Adèle Haenel
Francia, fin de la década de los 80 e inicios de los 90. Una nueva epidemia se extiende por el mundo cobrando la vida de multitud de personas, atacando principalmente a grupos minoritarios y vulnerables como homosexuales y drogadictos. Ante la indiferencia gubernamental y social, un grupo de jóvenes activistas, entre los cuales se encuentra Sean (interpretado por... Seguir leyendo
Francia, fin de la década de los 80 e inicios de los 90. Una nueva epidemia se extiende por el mundo cobrando la vida de multitud de personas, atacando principalmente a grupos minoritarios y vulnerables como homosexuales y drogadictos. Ante la indiferencia gubernamental y social, un grupo de jóvenes activistas, entre los cuales se encuentra Sean (interpretado por el argentino Nahuel Pérez Biscayart), deciden alzar la voz e informar a la sociedad sobre el problema. 120 Latidos por minuto (120 battements par minute), película francesa dirigida por el marroquí Robin Campillo, nos introduce a los primeros años de la aparición del SIDA, en la Francia gobernada por François Mitterrand, y de la entrada en escena del grupo de acción directa ACT UP, promotores de una lucha por el legítimo derecho a recibir información y la defenza de grupos vulnerables. Película dramática, de crítica y denuncia, en la que además se dirige la atención sobre el papel jugado por las farmacéuticas y las luchas por defender la diversidad sexual. A lo largo de sus 146 minutos de duración conocemos la apasionada historia de amor de Sean, un joven de 16 años, quien tras ser infectado con el virus del SIDA comienza a vivir con mayor intensidad, y Nathan (interpretado por el actor francés Arnaud Valois). Ganadora del Gran Premio del Festival de Cannes, 120 Latidos por minuto, no pretende dejar indiferente a nadie. Mostrando una historia llena de pasión, emociones y hasta algunos toques de sensualidad, nos recuerda que amores inolvidables pueden surgir incluso en medio de grandes tempestades.
Consenso de Críticos: Conmovedora sin recurrir al melodrama, 120 Latidos por Minuto ofrece una mirada interesante a un momento histórico importante que tiene resonancia luego de que empiezan los créditos finales.
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Todos los ámbitos se mezclan, de lo público a lo personal y finalmente lo íntimo que deja al alcance del espectador una vivencia muy cercana a lo que era tener SIDA en los 60's. Pese a que se publicitara como un drama adolescente homosexual, la película es muy sobria y no se presta a dobles significaciones ni a nada que pueda asustar al público que no simpatiza con la comunidad LGBTT, 120 latidos antes de ser un drama homosexual es un drama acerca de lo frágil que es la vida humana
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