Las películas de superhéroes parecen infalibles; ganan miles de millones en la taquilla mundial y crean franquicias igual de exitosas que aseguran muchos años de trabajo y buena reputación para los que trabajan en ellas. Por desgracia, no todo es perfecto pues los protagonistas a veces tienen problemas para ser tomados seriamente en otros papeles o simplemente no tienen una agenda libre para eso. De igual forma, hay que considerar el hecho de que ya se planteó una manera muy simple de hacer estas historias, dejando de lado las ideas originales y las oportunidades más creativas para adaptar estos cómics a la pantalla grande.
La estructura de estas películas de acción puede terminar por ser poco ingeniosa y predecible. Es cierto que el espectador espera que el héroe gane contra el mal, pero la forma de llegar a ese punto puede ser compleja e interesante o francamente un tedio hasta para los más leales fanáticos. De vez en cuando tenemos propuestas nuevas que siempre se agradecen, pero que también se pueden agotar muy rápido con la constante repetición que se hace en sus secuelas, o peor aún, en sus spin-offs.
Cualquier conocedor de cine, así como cualquiera que se dedique a la crítica especializada, asegurarán siempre que lo más importante, mucho más que el nombre del director, el presupuesto o el carisma del protagonista, es el guión. Una buena trama lo es todo, pero cuando hablamos de un subgénero como éste, ¿qué es exactamente lo que hace una buena historia? Puede ser la fidelidad al producto original (las historietas) o puede ser que, a pesar de alejarse de lo hecho en papel, nos presenten personajes bien construidos, dinámicos, complejos y con los que el público se pueda identificar.
Esto es lo que sirve para atraer y reclutar a creadores que también son fanáticos de los cómics. James Gunn es, tal vez, el mejor ejemplo de eso. Independientemente de los problemas que lo alejaron por un tiempo de Marvel y lo acercaron al mundo de DC, el director siempre se ha mantenido leal a los cómics mismos y no a las marcas. En ese sentido, su propuesta para Guardianes de la Galaxia - 91% y lo que se alcanza a ver de El Escuadrón Suicida son prueba de que sabe equilibrar las expectativas de los expertos y las de los espectadores comunes.
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Gunn utilizó sus redes sociales para comenzar toda una charla sobre qué hace buena a una película de superhéroes y una de sus conclusiones más importantes fue la de evitar esta idea cliché del fin del mundo para dar paso a historias más personales que permitan conocer la complejidad real de los protagonistas:
A veces, las supuestas apuestas más altas, el destino del planeta o del universo, resultan ser mucho menos efectivas que las hipotéticamente apuestas más bajas de la vida de un único personaje que nos importe. Con frecuencia, “¡el mundo se va a acabar!” no nos afecta emocionalmente (y sabemos que no va a suceder).
El director recientemente publicó que le decepcionaba que los espectadores sintieran más interés por crossovers y referencias que por una buena historia, y ahora asegura que justamente estos superhéroes son los que deben estar muy bien hechos para funcionar, y no sólo el ser parte de un universo ya famoso y establecido:
Puedes tener buenos personajes sin una buena historia, pero no existe tal cosa como una buena historia sin buenos personajes. No es posible.
Lo más interesante de estos comentarios es que justamente DC y Marvel han caído en eso mismo. La Liga de la Justicia de Zack Snyder - 82% buscaba disparar la historia de Darkseid, primero con un Steppenwolf trabajando para hacer de la Tierra un espacio como el planeta Apokolips, y luego con la ya conocida pesadilla que implica a un Superman malvado. Mientras que en Avengers: Infinity War - 79% la mitad del universo desapareció y Thanos ganó esa batalla, sólo para que todo se restaurara y él fuera derrotado en Avengers: Endgame - 95%.
Por supuesto, la historia de Thanos tardó una década en desarrollarse por lo que pudimos ver a los protagonistas enfrentando situaciones más personales en sus respectivas sagas. Pero en cuanto a DC, parte del problema fue que todo se hizo muy rápido y sin oportunidad de encariñarse o conocer a fondo esta versión de los superhéroes, en especial Flash (Ezra Miller) y Cyborg (Ray Fisher), cuya relevancia cambió muchísimo de lo presentado por Joss Whedon hace unos años. ¿Será que James Gunn podrá el ejemplo y aportará algo así de especial con su Escuadrón Suicida y con Guardianes de la Galaxia Vol. 3 - 85%?
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