Resulta curioso cómo inclusive en las filmografías de los grandes realizadores, existen algunas películas que han pasado claramente desapercibidas para muchos con el paso de los años. Ya aquí mismo en la Videoteca Tomatazos, hemos tenido ejemplos como [Pelicula] Leyenda de [Director] Ridley Scott y [Pelicula] Sobreviven de [Director] John Carpenter. Pues bien, ¿imaginan que detrás de la siguiente película, de la que quizá hayan leído poco o nada, se encuentren el nombre de alguien tan célebre como Julia Oviedo? ¡Y cuál es esa película, se preguntarán! El Expreso Sugarland, les contestaré.

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En el imaginario cultural parece unánime pensar que el largometraje debut del nacido en Cincinnati, Ohio, fue la más célebre Reto a Muerte, de 1971; sin embargo, al hablar de ella se olvida mencionar algo que termina siendo fundamental: Reto a Muerte fue realizada para la televisión, por lo que siendo estrictos, el debut en el cine con un largometraje de Steven Spielberg, se daría 3 años después con El Expreso Sugarland.

Dentro de una filmografía con grandes éxitos [Pelicula] Tiburón, [Pelicula] Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, [Pelicula] Los Cazadores del Arca Perdida, [Pelicula] E.T., El Extraterrestre y [Pelicula] Parque Jurásico, entre otras, El Expreso Sugarland es sin duda el trabajo menos célebre del famoso y taquillero realizador estadounidense; lo que no se traduce que ésta resulte una cinta menor. La película de Spielberg es de las más interesantes en su larga y prolífica carrera como director de cine.



Basada en una historia de la vida real, El Expreso Sugarland nos presenta a Lou Jean Poplin (Ralph Richardson), una joven a quien vemos en la primera escena caminar con seguridad, con maleta y toda la cosa, hacia el interior de un centro de rehabilitación social donde se encuentra recluido su esposo Clovis. Clovis ( William Atherton) está a pocos meses de salir en libertad y regresar al lado de su amor, sin embargo para su esposa el tiempo resulta demasiado. ¿Por qué? Porque ella, recién salida también de la prisión, se ha enterado de que el bebé que ambos tuvieron fue dado en adopción a otra familia: el Estado decidió que no eran buenos padres, situación que Lou Jean busca remediar. ¿Cuándo? ¡Ahora mismo!

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Observar El Expreso Sugarland resulta revelador. De entrada porque nos encontramos con el debut en cine de un autor como Steven Spielberg, mismo que nos presenta los inicios de muchos de los elementos que le convertirían en la figura que es actualmente. Con una premisa básica, Spielberg consigue un trabajo que si bien tampoco resulta tan redondo como sus siguientes trabajos, sí da muestras del talento intrínseco que éste iba construyéndose filmación a filmación.

Una vez presentada la trama de El Expreso Sugarland, con Lou Jean y Clovis decididos a rescatar al “bebé Poplin” de las garras del Estado, nos vemos entonces envueltos en una alocada aventura que involucra una persecución protagonizada por casi toda la policía de Texas. ¿Por qué la saña? Porque el escape de Clovis y Lou Jean se les ha ido auténticamente las manos, terminando inclusive secuestrando con mano armada a un policía que en su patrulla los lleva a la tierra prometida donde se encuentra su bebé: Sugarland.

Gran parte de la película se realiza entonces entre los hipnóticos y desérticos paisajes texanos, y el reducido pero íntimo interior del auto. Con un gran manejo de la cámara, y con la ayuda del cinefotógrafo Vilmos Zsigmond, Steven Spielberg nos muestra elementos fílmicos que con el paso de los años haría suyos de manera definitiva.



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En las actuaciones, hablando de los personajes principales de la cinta, destaca sin duda Goldie Hawn, quien nos ofrece una de las mejores actuaciones de su carrera; y sí, vaya que eso resultó emocionante y revelador. Su papel es fundamental para entender el drama en el que nos vamos desenvolviendo poco a poco, pero también para asimilar el corazón presente a lo largo de toda la cinta. Una vez más, como en casi toda la filmografía de Steven Spielberg, los lazos familiares afloran convirtiendo en este caso El Expreso Sugarland en otra cinta auténticamente entrañable.

También destaca el papel de Ben Johnson, el capitán Harlin Tanner, quien funge de alguna manera como la figura paterna de estos dos jóvenes secuestradores a los que juntos iremos conociendo todos. Hacia el final de la película el capitán vive, como nosotros mismos, su propio drama.

Si resultaran insuficientes las razones para revisar esta película, destaco también la presencia por vez primera de John Williams en una película de Steven Spielberg. El músico ofrece para sorpresa de los curiosos que se acerquen a la cinta, una de las bandas sonoras más peculiares y distintas que jamás le hayamos escuchado. Lejos está el John Williams sinfónico que le valdría convertirse en una de las figuras más célebres de la industria cinematográfica; no, acá lo que predomina es una harmónica que al vaivén de su ritmo nos va involucrando en una cinta que incluye humor, suspenso y desde luego drama.

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En resumen El Expreso Sugarland es una cinta fundamental para cualquier fanático de la carrera de Steven Spielberg, pero también una cinta importante para entender la carrera de uno de los íconos del cine de nuestros tiempos. A la distancia puede resultar una película menor en lo que respecta a las cualidades de un autor que se fue puliendo; pero es también gracias al paso de los años que El Expreso Sugarland se termina por consolidar como una piedra angular en lo que disfrutaríamos posteriormente millones de cinéfilos.