Kathryn Bigelow siempre se ha caracterizado por tener una sensibilidad especial para contar historias ambientadas en los bajos fondos cargadas de mucha acción sin que ello le implique sacrificar una voz crítica y reflexiva en trono a ciertas temáticas sociales. Para 1991, la hasta ahora única mujer en ganar el premio Óscar a la mejor dirección ya había realizado tres filmes: The Loveless - 89%, Cuando Cae la Oscuridad - 88% y Acero Azul, todos ellos protagonizadas por actores ampliamente reconocidos como Willem Dafoe o Jamie Lee Curtis, sin embargo, fue en ese año con el lanzamiento de Point Break - 68% cuando Kathryn Bigelow ganó visibilidad gracias a esta aventura criminal ambientada en el mundo del surf con la que consolidó sus intereses temáticos y reivindicó la carrera de los actores protagonistas: Patrick Swayze y Keanu Reeves, principalmente de este último quien era mundialmente ubicado por su papel cómico de Ted Logan en la película La Magnifica Aventura de Bill & Ted - 79%.
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El éxito que cosechó Point Break tomó por sorpresa a muchos ya que la premisa parecía ser el motor de una comedia desechable, sin embargo, ha pasado a ser uno de los documentos más cautivadores sobre una juventud desencantada en un clima de cambio. La trama sigue a Johnny Utah (Keanu Reeves), un joven agente del FBI que se infiltra en los ambientes del surf para desenmascarar a una banda de atracadores que, como sello de identidad, usan caretas de presidentes de los Estados Unidos durante sus robos a bancos. Pero Johnny pronto se encapricha de la guapa Tyler (Lori Petty) y, además, conoce a Bodhi (Patrick Swayze), el jefe de la banda, un hombre que vive al límite y que acaba ejerciendo una gran influencia sobre el joven policía.
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En una decisión afortunada Kathryn Bigelow contó esta historia de atracos en clave de película de acción lo que le permitió, por un lado, dotar al relato del tono adecuado que requería el ambiente de los deportes extremos, así como de la emoción a flor de piel en las escenas de asaltos y, por el otro lado, le dio el margen para mostrar sus habilidades como una orquestadora de secuencias de acción y acrobacias, las cuales llamaron la atención de los especialistas al ser realizadas sin la necesidad de las pantallas verdes ni los dobles de riesgo. Son varios los momentos que destacaron del metraje, sin embargo, la escena más elogiada ha sido en la que los personajes se avientan en caída libre con un paracaídas de una plataforma flotante. Asimismo, la mancuerna, complicidad y amistad entre el personaje de Utah y Bodhi es considerado uno de los mejores bromances (un fuerte vínculo afectivo entre dos hombres) de la historia del cine.
En cuanto a sus repercusiones discursivas, muchos críticos de cine calificaron a Point Break como testimonio de su tiempo debido a que las máscaras que utiliza la banda de asaltantes durante sus atracos reflejan la crisis política e inseguridad que se vivía a inicios de la década de los noventa en territorio norteamericano. La película también ha tenido comentarios negativos, para muchos especialistas, la cinta solamente es un festín de acción, persecuciones y secuencias al límite que termina consumida por sus excesos.
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En seguida revisamos qué dijo la crítica especializada durante el estreno de Point Break - 68%, película que en 2015 tuvo un remake titulado Punto de Quiebre - 9%:
Jeffrey M. Anderson, de Combustible Celluloid, afirmó:
[Bigelow] tiene un gran ojo, no sólo para la acción, sino también por el empuje psicológico y para tirar detrás de la acción.
Gary Thompson, de Philadelphia Daily News, señaló:
Point Break es la mejor película sobre policías, ladrones, surf y paracaidismo que es muy probable que veas.
Arthur Ryel-Lindsey, de Slant Magazine, indicó:
En términos de la historia de Hollywood, la película de Bigelow es el documento perfecto de su tiempo.
Fernando Morales, de El País, dijo:
Tan sólo sus conseguidas escenas de acción ponen algún aliciente a esta convencional intriga de ambientes surferos.
El staff de Variety escribió:
Un viaje desenfrenado a través de grandes olas y malas vibras, Point Break actúa como una ola enorme y repugnante, atrapando a los espectadores por unas cuantas emociones mayores pero finalmente arrastrándolos a la arena por los excesos y absurdos.
Peter Travers, de Rolling Stones, apuntó:
Bigelow no puede evitar que la película se ahogue en un mar de surf. Pero sin ella, Point Break no sería más que una excusa para comerse con los ojos a los niños guapos en trajes de baño.
Tracy Moore, de Common Sense Media, resumió:
Los 90 golpearon con una intensa acción, violencia gráfica, y surf.
Janet Maslin, de New York Times, destacó:
Gran parte del chasquido viene, sorprendentemente, del Sr. Reeves, que muestra una considerable disciplina y alcance. Se mueve con facilidad entre la actitud abotonada que se adapta a la historia procesal de la policía y la manera suelta de sus papeles cómicos.
Hal Hinson, de Washington Post, advirtió:
Es hermoso pero tonto como una publicación; verlo es como dispararle al tubo y luego romper tu tabla de surf con la cabeza.
Derek Adams, de Time Out, aseguró:
Hay suficiente emoción de alto octanaje que aceleran el corazón para una docena de películas.
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