marvel. Los motivos de la villana generan empatía. Dar-Benn ( Zawe Ashton) es un caudillo (enemigo natural de los gringos) que lucha por lo que les ha sido arrebatado a los kree. Una acusadora que ha pasado la vida adulta reparando el daño de Carol Danvers y sus buenas intenciones de “libertad” (¿a quién me recuerda?) Es decir, Dar-Benn es una revolucionaria que busca 1.- rescatar a su gente de un apartheid en su planeta
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Iman Vellani devora la pantalla. Queda claro que para DaCosta, el futuro de Marvel está en los jóvenes, no en los sobrevivientes a la posguerra con Thanos. Kamala tiene el poder de reconstruir, junto con Peter Parker, una fuerza superheroica que nazca con el amor por proteger a los demás como una necesidad que brota de sus entrañas desde pequeños, por contraste de Thor, Capitán América o Iron Man, que eran adultos cuya apoteosis los consagró a la lucha por el bienestar del universo.
Bien ahí, pues estas son películas para nuevas generaciones, no para veinteañeros, treintones y cuarentones que se aferran a la nostalgia, sin percatarse de que ya es momento de ceder el asiento a los que vienen.
Sin embargo, el manejo de la temperatura, la tragedia y la comedia, es un punto flojo y frágil para DaCosta. Apenas intenta tomarse en serio los dolores, frustraciones y conflictos entre los personajes y sus historias de vida, tanto con Dar-Benn como con la culpa de Carol por las decisiones que tomó con su afán de “ser la buena” y “liberar a los kree”. La venganza ni siquiera es importante y pormenoriza la crítica política que implica asumir que las acciones de Carlo Danvers destruyeron la forma de vida de una raza —es decir, cometió genocidio, ostracismo interplanetario y desolación en su gana de proveer de “libertad”.
De esto deriva lo más lamentable: la torpeza para combinar elementos tan poderosos como una caudillo que combate el apartheid y una heroína que se ha descubierto portadora de la aniquilación de un planeta, al mismo tiempo que se disfruta una película llena de brillo, vivacidad y frescura divertida —como el Hombre Araña de Reimi. Sí, no es algo fácil, pero no imposible. Gunn y Waititi lo lograron. Raimi nos dejó la mejor versión del Dr. Strange y una de las frases más trágicas, dolorosas y románticas del MCU después de bromas y chistes memorables: “I love you in every universe”.
Un ejemplo de un caso de una tragicomedia sólida con exceso de chistes standuperos, a mi parecer, es [Pelicula] Thor: Ragnarok. Ahí, por ejemplo, la película sigue un ritmo de púlsar para no restar el peso que ameritan los momentos cumbre donde la vida superheroica supera al corazón del protagonista. Donde la vida y el mundo aplastan la voluntad de quienes no pueden sino intentar, hasta sus últimas consecuencias, que el bien se imponga.
[Pelicula] The Marvels, pese a su alto potencial, cumple bien su cometido de entretenimiento de calidad. Sin embargo, es otra película más de Marvel, como la mayoría (chafas, cumplidoras y buenas), que difícilmente trascenderá en la memoria de los jóvenes.
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