El cine de género por lo general es ninguneado o minimizado por muchos críticos como un mero escapismo visceral y homeopático, además de ser generalmente aproximado por Hollywood con desdén, arrogancia e incompetencia. Un relato de terror o acción no es menos que un drama, las analogías sociales pueden ser igualmente efectivas sin importar el templete. Depende de las manos del realizador encargado de las imágenes y la narrativa, en manos capaces se puede decir mucho con este tipo de historias.
John Carpenter se consolido como una de las figuras más importantes del cine de género gracias a su entendimiento de los principios fundamentales de estas historias. Los tiempos y ritmos que debe seguir una secuencia de acción o terror son algo que Carpenter maneja con suma precisión, aunado a su habilidad para crear personajes memorables con gran personalidad. Lo suficiente como para que las historias prácticamente se escriban solas.
El tiempo le ha dado su merecido lugar en la historia del cine, luego de pasar años ignorado y despreciado por la eternamente miope crítica especializada. La importancia del cuerpo fílmico de Carpenter reside no solo en su técnica sino en su manera de aborda diferentes temas dentro de los cánones de géneros establecidos ue se creen herméticos y cuadrados. Con Halloween - 94% sentó las bases del slasher, con La Cosa del Otro Mundo - 35% creó una de las cintas de terror más memorables, claustrofóbica y sorprendente de principio a fin. Con 1997: Escape de Nueva York - 84% vislumbró un futuro distopico que a la fecha aún produce imitaciones. Con Masacre en el Barrio Chino - 83% volteo de cabeza las convenciones del cine de acción con un héroe torpe pero lleno de carisma. Con Sobreviven - 83% realizó una crítica mordaz a la frivolidad de las sociedades modernas y con In the En la Boca del Terror - 51% plasmó un inquietante relato con tintes de Lovecraft que resalta por encima de otros intentos por adaptar al novelista al séptimo arte.
Jóvenes cineastas modernos se han esforzado por emular el estilo del director, sin entender que el mejor homenaje que le podrían hacer es tomar la debida distancia de su obra, en lugar de crear parcas imitaciones. Tanto las bandas sonoras de sintetizador como la estética visual es algo de lo que Carpenter hizo el sello de la casa y que difícilmente se puede reproducir.
En la actualidad Carpenter se encuentra prácticamente retirado del cine y enfocado en la composición musical junto con su hijo. Esto ha dejado dos discos; Lost Themes I y II. El director ha perdido el interés por realizar un nuevo largometraje ante los nuevos escenarios de Hollywood donde el cine se ha homogenizado y vuelto un producto procesado. Quizás aun quede una historia más que contar en su mente, pero aun si su retiro es permanente su legado fílmico continuara de inspiración de numerosos artistas. Carpenter escribió ya una página en la historia del cine con letras de oro y eso es algo que nadie podrá negar.
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