Las mejores películas mexicanas de terror de todos los tiempos
El cine mexicano nos ha entregado algunas joyas de terror que han permanecido vivas hasta nuestros días. Aquí también presentamos a los nuevos directores que continúan con esta tradición
Cuando hablamos de películas de terror mexicanas, es inevitable no pensar en Guillermo del Toro, quien en 1993 estrenó Cronos (89%), una de las películas más decisivas para la historia del cine mexicano, sin embargo, la tradición del terror en la pantalla grande va más atrás en la historia del cine. Por ejemplo, tenemos las películas protagonizadas por El Santo, el enmascarado de plata que luchó contra momias, hombres lobo y vampiros; así como las historias que estrenaron durante la época dorada de nuestro cine como El Esqueleto de la Señora Morales, o las películas de Fernando Méndez y Carlos Enrique Taboada.
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En la actualidad, pocos son los directores que continúan con esta tradición, por ejemplo, Issa López presentó un cuento fantástico de terror en Vuelven (100%), una metáfora de la guerra contra el narcotráfico. Así, el cine de horror mexicano siempre ha logrado exprimir los tropos del género en leyendas que reflejan la cultura y las luchas de su gente en determinados momentos. Es por eso que las películas hechas en México por directores mexicanos son las más brillantes del género.
En la siguiente lista encontraremos las que han sido consideradas por la publicación New York/Vulture, las mejores películas de terror mexicanas.
Siguiendo los pasos del Drácula de Bela Lugosi, el director Fernando Méndez y el escritor Ramón Obón transportaron la clásica figura chupasangre a la zona rural de México, en específico a la hacienda ficticia de Sicomoros, de esta forma, dando al país su primera película de vampiros. Encarnando la parte tenebrosa, el actor español Germán Robles irradia una elegancia desconcertante como el Sr. Duval, un vampiro real de Hungría que busca comida fresca. Tras un horrible descubrimiento, Marta (Ariadna Welter), una joven que visita la ciudad, sospecha que su tía Eloisa (Carmen Montejo), quién no ha envejecido ni un día, puede estar conspirando con el Sr. Duval para convertirse en una criatura como él. El uso de la cinematografía etérea y los efectos prácticos para los murciélagos voladores, que pueden parecer deficientes para nuestros ojos, infundieron miedo en el público de la época.
Ladrón de Cadáveres
Uno de los mayores talentos de Fernando Méndez, pionero del terror mexicano, fue la adaptación de monstruos emblemáticos y tramas de terror popularizados en el cine estadounidense trayéndolos a un contexto mexicano. Esta historia centrada en un científico trastornado que asesinó a atletas y reemplazó sus cerebros con los de animales para demostrar que podía desafiar la muerte. En el contexto de uno de la lucha libre, la historia de Frankenstein sigue al detective Carlos Robles (Crox Alvarado) mientras une fuerzas con el luchador Guillermo Santana (Wolf Ruvinskis). La locura se produce cuando el malvado profesor captura a Santana e inserta un cerebro de gorila en su cabeza, lo que da como resultado una suerte de King Kong. Además de la brillantez general de la mezcla de terror, Méndez filmó notablemente una escena de multitud arriesgada dentro de la Arena México.
La primera película mexicana en ser nominada al Óscar a Mejor Película en Lengua Extranjera. Está cargada de la mística tradición de Día de Muertos. Basada en la novela homónima del autor alemán B. Traven , la maravilla del director Roberto Gavaldón sigue a Macario, un hombre indígena interpretado por el legendario Ignacio López Tarso, quien se encuentra con el Diablo, con quien se niega a compartir una comida. Sin embargo, cuando la Muerte (Enrique Lucero) aparece en el cuerpo de otro campesino empobrecido, Macario muestra su solidaridad. Su recompensa es una poción para curar a los enfermos, pero su mal uso lo hace ganar un viaje al infierno. Entre el trabajo más impresionante del cinematógrafo Gabriel Figueroa, una secuencia dentro de la gruta donde las almas están representadas por velas encendidas, esta película resulta inolvidable.
La Maldición de la Llorona
Conocida en América Latina con diferentes encarnaciones, la mítica Llorona, una mujer de la que se cuenta, asesinó a sus hijos y cuya imagen fantasmal deambula por las calles llorando por ellos, es la figura que motiva esta historia de Rafael Baledón. Aquí, Amelia (Rosita Arenas) descubre que su tía Selma (Rita Macedo) practica brujería con la intención de resucitar a La Llorona, ahora un cadáver momificado. Las entidades desfiguradas maldecidas por los poderes de otro mundo, pueblan la pequeña aldea que ha sido atormentada por esta fuerza. La efectividad de la película se basa en la actuación y el maquillaje grotesco de Macedo.
Hasta el Viento Tiene Miedo (%)
Sin minimizar los logros internacionales de Guillermo del Toro, es importante tener en cuenta que el maestro del terror mexicano fue Carlos Enrique Taboada, cuya obra reflejó los temores de varias generaciones a través de narrativas que mezclaban lo cotidiano con lo siniestro. Su primer éxito gira en torno a un grupo de mujeres jóvenes en un internado exclusivo para mujeres que han sido castigadas por la directora Bernarda (Marga López) y obligadas a pasar su descanso dentro de las instalaciones. Pero cuando Claudia (Alicia Bonet), una de las estudiantes, revela que el espíritu de alguien que se suicidó la persigue, voces y visiones extrañas ponen a prueba la cordura de todos. Lo que escuchamos en esta creciente tensión es, nada más y nada menos que el viento.
Taboada continuó con sus historias de terror en otro escenario espeluznante. Contratada como tutora privada por una familia acomodada, Julia (Marga López) conoce a Silvia (Lucy Buj), una niña introvertida que dice tener un amigo llamado Hugo, a quien todos creen que es la estatua de un niño que lee un libro, la cual se encuentra ubicada en el patio de la casa. Aunque la escultura nunca se mueve, su influencia se siente cuando las personas en la periferia se enferman y experimentan una tragedia por cuestionar los poderes maliciosos de Hugo. Ejecutada con sutileza, este trabajo intrigante tiene éxito, en parte, debido a la interpretación de Buj como una niña manipulada por una fuerza maligna.
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Satánico Pandemonium: La Sexorcista
En una liga blasfema, la visión de Gilberto Martínez Solares fue tan controvertida por su uso retorcido de las imágenes católicas que el gobierno mexicano la censuro. Rebosante de sangre y desnudos, la fiesta sin complejos de placeres prohibidos está protagonizada por la hermana María (Cecilia Pezet), una monja tocada por el propio Lucifer (Enrique Rocha), quien le infunde un deseo carnal voraz tan intenso que la empuja a llevar a cabo un brutal asesinato y todo tipo de actos despreciables para saciar su lívido. Diseñada para provocar, la sorpresa de esta película es que presenta una cinematografía de primer nivel para capturar toda su perversión. El comportamiento angelical de Pezet contrasta bruscamente con las escenas sangrientas que libera en un convento poseído.
Con esta gema atemporal, Taboada entregó una vez más, una pesadilla misteriosa en un lugar mundano. Al enterarse de que su tía falleció y que ella es la única heredera de su antigua casa, Ofelia (Claudia Islas) se muda. La advertencia principal, sin embargo, es que debe cuidar al gato negro de nombre Becker, de su fallecida tía. Al principio, la solicitud parece mínima en comparación con la recompensa, pero cuando el felino aparece muerto de repente, los personajes son víctimas de un espectro desde el más allá.
Alucarda, La Hija de las Tinieblas (100%)
El cineasta Juan López Moctezuma hizo una carrera trabajo en películas perversas. Su trabajo de locura más aclamado se relaciona con la posesión demoníaca de una adolescente llamada Alucarda (Tina Romero), que participa en rituales sacrílegos y de erotismo que incluyen años de sangre con su mejor amiga Justine (Susana Kamini), todo dentro de una devota congregación religiosa. La descripción cruda de Romero de una mente devastada por una energía diabólica golpea con una fuerza espeluznante. Su imagen recuerda a Linda Blair en El Exorcista (87%), ambas son niñas inocentes atrapadas en una batalla por sus almas. López Moctezuma crea múltiples momentos que seguramente permanecerán arraigados en la psique de la audiencia, incluida la escena en la que una mujer es apuñalada dentro de una iglesia mientras un sacerdote lee una orgía pecaminosa que termina en una carnicería.
La tía Alejandra
Famoso por sus dramas astutamente escritos, Arturo Ripstein, uno de los cineastas más representativos de México, incursionó en la narración paranormal con una terrible historia basada en un hecho real. Inesperadamente, la tía Alejandra (Isabela Corona) se muda con su sobrina Lucía (Diana Bracho), quien está casada y tiene hijos. Inicialmente, la tía Alejandra intenta moldear la casa a su gusto a través de comentarios pasivo-agresivos, pero pronto su afición por las artes oscuras impregna todos los aspectos de la vida de los niños. Sedienta de venganza después de un accidente causado por un hogar desordenado, la tía Alejandra dirige su ira hacia la suya. Ripstein lidia con el abuso psicológico y de clase, utilizando elementos sobrenaturales para reforzar sus temas.
A diferencia del tipo de cine que se hace en la actualidad en nuestro país, la última película de Taboada fue sin duda su más venerada. Contada desde el punto de vista de dos niñas, esta antítesis de los cuentos de hadas utiliza la inocencia como combustible para lo macabro. Verónica (Ana Patricia Rojo) ha crecido escuchando a su niñera contar historias sobre brujas, en las cuales las hechiceras no son las antagonistas, sino modelos a seguir dignos de emular. Guiada por esta cosmovisión, la extraña heroína recluta a una llamada Flavia (Elsa María Gutiérrez) como su discípula. Juntas se embarcarán en una serie de aventuras, por ejemplo, inventando venenos para matar hadas, lo que lleva a consecuencias atroces. Deliberadamente, Taboada no muestra ninguna de las caras de los adultos, enfatizando las perspectivas de las pequeñas dos protagonistas.
Guillermo del Toro debutó con una reinterpretación completamente idiosincrásica del vampirismo. Además de ser su única película hasta la fecha en ser ambientada en México, también dio origen a dos de sus colaboraciones más duraderas: con el actor argentino Federico Luppi y el actor estadounidense Ron Perlman. Producida de manera impecable, la primera película asombrosa de Del Toro nos lleva a un viaje con el vendedor de antigüedades Jesús Gris (Luppi) mientras tropieza con un dispositivo dorado en forma de escarabajo. Mientras examina el hallazgo desconcertante, Jesús es picado por el insecto de metal, a raíz de lo cual éste rejuvenece físicamente, además de que le da una insaciable sed de sangre. Intoxicado por los efectos, el individuo tranquilo y religioso se convierte en una criatura impulsada por el instinto antes de que la verdad sobre el objeto resurja. Sin duda Cronos anunció un futuro prometedor para el genio nacido en Guadalajara.
Estéticamente, el extraordinario debut cinematográfico de Jorge Michel Grau se asemeja al estilo visual de las películas socio-realistas, una característica que mejora su capacidad para generar temor auténtico. Usando las arenosas calles de la Ciudad de México como lienzo, este retrato de un clan típico opera en dos niveles: una mirada espeluznante al canibalismo ritualista y un escenario de mayoría de edad en circunstancias poco ortodoxas. Aturdido por la muerte de su padre, el único sostén de la familia, Alfredo (Francisco Barreiro) y sus hermanos Sabina (Paulina Gaitan) y Julián (Alan Chávez) deben descubrir cómo satisfacer sus necesidades excéntricas. Para continuar con el legado que consume carne humana de su padre, los hermanos salen a buscar niños sin hogar y prostitutas para asesinar y comer, conscientes de que elegir la presa equivocada podría tener repercusiones irreparables.
El provocador ganador de Cannes, Amat Escalante, ha ganado prominencia internacional por sus inquebrantables representaciones artísticas del pasado bárbaro de México, por lo que su película más reciente involucra a una criatura extraterrestre cuyos tentáculos son la puerta de entrada al éxtasis físico desconocido, no fue nada sorprendente. La sorprendente película de terror de ciencia ficción se desarrolla en un pequeño pueblo donde una pareja alberga a un ser parecido a Cthulhu que anhela el sexo entre especies con humanos. Verónica (Simone Bucio), una joven local, es llevada al redil, y pronto asume el papel de proveedora asociada para el visitante hasta que el coito intergaláctico se vuelva peligroso. Hermosa en su uso de exquisitos efectos visuales y cinematografía sugerente, esto es atrevido incluso para los estándares del cineasta.
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Una de las más nuevas obras maestras del cine del género en México, la fábula oscura de Issa López, impresionante y emocionalmente resonante, aborda con atención los devastadores efectos secundarios de la guerra contra las drogas en su tierra natal a través de los ojos de unos niños huérfanos. Abandonada en una ciudad desolada y sin nombre, Estrella (Paola Lara), de 10 años, busca compañía y seguridad con Shine (Juan Ramón López), un niño listo que vive en la calle y es el líder de un grupo de niños. Huyendo del nefasto cártel, que está coludido con el gobierno local, así como de los fantasmas de aquellos que han sido secuestrados y asesinados, la pandilla de niños encuentra el coraje en este cuento de hadas. Es un tesoro gloriosamente concebido, aterrador y conmovedor en perfecta medida.
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