Para la Videoteca Tomatazos de hoy decidí probar algo diferente. Si bien pareciera que me estaba clavando en el cine estadounidense de los años 70 y 80; para hoy, si bien mantengo la tendencia en los años 80, sí cambio la latitud de la videoteca hacia oriente, para ser precisos hacia Japón. Pero ojo, la película es japonesa pero ha influenciado no solo a los realizadores de su país, sino también a los de occidente, y sobre todo a los estadounidenses.

Dirigida por [Director] Katsuhiro Ôtomo, estrenada hace 30 años, en 1988 me toca platicarles de [Pelicula] Akira, una de las películas de animación japonesa –ánime– más relevantes en la historia. La película trascendió su tiempo y se ha convertido definitivamente en una de las obras de culto más importantes. En el género de ciencia ficción es también una de las más célebres; pero es sin duda en el ánime donde se ha ganado un lugar en la historia.

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Akira comienza presentándonos un mundo en un futuro distópico que ha sobrevivido a los males de una Tercera Guerra Mundial. Sí, nos encontramos en la ciudad de Neo-Tokio en el año de 2019; han pasado ya 31 años de un mundo que ha tenido que reconstruirse entre tumbos. Bajo un estado eminentemente policial, los más desfavorecidos viven a ras de piso mientras los majestuosos edificios de la nueva capital japonesa se yerguen como gigantes aplastantes que evitan inclusive ver el cielo. La tecnología está al servicio del poder, no de la sociedad.



En las sombras, abriéndose paso a pesar de tenerlo todo en contra, encontramos a un grupo de motociclistas jóvenes liderados por el pandillero Shōtarō Kaneda; y bajo él, sus amigos y compañeros, entre los que destaca Tetsuo Shima, el más joven de ellos. Con ellos, uno de los muchos grupos rivales entra en conflicto, tras lo cual ambos chocan en un enfrentamiento. Tetsuo se topa violentamente contra un niño del que también observamos escenas en el inicio de la película; el pequeño huye, de la mano de un adulto, hasta que choca con Tetsuo. El joven amigo de la pandilla de Kaneda cae abatido, pero por él llega nada y más y nada menos que el ejército; por él y por el niño. Sí, algo sucede y lo iremos descubriendo.

La primera vez que vi Akira no les voy a mentir, me generó dos cosas muy específicas. La primera que recuerdo y mucho, fue la tremenda serie de ideas, pero a la par de confusiones que se me hicieron presentes en cuanto terminé de observarla. La película maneja tantos temas que en una primera vista puede en efecto resultar un tanto confusa; sobre todo, y sin quererles estropear nada, hacia el final donde las cosas se van haciendo más complejas. La segunda era la tremenda forma en la que la película se nos presentaba. Ya había visto distintos ánimes –sobre todo en la televisión– cuando le eché un ojo por vez primera en mi adolescencia a Akira; sin embargo cuando la vi, no había visto algo como eso. Y no, no se trata de la violencia presente, que sí es mucha, sino de la profundidad y ambiciones tanto de la historia como de la ejecución de ésta.

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Inevitable me fue pensar en el mundo igual distópico propuesto por [Director] George Miller en [Pelicula] Mad Max, y desde luego y de manera muy evidente, en el universo de Batman: La serie animada. De hecho, ahora que menciono a Batman: La serie animada, lo hago en parte también por Todd McFarlane, quien dirigió uno de mis videos musicales favoritos, mismo que resulta una evidente inspiración de la misma Akira: "Do The Evolution" de Pearl Jam. Sí, también pensé en la [Pelicula] Matrix de las hermanas Wachowski y hasta en [Pelicula] El Origen de [Director] Christopher Nolan.



Ahora que recién volví a ver Akira –en una versión restaurada, por cierto–, me percaté de la enorme manufactura con la que fue hecha; y para muestra un botón. En la escena en la que los motociclistas liderados por Kaneda se mueven hacia el corazón de Neo-Tokio, observamos la majestuosidad de la capital, la monstruosidad de los edificios, el color, la vida; pero a la vez los contrastes, la rudeza. En el momento del enfrentamiento las escenas de acción lucen tremendas. Los movimientos de las motos, sobre todo la ya clásica de Kaneda con ese halo de luz verde que le acompaña, resultan alucinantes. Todas las secuencias de acción están tremendamente bien logradas, inclusive esa última secuencia que… sí, produce varios escalofríos.

Akira, como las grandes películas, permite la discusión sobre distintos temas. Nos presenta cómo la tecnología finalmente no lo es todo, que la religión ciega, que los lazos como la amistad son importantes, y finalmente que el poder no es posible controlarlo. Sí, la versión ánime de Akira contrasta con la versión manga simple y sencillamente porque la de ánime se realizó antes de finalizar la de manga; pero créanme, no desmerece en nada por esa virtud de presentarnos la historia clásica en formato audiovisual.

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Ah, antes de terminar este largo texto sobre una de las mejores películas que podrán ver, a pesar de la siempre interesante propuesta en carteleras comerciales (sarcasmo), déjenme mencionar la música del colectivo japonés Geinō Yamashirogumi. Compuesta por Tsutomu Ōhashi, quien también dirigió al colectivo mencionado, la música de Akira es una combinación deliciosa entre la música tradicional de aquel país, con instrumentos más modernos y desde luego sintetizadores. Si me preguntan, mi tema favorito es “Battle Against Clown”, pero en realidad toda la banda sonora es tremenda.

¿Qué pues? ¿Ya vieron [Pelicula] Akira? ¿No la han visto y les dio curiosidad? No dejen de comentar conmigo a través de las distintas redes de Tomatazos.com. ¡Hasta la próxima semana con más, Videoteca Tomatazos!



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