Una aventura de acción frenéticamente deshonesta que rápidamente hará babear a las tiendas de vídeo después de un rápido éxito en cuanto a su lanzamiento en salas.
Si de verdad tienes que verla -- y me estremece imaginar la circunstancias por lo que lo harías -- mírala mientras estés de buen humor, quizás incluso bajo la influencia de algo.
Ni la escena en la Riviera o las artes marciales de Xiong Xin Xin, ni mucho menos las escenas peligrosas de coches atribuidas por Remy Julienne, pueden compensar lo ordinario de Simon Sez.
Los intentos de humor de esta película son tediosos; empezando por el personaje de Nick. La cinta pronto pasa de ser divertida a tonta y finalmente irritante.
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