Rhaenyra y Aegon son personajes centrales en la serie La Casa del Dragón - 82%. Ambos compiten por el Trono de Hierro, desencadenando la famosa guerra civil conocida como la Danza de los Dragones.
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Rhaenyra, interpretada por Emma D'Arcy, es la hija del difunto rey Viserys I y su legítima heredera según su testamento. Por otro lado, Aegon II, interpretado por Tom Glynn-Carney, es su medio hermano, coronado rey por la facción conocida como los Verdes, liderada por su madre, Alicent Hightower.
En la serie, ambos personajes enfrentan desafíos significativos al intentar consolidar su poder. Rhaenyra, a menudo ausente debido a sus propias tragedias personales y la búsqueda de paz, lucha por mantener la lealtad de sus seguidores.
Aegon II, en cambio, muestra una falta de interés y habilidad para gobernar, prefiriendo la compañía de sus amigos y placeres mundanos en lugar de atender a sus deberes reales. Esta situación nos orilla a cuestionar la capacidad de ambos para ser buenos gobernantes y a continuación analizamos sus posiciones y capacidades (vía Collider).
¿Rhaneyra y Aegon son malos gobernantes?
Ambos personajes demostraron estar ausentes en varios momentos cruciales. Rhaenyra estuvo alejada de su base en Rocadragón, primero por el duelo por la pérdida de su hijo y luego por un intento fallido de negociar la paz en Desembarco del Rey. Su consejo tuvo que manejar las cosas en su ausencia, lo que generó dudas sobre su compromiso y liderazgo.
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Aegon II, por su parte, está frecuentemente ausente de sus responsabilidades, prefiriendo el entretenimiento en tabernas y prostíbulos. Su consejo y su madre, Alicent, han tenido que tomar decisiones en su lugar, subrayando su falta de preparación y madurez.
¿Demuestra Rhaenyra interés genuino por los problemas del reino?
A lo largo de la serie, el enfoque principal de Rhaenyra es la reclamación del Trono de Hierro y la queja constante de que se le ha negado su derecho. Su preocupación parece centrarse más en el poder personal que en el bienestar del reino y sus habitantes. Esta falta de compromiso con los asuntos de Westeros la hace ver como una líder que está más interesada en sus propias ambiciones que en las necesidades de su pueblo.
El carácter de Aegon
Aegon II no solo es un gobernante inmaduro y ausente, sino que también muestra ser una persona moralmente reprochable. Cometió actos de abuso y asesinato, demostrando una falta de escrúpulos y empatía hacia los demás. Su comportamiento violento y hedonista, incluso antes de asumir el trono, deja en claro que su naturaleza corrupta y cruel lo convierte en una amenaza no solo para sus enemigos, sino también para sus propios súbditos. Estos actos de barbarie socavan aún más su legitimidad y capacidad para gobernar con justicia y honor.
¿Qué virtudes tienen como gobernantes?
A pesar de sus fallas, tanto Rhaenyra como Aegon II tienen algunas virtudes. Rhaenyra muestra una disposición a buscar la paz y evitar la guerra, demostrando una comprensión de las consecuencias de la violencia. Su intento de negociar con Alicent subraya su deseo de mantener la unidad del reino.
Aegon II, aunque inmaduro y descuidado, tiene momentos de valentía y determinación. Su deseo de demostrar su valía en la batalla, aunque imprudente, muestra un anhelo de ser visto como un líder fuerte.
¿Es necesario un cambio en el gobierno de Westeros?
La cuestionable habilidad de Rhaenyra y Aegon para gobernar plantea preguntas sobre la estructura misma del gobierno en Westeros. Tal vez, la guerra civil y la desconfianza resultante sugieren la necesidad de una forma de gobierno más estable y justa. La historia de Westeros está plagada de luchas por el poder y traiciones, lo que indica que un sistema basado únicamente en la herencia y el linaje puede no ser sostenible a largo plazo.
La Danza de los Dragones es un evento catastrófico en la historia de Westeros, con profundas repercusiones para la Casa Targaryen y el reino en general. La guerra civil debilita a los Targaryen, dejando una huella de destrucción y desconfianza. La lucha entre Rhaenyra y Aegon II divide a las casas nobles y provoca una serie de batallas devastadoras, como la Batalla de Rook's Rest. La Danza no solo redefine el panorama político de Westeros, sino que también marca el comienzo del declive de la Casa Targaryen.
La segunda temporada de La Casa del Dragón es un éxito rotundo y se mantiene firme. La representación de la Danza de los Dragones y las complejidades de los personajes principales son aclamadas tanto por la crítica como por el público. El desarrollo de los personajes y las intensas secuencias de batalla mantienen a los espectadores pegados a la pantalla y seguramente veremos buenos números de audiencia el próximo 14 de julio, cuando se estrene en Max el siguiente capítulo.
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