Cannes 2023: Tarantino recuerda cómo sus cintas fueron etiquetadas como violentas, pero no las de Lars von Trier
El director recuerda el gran impacto que tuvieron sus primeros trabajos en el famoso festival de cine
Quentin Tarantino es uno de los directores más respetados y populares de la historia, pero hubo un tiempo en el que los críticos no sabían muy bien cómo definir su trabajo o su lugar dentro de la industria. Cintas más recientes como Bastardos Sin Gloria (88%) o Había una vez en... Hollywood (94%) ya son esperadas por los expertos y es fácil predecir su éxito en la taquilla, pero esto no siempre fue así para el creador que se volvió famoso por revolucionar Cannes con uno de sus primeros trabajos. Al director le parece increíblemente revelador el que el festival etiquetara sus películas como extremadamente violentas, pero no aplicara el mismo tipo de consideración con la obra de alguien como Lars von Trier.
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El director de Django Sin Cadenas (87%) siempre supo que dedicaría su vida al cine, y es que creció disfrutando de sus visitas a salas comerciales y hasta llegó a tomar el autobús persiguiendo el estreno o el reestreno de alguna cinta que llamara su atención. Cuando creció también trabajó en espacios de renta de películas mientras pensaba cómo contaría su primera historia en la gran pantalla. Para cuando Tarantino piso Cannes, él ya conocía bien el festival y todo lo que podía significar para su carrera, pero el evento mismo no estaba tan listo para él.
El director se presentó con Perros De Reserva (90%), cinta que no entró en competencia, pero tuvo una función especial que cambió para siempre ciertos aspectos de Cannes. Como la propuesta era increíblemente violenta, se puso una advertencia especial en los boletos de las personas en forma de una estampa naranja que servía como aviso. El festival sabe bien que muchas de sus obras están destinadas a generar discusiones y debates, pero por alguna razón temían particularmente a la visión de este creador.
Tal como se esperaba, la película protagonizada por Michael Madsen, Tim Roth, Steve Buscemi, Harvey Keitel y el propio Tarantino, provocó reacciones extremas entre el público y la crítica que no sabían cómo responder a este tipo de violencia salvaje en un formato que la explotara y elevara en vez de usarla para una crítica muy puntual. Algunos expertos la vieron como una forma de abordar la violencia en los medios, pero otros consideraron que simplemente estaba mal poner a una persona siendo torturada al ritmo de una buena canción.
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El debate se hizo más grande cuando Tarantino volvió a pisar el festival, ahora para estrenar Tiempos Violentos (94%), que nuevamente provocó muchas opiniones contradictorias entre los asistentes y los expertos en el tema. El tiempo calmó las aguas, pues el director se volvió cada vez más popular y, por lo tanto, comercial, así que para cuando otra explosión violenta llegó con Kill Bill: La Venganza, Volumen 1 (85%) y Kill Bill: La Venganza, Volúmen 2 (84%), el mundo ya estaba acostumbrado a su estilo, mismo que hasta llegó a ser imitado por muchos otros creadores.
En una entrevista con Deadline, Quentin Tarantino recordó esos primeros pasos en Cannes y cómo las etiquetas sobre la violencia cambiaron cuando directores europeos comenzaron a ser igual de explícitos:
[En el festival] inventaron algo para nuestra proyección que nunca antes habían hecho, pusieron una calcomanía naranja en el boleto que decía: "Esta película puede ser demasiado violenta para que la veas." Y nunca habían hecho eso antes y terminaron poniendo la misma calcomanía en Pulp Fiction cuando se presentó aquí en 1994. Y luego, en algún momento con Lars von Trier, dejaron de poner la calcomanía.
Lo cierto es que Cannes, al igual que otros festivales de prestigio, se ha convertido en prueba de fuego para muchos creadores que lo que buscan es justamente provocar a las audiencias, y el resultado es que el público se va acostumbrando y elevando sus propias expectativas. Ciertamente ya no existían las calcomanías para cuando Lars von Trier, quien participó en el festival con sus primeras obras, estrenó Bailando en la Oscuridad (68%), Dogville (70%) o Melancolía (79%), pero eso no lo libró de otras controversias, como cuando se identificó a sí mismo como un Nazi y se le prohibió el regreso al evento por varios años hasta que finalmente volvió con La Casa de Jack (56%).
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