En el futuro tendremos que contarle a los jóvenes que The Walking Dead - 81% solía ser uno de los mejores programas de televisión. Decisión tras decisión equivocada, el programa de AMC ha visto el declive de sus ratings desde 2010, cuando estrenó su primera temporada, una que conmocionó por el nivel de humanismo en un mundo devastado y en el que sobrevive la ley del más fuerte, como en la selva y en el viejo oeste. La novena temporada, que será la última de dos de sus protagonistas, promete el comienzo de una nueva era para el drama postapocalíptico, y quienes ya vieron los primeros episodios piensan que podría cumplir su propósito.
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En su novena temporada, Rick (Andrew Lincoln), luego de perder a su hijo ante la mordida de un muerto viviente, decide construir una nueva sociedad y dejar de combatir con el resto de los grupos de sobrevivientes por el simple hecho de pelear. La supervivencia de sus compañeros, una vez más, será puesta a prueba no sólo por los zombis, sino por los Whisperers, un grupo que se disfraza de las podridas criaturas para pasar desapercibidos.
Las primeras reseñas ofrecen algo de esperanza para los seguidores que siguen aferrados al show y que en algún momento regrese a sus mejores días. Aunque las críticas no aseguran que lo logra del todo, sí se habla de una mejora respecto a las últimas ideas y de un regreso a la atmósfera de misterio e incertidumbre que prevalecía en las primeras temporadas del programa.
La más favorable de las críticas habla de una vuelta a explorar a los protagonistas, a ponerlos contra la pared y a obligarlos a confrontar sus propios demonios y a lo que les queda de humanidad y raciocinio. Parece que la novena temporada de The Walking Dead - 81% aprendió de errores pasados como separar los episodios entre sus diferentes protagonistas para explicar cada uno de ellos y se centra en lo más importante: los conflictos entre los personajes y cuestiones éticas.
La opinión menos alentadora señala que pese a su intento por recuperar la vieja gloria del show, el libreto del primer episodio comete un error aún más grave al ser simplemente aburrido y falla en establecer la tensión dramática que debería enganchar al espectador al darle fuerza a la historia. Siguen vagando sin rumbo algunos personajes que debieron desaparecer hace cuatro temporadas, remarcan. Incluso hay quien sugiere que se repite la misma fórmula y todo lo que se ha probado que ha resultado tóxico para los ratings de la serie.
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En términos generales, la mayoría de críticos son optimistas, la novena temporada de The Walking Dead - 81%, que estrenará en Estados Unidos el próximo 7 de octubre, consistirá de 16 episodios. Aquí las primeras reseñas que la nueva entrega ha recibido:
Sara Moran en Screen Rant:
Es un buen cambio el ritmo más veloz de la narrativa, que permite que los personajes se comunican entre sí, pero sin rodeos, al grano, a lo importante, especialmente luego de varias temporadas en las que se sentía que los antihéroes tomaban decisiones tontas sin consultarlas con sus amigos y aliados.
Ed Gonzalez en Slant Magazine:
Los espectadores tienen razones suficientes para preocuparse de que la serie no los lleve por territorios nuevos, y sí que los vuelva a poner en espera, sin que pase algo determinante.
Erik Kain en Forbes:
No iré tan lejos como para decir que estamos de regreso a la era dorada de The Walking Dead, pero parece que logró desenredarse de entre la maleza que la asfixiaba. El show ha tomado un giro hacia algo novedoso. No tenía muchas expectativas pero el primer episodio me ha sorprendido y enganchado.
Brandon Davis en Comic Book:
Por la primera vez en más de dos años, un episodio de The Walking Dead no tiene nada que ver con la guerra, ni Negan, o alguna pelea para sobrevivir. Es un episodio que se concentra en poner a sus personajes centrales al frente, construye relaciones y los vuelve a enfrentar a un mundo en el que los riesgos existen, las dudas, la traición, en lugar de los aburridos villanos que nunca mueren.
John Saavedra en Den of Geek:
No esperen demasiado. No se siente como un nuevo comienzo y sí como un recordatorio de los problemas que han plagado al show en los últimos años y que amenazan con contagiar al resto de los episodios.
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